La Creación del Mercado Común Español (1837-1892)
Desde 1837 hasta 1892 se produjo en España un proceso de unificación del sistema económico, la creación de un mercado único, que fue posible gracias a la organización de redes comerciales y de transporte, el establecimiento de una legislación mercantil y la unificación del sistema financiero y fiscal.
Se mejoraron las vías de comunicación de España, con la creación del servicio de correos en 1850 y del servicio de telégrafos en 1852, junto con la construcción del ferrocarril que, impulsado durante el Bienio Progresista (1854-1856), permitió construir una red básica de comunicaciones en España.
También se suprimieron las aduanas interiores. La legislación de exportación e importación se puede dividir en dos periodos:
- 1º (1841 a 1875): Predominaba el librecambismo, aunque se protegían algunos productos españoles. Se dejaba la puerta abierta a las importaciones. El Bienio Progresista (1854-1856) y el Sexenio Revolucionario (1868-1874) fueron las etapas más librecambistas.
- 2º (1875-1898): Coincidió con la primera fase de la Restauración. Fue una etapa de fuerte proteccionismo, que culminó en el arancel de 1892. Este arancel protegió el textil catalán y la siderurgia vasca, donde los latifundistas y los industriales forzaron a los gobiernos a subir los aranceles para evitar la competencia extranjera.
Sobre el sistema monetario, a principios del siglo XIX era un caos porque convivían diferentes monedas y sistemas de cuenta. Para llevar un sistema contable y homogeneizar el precio de los productos, era imprescindible modernizar el sistema y crear una moneda única para todo el estado. Esta fue la peseta, moneda única con la equivalencia de su valor en oro y plata.
También hubo que modernizar el sistema de impuestos y organizarlo de una manera más funcional. Esto modernizó la fiscalidad y se mantuvo relativamente estable a lo largo de todo el siglo XIX.
La Restauración: Hechos Políticos (1875-1898)
Se conoce con el nombre de Restauración el período que va de 1875 a 1931 (Nota: el texto original indica 1831, pero el contexto y el título sugieren 1931, que es la fecha correcta del fin de la Restauración. Se mantiene el rango del título 1875-1898 para esta sección específica, pero se corrige la fecha final del periodo general de la Restauración para mayor precisión histórica.). Este periodo pasa por dos fases separadas por la crisis de 1898 (pérdida de Cuba y Filipinas).
El 29 de diciembre de 1874, el general Arsenio Martínez Campos encabezó un levantamiento en Sagunto y proclamó a Alfonso XII, hijo de Isabel II, rey de España. En Madrid se formó un gobierno provisional presidido por Antonio Cánovas del Castillo. El nuevo jefe del gobierno ya gozaba oficiosamente de la confianza de Alfonso XII, a quien había redactado el Manifiesto de Sandhurst, hecho público los primeros días de diciembre del mismo año. El 9 de enero de 1875, el joven rey entró en España; el día 14 llegó a Madrid. La dinastía borbónica acababa de ser restaurada.
Bipartidismo
La Restauración se caracterizó por la construcción de dos grandes partidos políticos que representaban la derecha y la izquierda dentro del pensamiento liberal.
- Cánovas lideró el primero, el Partido Liberal Conservador (llamado más adelante Partido Conservador), formado por personajes procedentes del antiguo Partido Moderado, de la Unión Liberal y de un sector del Partido Progresista. También tuvo muy pronto la adhesión del episcopado y de buena parte del catolicismo no integrista.
- Práxedes Mateo Sagasta lideró el Partido Liberal Fusionista (llamado más tarde Partido Liberal), formado por personas procedentes de los sectores demócratas, radicales y del republicanismo moderado. Recibió la influencia y el apoyo de los profesionales liberales, los comerciantes, los banqueros, los militares y los funcionarios.
La ocasión histórica que permitió el inicio de la práctica política de los nuevos partidos fue la reunión de las Cortes Constituyentes, en febrero de 1876. A partir de la aprobación de la Constitución de 1876, la vida política del país se basó en la alternancia pacífica de los dos grandes partidos en la gestión del poder del estado. El bipartidismo se consolidó con la muerte del rey Alfonso XII, en 1885, sin sucesión masculina y con la reina embarazada.
Política Exterior
El nuevo régimen fue reconocido muy pronto por las potencias extranjeras. Esto se podía interpretar como una clara legitimación de la nueva monarquía y del nuevo régimen político ante los sectores católicos de la opinión pública española.
El nuevo régimen tuvo éxito en la pacificación de Cuba, donde se había iniciado, poco después del estallido de la Revolución de 1868 en España, una guerra de liberación que había durado diez años y que había comenzado con el llamado Grito de Yara. El general Martínez Campos fue enviado a la colonia caribeña con el encargo de combatir a los rebeldes y de negociar. La Paz de Zanjón, acuerdo firmado el 12 de febrero de 1878, llevó momentáneamente la paz a la isla.