La Revolución Francesa: Causas, Fases y Transformación Política (1789-1799)

Contexto y Causas de la Revolución Francesa

El proceso revolucionario se manifestó a través de una profunda crisis social y del Estado que condujo a la descomposición del absolutismo en Francia. Las ideas de la Ilustración jugaron un papel muy importante en este conflicto, cuestionando las bases del Antiguo Régimen.

Crisis Estructural

La mala coyuntura económica que aquejó al país durante los años 80 del siglo XVIII aceleró el proceso. La sociedad francesa estaba dividida en estamentos, fundamentados sobre los privilegios y la desigualdad. Los beneficiarios de este orden social eran la nobleza y el clero, ambos poseedores de privilegios y exenciones fiscales. Un tercer grupo, el Tercer Estado, estaba constituido por burgueses, artesanos y campesinos, quienes carecían de privilegios. Sobre este heterogéneo conjunto recaían los impuestos y cargas económicas en los que se sustentaba el Estado.

Crisis Política e Ideológica

Francia estaba gobernada por una monarquía absoluta encarnada en un rey de derecho divino, Luis XVI, y un Estado fuertemente centralizado. Pero a la altura de 1789, esta organización había quedado obsoleta y el aparato administrativo y judicial no funcionaba correctamente. Para muchos se hacía necesaria una profunda reforma a la que, sin embargo, estaban poco dispuestos los privilegiados.

La Ilustración subrayó esas contradicciones, las denunció y criticó, contribuyendo a socavar los cimientos sociales y políticos del Antiguo Régimen. Destacaron las teorías de Montesquieu (separación de poderes) y Rousseau (soberanía nacional e igualdad ante la ley). El ejemplo de cómo esos principios podían llevarse a la práctica lo tuvieron los franceses en la independencia de los Estados Unidos de Norteamérica.

Crisis Económica y Social

La crisis de subsistencias afectó a amplios sectores de la población, creando un ambiente de tensión social y política, ya que frente a la escasez, la carestía y el hambre, los notables y la Corte siguieron sumidos en un ambiente de lujo, despilfarro y ostentación.

El Inicio de la Revolución (1787-1789)

La Revuelta de los Privilegiados (1787-1788)

La aristocracia y el clero se opusieron a las propuestas de reforma fiscal del ministro de Luis XVI, Calonne. Este, para evitar la bancarrota de la Hacienda, proyectó una reforma que incorporaba como contribuyentes a los privilegiados. Reunidos en una Asamblea de Notables, los dos grupos privilegiados se opusieron frontalmente a las pretensiones de Calonne y solicitaron al rey la convocatoria de los Estados Generales, una asamblea en la que también tenía representación el Estado Llano.

Los Estados Generales (Mayo 1789)

Se reunieron en Versalles el 5 de mayo de 1789 con el propósito inicial de solventar el problema financiero. En la práctica, sirvieron de plataforma para que el Estado Llano pidiese reformas políticas radicales, canalizando dichas demandas mediante los llamados “cuadernos de quejas” (cahiers de doléances).

El Estado Llano, que contaba con un número de componentes que igualaba al de los otros dos juntos, planteó que las votaciones se hiciesen individualmente, es decir, cada diputado un voto, y no por estamentos, a lo que tanto la nobleza como el clero se negaron. Ante tal rechazo, los representantes del Tercer Estado optaron por reunirse separadamente, constituyéndose en Asamblea Nacional el 17 de junio, en la sala del Juego de Pelota, ante la imposibilidad de hacerlo en la cámara que había sido cerrada por orden real.

La Asamblea Nacional y la Asamblea Constituyente (1789-1791)

Frente a las presiones para que la Asamblea Nacional se disolviese, los diputados juraron no hacerlo hasta elaborar una Constitución para Francia (Juramento del Juego de Pelota, 20 de junio de 1789). Desde ese instante, la Asamblea Nacional se transformó en Asamblea Constituyente.

A los intentos del monarca por reprimir una insubordinación que cuestionaba el orden establecido respondió el pueblo de París con el Asalto a la Bastilla, una cárcel estatal que representaba la odiada autoridad del rey (14 de julio de 1789). Las revueltas se extendieron rápidamente por todo el territorio francés (Gran Miedo).

