Transformación de España: De la Transición a la Democracia Consolidada (1979-2008)

Contexto político y primeras elecciones (1979)

En las elecciones de 1979, la Unión de Centro Democrático (UCD) ganó, pero no alcanzó la mayoría absoluta, lo que obligó a Adolfo Suárez a formar un gobierno en minoría. Los partidos socialistas, PSOE y PSP, se unieron, mientras que Coalición Democrática vio disminuir su número de votos. Los principales partidos nacionalistas fueron el catalán y el PNV en el País Vasco. Las primeras elecciones municipales, celebradas el 3 de abril, dieron a la UCD el mayor número de votos y concejales, aunque el PSOE consiguió las alcaldías más importantes, incluyendo la de Madrid. En el PSOE, Felipe González propuso eliminar el término marxista para ampliar la base electoral del partido. Esta propuesta no fue aceptada, lo que llevó a la dimisión de González, aunque posteriormente regresaría para consolidarse como líder. En el PCE, liderado por Carrillo, se produjeron enfrentamientos entre moderados y radicales. La falta de cohesión interna de la UCD dificultó la labor de gobierno de Suárez y evidenció su debilidad política. A pesar de ello, se aprobaron leyes importantes como el Estatuto de los Trabajadores y el Acuerdo Nacional de Empleo. El gobierno de Suárez tuvo que afrontar los siguientes problemas:

Principales desafíos del gobierno de Suárez

  • Crisis económica: Agravada por el encarecimiento del petróleo y la disminución de las inversiones extranjeras. Como consecuencia, aumentó el paro, la conflictividad laboral y el empeoramiento de las condiciones de trabajo.
  • Proceso autonómico: Causó tensiones en el gobierno y en la UCD, al considerarse que ponía en riesgo la unidad nacional. El gobierno intentó, sin éxito, evitar que Andalucía alcanzara la autonomía.
  • Terrorismo: ETA continuó su escalada de violencia, aunque se promovió la reinserción de presos y se disolvió la rama político-militar de la organización. El resto de la banda continuó sus acciones terroristas.

La moción de censura, la dimisión de Suárez y el golpe de Estado del 23-F (1981)

La crisis del partido fue aprovechada por el PSOE para plantear una moción de censura, que no prosperó. Se cuestionó la autoridad de Suárez, lo que llevó a la formación de un nuevo gobierno con representación de las distintas tendencias del partido. Los problemas persistieron y, consciente de la situación, Suárez dimitió en 1981. El 23 de febrero, durante la investidura del nuevo presidente, Calvo Sotelo, un grupo de militares liderados por el general Tejero asaltó el Congreso de los Diputados con el objetivo de acabar con la transición a la democracia. Simultáneamente, en Valencia, las tropas de Milans del Bosch declaraban el estado de guerra. En Madrid, se pretendía formar un gobierno de concentración. La actuación del rey fue crucial para evitar que el golpe prosperara. El monarca contactó con los mandos militares para asegurar su lealtad y se dirigió a la nación a través de la televisión. Finalmente, los golpistas fueron detenidos, procesados y condenados. El 25 de febrero, Calvo Sotelo fue investido presidente. Su labor estuvo condicionada por la crisis del partido y por el temor a otro golpe de Estado. Llegó a acuerdos con empresarios, sindicatos y la oposición, y firmó la LOAPA con el PSOE. Además, sacó adelante la ley del divorcio. Solicitó autorización a las Cortes para la adhesión de España a la OTAN, la cual fue concedida, aunque la integración no fue completa.

El gobierno de Felipe González (1982-1996)

Entre 1981 y 1982, la UCD se desintegró. Suárez formó el CDS y Sotelo no tuvo más opción que disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones. En las elecciones de 1982, el PSOE obtuvo una victoria contundente con mayoría absoluta. Felipe González lideró la campaña y la UCD obtuvo resultados muy pobres, siendo reemplazada por Alianza Popular (AP), liderada por Manuel Fraga. Felipe González asumió la presidencia y se mantuvo en el poder hasta 1996, proporcionando una gran estabilidad al gobierno. Sin embargo, las mayorías absolutas pueden desvirtuar la función de algunos organismos, dando lugar a la corrupción que marcó la segunda mitad de la década de 1980. La política del gobierno se centró en consolidar la democracia y se adoptaron medidas que transformaron España:

  • Reforma de instituciones como el ejército y la administración.
  • Modificación del Código Civil.
  • Cambio en el sistema educativo.
  • Aprobación de la ley del aborto.
  • Implementación de una política social (asistencia sanitaria, pensiones).

