Las Reformas y la Polarización en la Segunda República: Bienios Reformista y Conservador (1931-1936)

El Bienio Reformista (1931-1933)

Niceto Alcalá Zamora es nombrado presidente de la República y Manuel Azaña, presidente del Gobierno. Su gobierno estuvo formado por republicanos de izquierdas y socialistas (estos últimos entran por primera vez en su historia en el Gobierno). Se profundizaron y ampliaron las reformas iniciadas en el Gobierno provisional.

Reforma del ejército

Se pretendía crear un ejército profesional y democrático y poner fin al régimen especial de los militares para asegurar la obediencia al poder civil y evitar su intervención en la vida política. Se aprobó la Ley de Retiro de la Oficialidad: con esta ley se pretendía disminuir el excesivo número de mandos (mediante la jubilación anticipada) y garantizar la fidelidad a la República, ya que todo oficial que no quisiera jurar la nueva bandera podía pasar a la reserva con su sueldo íntegro. Se cerraron 3 de las 5 academias militares. Estas medidas fueron mal recibidas por un sector del Ejército, los africanistas, que consideraron esta reforma como una agresión y se alejaron así de la República. Para sustituir al Ejército en la función de mantenimiento del orden público, se creó la Guardia de Asalto, como cuerpo adepto a la República.

La cuestión religiosa

El objetivo era limitar la influencia de la Iglesia católica en la sociedad. Se tomaron varias medidas:

  • Se disolvió la Compañía de Jesús (jesuitas).
  • Se prohibió a las órdenes religiosas dedicarse a la enseñanza.
  • Se permitió el matrimonio civil.
  • Se secularizaron los cementerios.
  • Se eliminaron los símbolos religiosos de todas las instituciones públicas.

Parte de la población católica y de la jerarquía de la Iglesia consideró las nuevas leyes como una agresión al catolicismo.

La Reforma Agraria

Fue el proyecto de mayor envergadura que realizó el Gobierno. Consciente de la necesidad de mejorar las condiciones de vida de muchísimos campesinos, acabar con el atraso de la agricultura española y con la pésima estructura de la propiedad (latifundios), se elaboró la Ley de Reforma Agraria. Para llevar a cabo esta reforma se creó el Instituto de la Reforma Agraria (IRA). El objetivo era que los jornaleros sin tierra acabaran convirtiéndose en propietarios, poniendo el Gobierno en marcha una política de expropiaciones con indemnización de los latifundios mal explotados. Los resultados no fueron los esperados: se expropiaron menos tierras de las previstas debido a la complejidad de la ley, la falta de presupuesto y la resistencia de los propietarios a acatar las sentencias.

En resumen, esta ley no satisfizo ni a los propietarios agrícolas ni a los jornaleros, quienes vieron frustradas sus esperanzas en la República, orientando sus posturas hacia posiciones más radicales (como la ocupación de tierras).

Las Autonomías

La Constitución de 1931 reconocía el derecho de las regiones a tener un gobierno propio.

  • Cataluña: Se le reconoció la Generalitat. El Estatuto de Cataluña, aprobado por las Cortes, proclamó a Cataluña región autónoma dentro del Estado español. Las primeras elecciones al parlamento catalán las ganó Esquerra Republicana y su líder, Francesc Macià, se convirtió en el primer presidente de la Generalitat.
  • País Vasco: Los carlistas y nacionalistas del PNV elaboraron un proyecto de estatuto en 1931 (Estatuto de Estella), pero no fue aceptado por los partidos de izquierdas, por lo que no se aprobó durante este bienio.
  • Otras regiones: En Galicia, Valencia y Andalucía el proceso fue mucho más lento.

Reformas sociales y educativas

El ministro de Trabajo, Francisco Largo Caballero (socialista), inició una serie de reformas para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores:

  • Se aprobó la Ley de Contratos de Trabajo, que regulaba la negociación colectiva.
  • Se estableció la semana laboral de 40 horas (en algunos sectores) y la jornada laboral de 8 horas para los jornaleros.
  • Aumento de sueldos.
  • Vacaciones pagadas.
  • Establecimiento de un salario mínimo.
  • Seguridad social y seguro de enfermedades obligatorio.

Estas medidas provocaron el rechazo de los empresarios.

En educación, se incrementó en un 50% el presupuesto para financiar escuelas mixtas, laicas, obligatorias y gratuitas, creándose 10.000 escuelas nuevas. Se crearon las Misiones Pedagógicas, formadas por intelectuales, profesores y estudiantes, con el fin de difundir la cultura en las zonas rurales (cine, teatro, conferencias…). En 1932 se creó el grupo de teatro universitario La Barraca, dirigido por Federico García Lorca, que hacía giras por toda España representando obras del teatro clásico español.

