Transformación Industrial y Social en el País Vasco (1875-1923): Conciertos Económicos, Revolución Industrial y Consecuencias Demográficas

La Industrialización en el País Vasco y sus Consecuencias Sociales (1875-1923)

1. Los Conciertos Económicos

El fuero es un uso o costumbre que, cuando resulta beneficioso para la comunidad, tiene valor de ley y se recoge de forma escrita. Después del Decreto de Nueva Planta, únicamente el País Vasco y Navarra eran las zonas que mantenían en vigencia la particularidad foral.

A raíz de la última derrota militar carlista, la ley del 21 de julio de 1876, elaborada por Cánovas del Castillo, procedía a la abolición de los fueros. La aplicación de la Ley no fue tan dramática, ya que se intentó llegar a un punto intermedio, como ley transaccional entre fueristas y antifueristas que equilibraba ambas tendencias. Esta ley no suprimió directamente los fueros, pero sí aumentaba la intervención y el poder político y administrativo del Estado en el País Vasco, al tiempo que establecía el servicio militar obligatorio y la contribución a los gastos de la hacienda nacional.

La abolición significó el establecimiento de un nuevo marco jurídico, económico y administrativo que recibió el nombre de Concierto Económico. En él se establecía un régimen excepcional de tributación que mantenía la peculiaridad vasca. Este régimen permitía una amplia autonomía administrativa a las diputaciones, que fue aprovechada para desarrollar actividades en el ámbito educativo, beneficencia, carreteras, orden público, ferrocarriles, etc. De esta forma, las diputaciones acercaron la Administración al ciudadano y las provincias disfrutaron de unos servicios de mayor calidad. En esta época de industrialización, aunque muchos no estuvieron de acuerdo con la abolición de los fueros, otros industriales vascos aprovecharon al máximo los conciertos económicos para enriquecerse de la industrialización.

2. La Revolución Industrial Vizcaína y la Industrialización en Gipuzkoa

La revolución industrial en el País Vasco se desarrolló principalmente en Vizcaya, donde la extracción de hierro fue la clave del crecimiento económico, y más adelante, la siderurgia. En Vizcaya, el proceso industrializador no se afianzó hasta finales del siglo XIX a causa de guerras civiles y fueros. La hegemonía de Vizcaya se explica por la riqueza de los yacimientos de hierro, orientados a la exportación, que fue la procedencia del capitalismo industrial vasco. La producción de hierro aumentó con rapidez en la década de los años sesenta (pero quedó paralizada con la guerra carlista).

Con la Ley de Minas (1868) y el arancel librecambista de Figuerola (1869) se inició una rapidísima expansión de la producción de mineral destinado a la exportación. La burguesía protagonista de la industrialización fue de nuevo cuño, como Martínez Rivas e Ibarra Hermanos, y asentaba su poder en la propiedad de las minas, en la que participaron capitales extranjeros. Se fundaron compañías como Luchana Minning C. para explotar el subsuelo y el mineral vizcaíno, de bajo precio y el más demandado en Europa.

La Industria Vizcaína

Los beneficios de la exportación de mineral favorecieron una industria siderúrgica autóctona. Los capitales autóctonos se orientaron a la explotación de minas. De la actividad minera salió el capital necesario para el desarrollo siderúrgico e industrial vizcaíno. La reinversión de capitales en la construcción de altos hornos supuso un gran salto para la siderurgia, protagonizado por dos sociedades: Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Acero de Bilbao. La obtención del primer acero en Altos Hornos fue mediante el procedimiento Bessemer (1886) y en la Vizcaya mediante el proceso Siemens-Martin (1888), señalando la entrada del acero en Vizcaya.

La siderurgia vasca se reestructuró en función del mercado español, por lo que era necesario acabar con la competencia extranjera; la burguesía industrial, encabezada por Victor Chavarri, se lanzó a por una ley proteccionista. La demanda interna y el ascenso del proteccionismo con la Ley Arancelaria de Cánovas de 1891, favorecieron la aparición de una industria metalúrgica mediana.

Diversificación y Consolidación de la Industria Vasca

En los años noventa se aplicaron mejoras técnicas y se generalizaron políticas proteccionistas en Europa. Bizkaia se consideraba un mercado reservado gracias a la ley de 1891, lo que supuso una siderurgia integral orientada a la sustitución de importaciones. Una potente industria naviera controlada por Sota, Aznar y Martínez de Rodas se asoció con la Sociedad Euskalduna (1900), que construyó buques de vapor. En 1902, Altos Hornos de Bilbao, La Vizcaya y la S.A. Iberia se unieron dando origen a Altos Hornos de Vizcaya, la empresa más emblemática de la siderurgia vasca.

El capitalismo vasco realizó inversiones y desempeñó un papel hegemónico en el mercado nacional y en el liderazgo del empresariado español. En Vizcaya, tuvo también un importante auge la industria química, como La Dinamita en Galdakao, que proporcionaba explosivos, o La Dinamita en Legorreta, que proporcionaba fertilizantes.

Industrialización en Guipúzcoa

Este extenso tejido industrial se expandió rápidamente hacia Gipuzkoa, desarrollándose industrias de armamento ligero, menaje doméstico (Eibar), material ferroviario (Beasain), papeleras (Tolosa), y en general, numerosas industrias de máquinas herramienta que se fueron instalando en localidades del interior. En Gipuzkoa, merece también especial atención el desarrollo hidroeléctrico.

3. Consecuencias Demográficas y Sociales

Consecuencias Sociales

Fue apareciendo una burguesía pujante que contaba con el apoyo de la banca más próspera del país. Surgieron el Banco de Bilbao, el Banco Guipuzcoano, el Banco de Vizcaya y el Banco de Comercio de Bilbao; se fundó la Bolsa de Bilbao, en el mismo periodo en el que nacían los ferrocarriles, se construía el puerto exterior y se creaba la Universidad de Deusto, de la Compañía de Jesús. Este proceso tuvo una gran repercusión al demandar una gran afluencia de mano de obra, que trajo consigo el nacimiento de una oligarquía de gran poder financiero, en la margen derecha del Nervión, mientras el proletariado industrial lo hacía en la margen izquierda. Se vio la transformación de una sociedad agraria y tradicional en otra moderna e industrial.

Cambio Social

Como consecuencia de la industrialización y de la llegada masiva de inmigrantes se produjeron cambios en la estructura socioeconómica vasca. El cambio demográfico supuso un importante incremento de la población en Vizcaya y Guipúzcoa, menos en Álava, con saldo migratorio negativo, que mantuvo una sociedad rural. Se dio un rápido proceso de urbanización; en 1920, la red de núcleos urbanos era de trece ciudades medias, destacando Bilbao como importante metrópoli, que superaba los 110.000 habitantes. Vizcaya y Guipúzcoa experimentaron un gran aumento en la población activa industrial entre 1877 y 1930, una muestra clara del intenso proceso industrializador.

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