Principales medidas de la Asamblea Constituyente:

  • Abolió los privilegios feudales y la sociedad estamental (Noche del 4 de agosto).
  • Declaró los Derechos del Hombre y del Ciudadano (26 de agosto de 1789), proclamando la soberanía nacional, la libertad e igualdad de los hombres. Estos principios se formalizaron en la primera Constitución francesa.
  • Redactó la Constitución Civil del Clero (1790), que suponía la formación de una Iglesia nacional desgajada de la obediencia del Papa y reorganizaba el clero secular.
  • Promulgó la Constitución de 1791, ley fundamental que organizaba la vida de Francia y en la que se contempló la soberanía nacional, la división de poderes y el sufragio censitario (limitado).

La Asamblea Constituyente ponía la Revolución en manos de los sectores moderados, los girondinos. Con ella, Francia dejó de ser una monarquía absoluta y se organizó como una monarquía de carácter limitado y constitucional.

La Asamblea Legislativa (1791-1792)

Tras la aprobación de la Constitución Civil del Clero y la creciente radicalización, el rey intentó huir a Austria en junio de 1791 (Fuga de Varennes). Descubierto en Varennes, fue obligado a regresar a París, lo que deterioró gravemente su imagen y reforzó las tendencias republicanas.

Como reacción, las potencias absolutistas encabezadas por Austria y Prusia decidieron intervenir en ayuda del monarca francés (Declaración de Pillnitz). La Asamblea Legislativa, dominada por los girondinos, declaró la guerra a Austria en abril de 1792, en tanto que los jacobinos (republicanos radicales) discrepaban de la decisión, pues suponía una internacionalización de la Revolución que en principio no deseaban.

La Convención Nacional (1792-1795): La República y el Terror

La Asamblea Legislativa fue reemplazada mediante sufragio universal masculino por la Convención Nacional. Esta abolió la monarquía el 21 de septiembre de 1792 e implantó la Primera República Francesa.

Facciones Principales:

  • Girondinos (liderados por figuras como Brissot): Representantes de la alta burguesía, partidarios de controlar con moderación el proceso revolucionario. Defendían un modelo republicano más federalista. Constituyen la derecha revolucionaria dentro de la Convención.
  • Jacobinos o Montañeses (liderados por figuras como Robespierre, Danton, Marat, Saint-Just): Representantes de la burguesía media y baja. Apoyados por los sans-culottes (clases populares urbanas, artesanos y obreros) y la Comuna de París. Eran centralistas y evolucionaron hacia posturas cada vez más radicales.

El Terror (1793-1794):

Tras la ejecución de Luis XVI (enero de 1793) y ante la presión de la guerra exterior y las revueltas internas (como la de La Vendée), los más exaltados (jacobinos) se hicieron con el poder desbancando a los girondinos, que fueron perseguidos y muchos de ellos ejecutados.

Entre los nuevos dirigentes sobresalió la figura de Maximilien Robespierre. El Comité de Salud Pública se convirtió en el verdadero órgano de gobierno de la Convención. A través de un Tribunal Revolucionario se implantó un “Régimen de Terror” para eliminar a los enemigos de la Revolución, caracterizado por la represión política y las ejecuciones masivas (Ley de Sospechosos).

La Reacción Termidoriana (Julio 1794):

En julio de 1794 (mes de Termidor, según el calendario revolucionario), un golpe de estado protagonizado por los diputados centristas (la Llanura o el Pantano) y jacobinos moderados depuso a Robespierre y sus seguidores, quienes fueron ejecutados.

El ascenso revolucionario radical quedó interrumpido y Francia se adentró en una etapa moderada.

El Directorio (1795-1799)

Tras la caída de los jacobinos y el fin del Terror, se aprobó una nueva Constitución (1795) que estableció una forma de gobierno más conservadora, conocida como el Directorio. Este régimen, liderado por cinco directores, buscaba consolidar los logros burgueses de la Revolución y evitar tanto el retorno al absolutismo como la radicalización jacobina. Sin embargo, fue un periodo de gran inestabilidad política y económica, que finalmente desembocaría en el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte en 1799.

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