Oposición y tensiones

Las reformas iniciadas por el gobierno de Azaña encontraron la oposición de la Iglesia, del ejército, de los terratenientes y de las organizaciones patronales, como era de esperar. Pero también los trabajadores más radicales (anarquistas, comunistas) mostraron su disconformidad por la lentitud con que se hacían las reformas. El general José Sanjurjo, en agosto de 1932, realizó el primer intento de golpe militar contra la República, pero fracasó (La Sanjurjada). Condenado a muerte, fue indultado y se exilió en Lisboa (Portugal), desde donde siguió conspirando.


El Bienio Conservador (1933-1936)

En las elecciones del 18 de noviembre de 1933 la abstención fue alta. Fue la primera vez que votaron las mujeres españolas y su asistencia a las urnas fue masiva. Los partidos de centro-derecha, que se habían presentado unidos en muchas circunscripciones, obtuvieron el éxito en las elecciones. Los dos grandes vencedores fueron el centrista Alejandro Lerroux (Partido Radical) y José María Gil Robles (Confederación Española de Derechas Autónomas – CEDA).

El nuevo Gobierno, presidido por Lerroux, paralizó o rectificó las reformas iniciadas en el Bienio Reformista:

  • Freno a la Reforma Agraria: La devolución de tierras a sus antiguos propietarios y la libertad de contratación originaron un aumento en las movilizaciones campesinas.
  • Conflictos autonómicos: El Gobierno tuvo enfrentamientos con la Generalitat de Cataluña.
  • Paralización del Estatuto Vasco: La detención del debate parlamentario sobre el Estatuto Vasco también atrajo la enemistad de los nacionalistas vascos.
  • Política religiosa: Se aprobaron presupuestos para mantener el clero y el culto.
  • Amnistía: Se amnistió a los sublevados en La Sanjurjada.
  • Educación: Se redujeron los presupuestos destinados a la educación.

Todas estas medidas provocaron:

  • La radicalización de una parte del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y de la UGT (Unión General de Trabajadores).
  • Un aumento de la conflictividad social.

Revolución de Octubre de 1934

La CEDA, en 1934, exigió a Lerroux participar en el Gobierno, y este accedió dándole tres ministerios. Los partidos de izquierda reaccionaron convocando huelgas generales para defender las reformas del bienio anterior. Los socialistas identificaban a los cedistas con el fascismo que se estaba extendiendo por Europa. El movimiento fracasó en toda España salvo en dos focos principales:

  • Asturias: Aquí la insurrección tuvo carácter de revolución social. Los mineros tomaron las poblaciones de la cuenca minera y crearon comités revolucionarios. El Gobierno envió al Ejército, bajo el mando del general Francisco Franco, y a la Legión para reprimir la insurrección. El resultado de estos diez días de lucha, de una extrema brutalidad, fue de más de 1000 muertos (la mayoría mineros), más de 2000 heridos y 5000 detenidos entre los sublevados (y unos 300 muertos entre las fuerzas del orden). Estos hechos se consideran un preludio de la Guerra Civil Española.
  • Cataluña: El presidente de la Generalitat, Lluís Companys, proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española, al mismo tiempo que se convocaba una huelga general. La rebelión fue rápidamente sofocada por el Ejército. El Gobierno de la Generalitat y el pleno del Ayuntamiento de Barcelona fueron encarcelados.

Se suspendió el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Azaña (aunque no participó directamente), Largo Caballero y Companys fueron encarcelados junto con otros líderes políticos y sindicales. La insurrección fracasó en el resto de España, incluida la capital, Madrid.

Consecuencias y fin del bienio

Las consecuencias de estos hechos no se hicieron esperar. La CEDA aumentó su peso en el Gobierno, se intentó reformar la Constitución y Franco fue nombrado jefe del Estado Mayor. La izquierda unió sus fuerzas contra el Gobierno, en estos momentos muy debilitado por las discrepancias entre el presidente del Gobierno (Lerroux) y el presidente de la República (Alcalá Zamora), y por escándalos de corrupción que salpicaron al Partido Radical (como el escándalo del estraperlo, en el cual estaba implicado un familiar de Lerroux, y casos de malversación de fondos). Lerroux quedó exculpado, pero su carrera política y la de su partido quedaron destrozadas.

Las diferencias entre cedistas y radicales no dejaban de aumentar, por lo que el presidente Alcalá Zamora decidió disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones para febrero de 1936.

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