Revolución Rusa y la Formación de la URSS
Antecedentes
El proceso revolucionario ruso, que comprende las revoluciones de 1905 y 1917 (la burguesa de febrero y la bolchevique de octubre), la guerra civil rusa y la conformación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), tuvo sus raíces en una Rusia con profundos problemas políticos, económicos y sociales. La sociedad estamental, el campesinado enfurecido y el poder absoluto del Zar, junto con el atraso del país en comparación con Europa, crearon un caldo de cultivo para el descontento. El proletariado, surgido de una tardía industrialización, vivía en pésimas condiciones. Este cambio de una sociedad estamental a una sociedad de clases, junto con las constantes derrotas en la guerra ruso-japonesa (1904-1905), fueron factores clave para el estallido revolucionario.
Revolución de 1905
La Revolución de 1905 surgió por la crisis política, económica y social, agravada por las derrotas en la guerra ruso-japonesa. En enero de 1905, un grupo de trabajadoras, al que luego se unieron trabajadores, se manifestó en San Petersburgo para exigir mejoras en sus condiciones de vida. La manifestación, frente al Palacio de Invierno (donde el Zar se encontraba de vacaciones), fue reprimida por la guardia zarista, resultando en numerosos muertos y heridos. Este episodio se conoce como el Domingo Sangriento. El Zar Nicolás II, ante la presión, prometió ciertos derechos individuales y la construcción de la Duma, un parlamento legislativo con derecho a veto. También surgieron los Sóviets, consejos revolucionarios populares en las principales ciudades y pueblos.
Revoluciones de 1917
En 1917, Rusia experimentó dos revoluciones cruciales: la burguesa de febrero y la bolchevique de octubre.
La Revolución Burguesa de Febrero de 1917
A los factores que desencadenaron la revolución de 1905, se sumó el abandono de Rusia de la Primera Guerra Mundial en 1917, debido a las derrotas y el desabastecimiento de las tropas. Esto provocó huelgas y manifestaciones, duramente reprimidas por el ejército. Tras una serie de huelgas en febrero, el ejército finalmente se unió a los huelguistas el 27 de febrero de 1917. El Zar Nicolás II abdicó y se formó un gobierno provisional presidido por el príncipe Lvov, con la destacada participación del socialista moderado Kerensky. Este gobierno provisional, junto con el Sóviet de Petrogrado (antiguo San Petersburgo), dominado por los bolcheviques, conformaban dos poderes paralelos. El Gobierno Provisional intentó implementar reformas liberales.
En abril de 1917, Lenin lanzó sus Tesis de Abril, en las que instaba a romper con el Gobierno Provisional y a pasar de la revolución burguesa a la revolución socialista. Lenin reclamaba la retirada de Rusia de la guerra, la redistribución de la tierra, el control de las fábricas por los comités obreros, la autonomía de las nacionalidades y la concentración del poder en los Sóviets. La permanencia en la guerra provocó enfrentamientos entre mencheviques y bolcheviques. En julio de 1917, la derrota de Rusia en la Primera Guerra Mundial generó un descontento que culminó en una insurrección popular en Petrogrado. El Gobierno Provisional fue disuelto, el Partido Bolchevique ilegalizado y Lenin se exilió.
La Revolución Bolchevique de Octubre de 1917
El 24 de octubre de 1917, Lenin regresó del exilio y se instaló en la sede del Sóviet de Petrogrado. Al día siguiente, los sóviets (bolcheviques) tomaron los puntos estratégicos de la capital, asaltaron el Palacio de Invierno y detuvieron al Gobierno Provisional. Con este acto, triunfó la Revolución Bolchevique.
Se formó un nuevo gobierno, el Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido por Lenin. Se firmó la Paz de Brest-Litovsk en 1918, que significó la salida de Rusia de la Primera Guerra Mundial. Se expropiaron los latifundios para repartir la tierra entre el campesinado, el control de las fábricas pasó al proletariado y se reconoció el derecho a la soberanía de los pueblos de Rusia.
Estallido de la Guerra Civil (1918-1921)
La Guerra Civil Rusa comenzó con la ejecución del Zar y su familia y finalizó con una ofensiva victoriosa del Ejército Rojo bolchevique, liderado por Trotsky. El Ejército Rojo se enfrentó al Ejército Blanco, formado por partidarios del zarismo (terratenientes, altos mandos del ejército, Iglesia ortodoxa, etc.), que representaban la resistencia al régimen bolchevique.
Durante la guerra, se impuso el comunismo de guerra, una política económica que nacionalizó las industrias, requisó cosechas y prohibió el libre intercambio de bienes, lo que provocó la hambruna de 1921.
Con la victoria bolchevique, se asentaron las bases del nuevo Estado: las decisiones recaían en el Partido Comunista, se prohibió la existencia de otros partidos y las huelgas y revueltas fueron reprimidas con fuerza por el gobierno.