EL SISTEMA POLÍTICO:El artífice del sistema político de la Restauración fue Cánovas del
Castillo, el cual pretendía restaurar la monarquía y el sistema representativo en su versión doctrinaria (soberanía compartida, sufragio censitario). Cánovas del Castillo, que había conseguido que Isabel II abdicase a favor de su hijo Alfonso, pretendía asentar sólidamente el poder civil y hacer del rey jefe supremo del ejército.
La Restauración no fue un sistema democrático, sino liberal, apoyado en un bipartidismo estable, interesado principalmente en el mundo de los negocios y la economía.
El alfonsismo, que fue definido por Cánovas en el Manifiesto de Sandhurst, presentaba la ideología política conjunta de monarquismo y liberalismo que lo convertía en un sistema político liberal conservador, cuyos principios eran:
a)Reconocimiento de la legitimidad histórica de la monarquía como principio independiente de la soberanía nacional.
b)Modelo político basado en la soberanía compartida del rey y las Cortes.
c)Monarquía constitucional integrada por las fuerzas políticas y sociales que aceptasen sus principios.
d)Un sentimiento patriótico, liberal y católico como fundamento del régimen.
El papel de la monarquía era administrar la vida política garantizando la alternancia en el poder de los dos partidos dinásticos:
-El Partido liberal-conservador (Partido conservador)
, organizado durante el Sexenio. Su jefe era Cánovas del Castillo y sus miembros pertenecían a la aristocracia y la alta burguésía.
-El Partido liberal-fusionista (Partido liberal)
, que puso a diversos sectores, profesionales y clases medias, a favor de Sagasta. Su programa es más reformista y laico.
Ambos eran partidos de notables, que contaban con periódicos, centros de reuníón y comités en todas las regiones.
Estos dos partidos se alternaban en el ejercicio del poder por turnos hasta la crisis de 1898. El Partido liberal accedíó al gobierno en 1881 y, al morir Alfonso XII, hubo un acuerdo entre los dos líderes para mantener las reglas durante la regencia de Mª Cristina de Habsburgo.
Con los gobiernos liberales se aprobaron leyes más progresistas: como la abolición de la esclavitud en las colonias y el sufragio universal masculino.
La alternancia en el gobierno fue posible gracias a un sistema electoral corrupto, que presionaba al electorado valíéndose de la influencia y el poder de ciertos individuos sobre la sociedad: los caciques.
Es decir, el resultado de las elecciones estaba decidido de antemano.
La política canovista consiguió la pacificación interior y exterior:
Finalizó la guerra carlista en 1876, abolíéndose los fueros, aunque más tarde se establecíó el concierto económico por el que el gobierno y las diputaciones vascas fijaban el cupo con que cada territorio debían contribuir a la hacienda. La guerra de los diez años en Cuba terminó en 1878 con la paz de Zanjón, con el problema sin resolver: no se abolíó la esclavitud hasta años más tarde.
CONSTITUCIÓN DE 1876: Las Cortes Constituyentes fueron elegidas por sufragio universal masculino, pero más tarde, una ley establecería el sufragio censitario. La Constitución de 1876 es un término entre la de 1845 y la de 1869. Reconocía la soberanía compartida por el rey y las Cortes. La declaración de derechos era similar a la del 69, pero éstos podían ser suspendidos. Había tolerancia religiosa, aunque lacatólica era la religión del Estado. Las Cortes estaban formadas por dos cámaras: el Congreso y el Senado. Éste último era conservador. Las Cortes eran convocadas y disueltas por el rey. La monarquía prevalece sobre la Constitución. El rey posee el poder ejecutivo y comparte el legislativo con las Cortes. Es, además, el mando supremo del ejército.
LAS OPOSICIONES AL SISTEMA: CARLISMO Y REPUBLICANISMO: Los republicanos creían que la democracia era igual a República. Creían que para lograr el progreso y la independencia el desarrollo de la educación y la ciencia eran primordiales. Así, promovieron los Ateneos populares (en 1881 se fundó el Ateneo obrero de Gijón).
El problema de los republicanos fue la división interna y las malas relaciones existentes entre ellos.
En cuanto al carlismo, el pretendiente Carlos VII se exilió y dio comienzo una nueva etapa carlista. Con Cándido Nocedal, el catolicismo más integrista pasó a ser la principal seña de identidad.
El sector carlista se reestructuró en las Juntas Tradicionalistas, que eran órganos de coordinación y propaganda en provincias y localidades. El carlista asturiano Vázquez de Mella sería diputado por Pamplona.
LAS GUERRAS COLONIALES Y LA CRISIS DE 1898: Cuba era uno de los principales productores azucareros y tabaqueros a nivel mundial. La población de este país se pasa al separatismo gracias al apoyo del Partido Revolucionario Cubano. La Paz de Zanjón puso fin a la llamada Guerra Larga. La insurrección se reinició en 1895 (Grito de Baire)
y será dirigida por José Martí, como líder, y por Maceo y Máximo Gómez, como jefes militares. El gobierno español envía al genral Martínez Campos para conseguir establecer la paz. Tras su fracaso, fue el general Weyler, con medidas más drásticas y duras.
La guerra hispano-norteamericana se inició a partir del hundimiento de un barco de los Estados Unidos y la intervención norteamericana en Cuba y Puerto Rico, y acabó con la derrota de España. Por el tratado de París españa reconoce la independencia de Cuba.
El desastre suspuso un golpe tremendo para la conciencia de los ciudadanos españoles, debido tanto a las pérdidas humanas (muerte de cientos de miles de personas y desmoralización de todo el país) como a las materiales (pérdidas de los ingresos coloniales y subida de precios de los alimentos). Podría decirse que fue incluso más grave, el desprestigio militar debido a la gran derrota.
La crisis política era un hecho inevitable. Se perdíó la autoridad de los dirigentes de la primera generación y se nombraron nuevos líderes, como Antonio Maura en el partido conservador y Canalejas en el liberal. Surgieron críticas hacia el funcionamiento de la política española. Finalmente la derrota fue aceptada con resignación.