El terrorismo continuó. Para afrontar la crisis económica, el gobierno adoptó medidas como la devaluación de la peseta. También tuvo que afrontar el caso Rumasa, cuyas empresas fueron expropiadas tras detectarse problemas de liquidez e irregularidades, para posteriormente ser reprivatizadas. Se implementaron regulaciones de empleo en los sectores en crisis, lo que provocó un aumento del paro. De acuerdo con los Pactos de la Moncloa, se llevó a cabo una reforma fiscal con la introducción del IRPF para aumentar el estado del bienestar en prestaciones por desempleo, educación y sanidad. En 1986, entró en vigor el IVA y, desde entonces hasta 1992, se experimentó un crecimiento económico. Sin embargo, la recesión regresó en 1993. La regulación de las pensiones provocó el descontento de los sindicatos. UGT y CCOO organizaron una huelga general que supuso un revés para el gobierno y deterioró las relaciones entre UGT y PSOE. Las huelgas continuaron ante el aumento del paro y la disminución salarial. En cuanto a la política exterior, el gobierno de Felipe González fue muy activo. En primer lugar, celebró un referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN. El PSOE, en la campaña de 1982, había prometido anular la decisión de ingresar en la Alianza, pero tras su victoria, congeló este asunto. Sin embargo, su postura fue cambiando y, en el referéndum de 1986, apoyó el «sí», aunque gran parte de la izquierda prefería la salida de la organización. Para la integración de España en la Comunidad Económica Europea (CEE), Francia interpuso numerosas trabas. A pesar de ello, en 1986 se produjo la adhesión efectiva. Hubo un periodo de adaptación hasta 1993, cuando desaparecieron los aranceles y se permitió la libre circulación de personas y capitales. España se comprometió con el Tratado de Maastricht, que fundó la Unión Europea, y apoyó la creación del euro. La trayectoria del PSOE se vio truncada en las elecciones de 1989, que marcaron el inicio del declive del partido, mientras que la derecha se reorganizaba con José María Aznar al frente del PP. En 1993, el PSOE perdió la mayoría absoluta y tuvo que pactar con los nacionalistas a cambio de cesiones autonómicas. Entre los casos internos que más afectaron al partido, destacan:

  • Caso Guerra: El hermano del vicepresidente Alfonso Guerra utilizó sus influencias para realizar negocios privados. El vicepresidente tuvo que dimitir, aunque contó con el apoyo del presidente.
  • Caso Filesa: El PSOE se financió mediante tramas ilegales.
  • Escándalos de corrupción como el de Luis Roldán.
  • Asuntos relacionados con ETA y los GAL.

El gobierno de José María Aznar (1996-2004)

Como consecuencia de estos escándalos, el PSOE perdió votantes y, en las elecciones de 1996, el PP ganó las elecciones, teniendo que pactar con los nacionalistas. Aznar asumió la presidencia y firmó un acuerdo con los sindicatos para garantizar las pensiones. Pactó una reforma laboral para combatir el paro y mantuvo la política del PSOE en cuanto a los criterios de Maastricht. Luchó contra la inflación y el paro, pero la privatización de empresas fue muy criticada. En 2002, abolió el servicio militar obligatorio, profesionalizando las Fuerzas Armadas. La inmigración se reguló con la Ley de Extranjería. En las elecciones del 2000, el PP obtuvo la mayoría absoluta. La lucha contra el terrorismo continuó y Aznar consiguió la colaboración de la UE. En 1997, ETA cometió actos de gran repercusión social, como el asesinato de Miguel Ángel Blanco. ETA declaró una tregua unilateral, que posteriormente rompió. La segunda legislatura de Aznar finalizó marcada por los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, perpetrados por terroristas islámicos. En política exterior, se siguió la línea del PSOE. España se integró en la estructura militar de la OTAN, mantuvo relaciones cordiales con países iberoamericanos y abrió negociaciones con el Reino Unido sobre Gibraltar. Hubo tensiones con Marruecos por el islote Perejil. Las relaciones con Estados Unidos fueron muy fluidas y Aznar apoyó a George W. Bush en la invasión de Irak, un hecho que desgastó electoralmente al PP.

El regreso del PSOE (2004-2008)

En las elecciones de 2004, el PSOE resultó vencedor. Su primera legislatura estuvo marcada por la tensión política generada por el atentado del 11-M. El gobierno socialista tomó medidas como la retirada de las tropas de Irak. Llevó a cabo una política social con la aprobación de leyes como la del matrimonio homosexual, la Ley de Divorcio y la Ley de Dependencia. Reabrió el proceso autonómico, enfrentándose al PP y generando polémica. En 2005, se intentó negociar con ETA, pero el PP se opuso y, tras el atentado de 2006, se evidenció la intención de la banda terrorista de no abandonar las armas. En las elecciones de 2008, el PSOE volvió a ganar e inició su segunda legislatura.

Conclusión: Transformación y modernización de España

En conclusión, el ingreso en la CEE fomentó el espíritu europeísta, permitiendo la creación de un Estado del bienestar caracterizado por la mejora de la educación y la ampliación de la seguridad social. El papel de la mujer se ha vuelto mucho más activo en todos los ámbitos y la llegada de inmigrantes ha aportado nuevas pautas culturales que han enriquecido la sociedad, aunque no han estado exentas de discriminación. Finalmente, el consumismo ha caracterizado este periodo y ha creado nuevos valores y actitudes. Con esta situación, llena de cambios con respecto a épocas anteriores, se configura la España actual.

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