Tema 9.- La España de la Restauración: La guerra colonial y la crisis de 1898
Introducción
El vacío de poder provocado por la invasión francesa de la Península determinó el inicio de independencia de las colonias americanas. Entre 1810 y 1824
España perdíó su Imperio de ultramar con la excepción de Cuba, Filipinas y Puerto Rico, que conservó hasta 1898.
Las islas aportaban a la economía española un flujo continuo de beneficios debido a las fuertes leyes arancelarias que fijaba el gobierno español. Desde el punto de vista político, las élites locales no podían disponer de ninguna forma de autogobierno.
A final de Siglo XIX se produce una profunda crisis, cuyos detonantes serán dos guerras: la Guerra de Cuba y la Guerra de Filipinas. La pérdida de las colonias produce en España una crisis de tal tamaño que se denominó el “Desastre del 98” o “Crisis del 98”. Significó, en definitiva, el inicio de la crisis de la Restauración.
Desarrollo 1.- La Guerra colonial
En 1868 se produjo una sublevación popular dirigida por Manuel de Céspedes (grito de Yara), que dio comienzo a la lucha por la abolición de la esclavitud y por la autonomía política. En la insurrección influyó el ejemplo de Estados Unidos donde había sido abolida la esclavitud tras la Guerra de Secesión
Cuando Alfonso XII llegó al trono permanecía activa la guerra de los Diez Años, cuya finalidad era la independencia de Cuba y la emancipación de los esclavos. Fue firmada la Paz de Zanjón (Febrero de 1878) que dispónía lo siguiente: 1.- La capitulación incondicional de las fuerzas cubanas ante el Ejército español. 2.- El reconocimiento del gobierno español como máxima autoridad de Cuba. 3.- La autorización de partidos políticos siempre que no lucharan contra el poder español. 4.- La libertad para los esclavos que habían luchado al lado de los “mambises” 5.- Libertad de prensa y reuníón mientras no se utilizaran para atacar a España. Se formaron dos partidos políticos, el Partido Liberal Cubano y la Uníón Constitucional.
Las tensiones entre los criollos cubanos y el gobierno español aumentaron a raíz de los fuertes aranceles proteccionistas para dificultar el comercio con Estados Unidos
Como consecuencia, durante la última etapa del gobierno de Cánovas se reactivó la guerra por la independencia de Cuba (“Grito de Baire”, Febrero de 1895) que culminó con el Desastre de 1898.
Los independentistas cubanos como José Martí y Máximo Gómez fundaron en 1892 el Partido Revolucionario Cubano y se exiliaron en Estados Unidos. José Martí regresó a Cuba para reactivar la guerra por la independencia y fue asesinado.
Paralelamente, en 1896 se produjo la rebelión de las Islas Filipinas.
El archipiélago había recibido una escasa inmigración española y contaba con una débil presencia militar, que se veía reforzada por un importante contingente de misioneros.
El independentismo filipino fue protegido por la Liga Filipina, fundada por José Rizal en 1892. La insurrección se extendíó por Manila y el capitán general Camilo García Polavieja llevó a cabo una política represiva, condenando a muerte a Rizal a finales de 1896
El nuevo gobierno liberal de 1897 nombró capitán general a Fernando Primo de Rivera que promovíó la negociación indirecta con los principales jefes de la insurrección
Cuando parecían nuevamente encauzados los problemas en Cuba y Filipinas, intervino Estados Unidos para precipitar el desastre en el que también hay una responsabilidad directa de los gobiernos de la Restauración puesto que:
- No existíó voluntad política para renovar la Armada española ni las instalaciones defensivas de las colonias de ultramar.
- No fue renovado el Tratado de Adhesión a la Triple Alianza durante el segundo gobierno de Sagasta (1892-95)
Frente a la inoperancia de los gobiernos de la Restauración se impuso el afán expansionista de los EE.UU. Por el Caribe y el Pacífico. El chispazo fue la explosión del acorazado “Maine” en el puerto de La Habana (Febrero de 1898).
Este acontecimiento fue aprovechado por el presidente Mc Kinley para lanzar un ultimátum a España (Abril, 1898) para que se retirara de Cuba.
El 22 de Junio, las tropas estadounidenses desembarcaron en Daiquiri. El 1 de Julio, se libró una terrible batalla en la colina de San Juan en la que, a pesar de enfrentarse a una superioridad de uno a diez, los españoles causaron más bajas de las que sufrieron. El 3 de Julio, la Armada española fue destrozada en Santiago de Cuba
El 26 de Julio, las tropas estadounidenses desembarcaron en Puerto Rico, donde se formaron grupos guerrilleros para combatir a los invasores hasta que el Ejército norteamericano entró en San Juan.
El 30 de Abril de 1898, la flota estadounidense, al frente del almirante Dempsey, hundíó los barcos españoles en Cavite y los soldados ocuparon Manila en el mes de Agosto.
En Diciembre de 1898, se procedíó a la firma de la Paz de París por la que España reconocíó la independencia de Cuba y cedíó Filipinas, Guam y Puerto Rico a EE.UU. A cambio de veinte millones de dólares.
2.- La crisis del 98
El impacto de la pérdida de los restos del Imperio colonial español fue diverso:
- Sabino Arana atribuye la derrota a la decadencia de la raza española
- Los dirigentes políticos de la Restauración como el conservador Silvela pensaban que el país estaba muerto.
- El ejército fue responsabilizado de la derrota y sufríó un desprestigio social
- Los republicanos propónían como solución liquidar a la Iglesia y a la monarquía ya que eran los causantes últimos del atraso español.
- Los socialistas y los anarquistas opuestos desde el principio a la guerra, pensaban que había llegado el momento de la revolución que iba a acabar con el sistema liberal burgués.
Ante el desastre colonial de 1898, la mayoría de la sociedad española se mostró indiferente, e incluso aliviada porque ya no era necesario enviar más tropas en unas condiciones terribles.
El desastre fomenta la aparición de dos movimientos intelectuales que comparten una visión pesimista de España: la Generación del Noventa y Ocho y el Regeneracionismo
La Generación del 98 reúne a un grupo de literatos afectados por el Desastre del 98, como literarios, pintores, músicos e historiadores, los que se caracterizaron por su profundo pesimismo, su crítica frente al atraso peninsular y plantearon una profunda reflexión sobre el sentido de España y su papel en la Historia.
El pensamiento de los regeneracionistas se basa en los siguientes juicios:
1.- Condena el pasado español. La Historia de España era la de una nacíón frustrada, una nacíón deformada. Según Ortega, el fin de la nacíón española comenzó en 1580 cuando ya eran identificables los signos de agotamiento coincidiendo con los últimos años del reinado de Felipe II. 2.- El europeísmo. Ortega y Gasset decía que Europa era la solución. Este filósofo español tenía una visión idealizada del Viejo Continente donde sólo se salvaban países con un régimen liberal parlamentario.3.- Hostilidad extrema hacia el régimen de la Restauración. En este punto coincidían tanto los regeneracionistas (Joaquín Costa) como algunos de los miembros de la Generación del 98 (Valle Inclán o Unamuno) y es el gusto por el antiliberalismo.
Al margen de las percepciones que tuvieran los intelectuales de la época y para sorpresa de todos los que daba por enterrada a la Restauración y a España, pudieron observar cómo se iniciaba una modesta pero creciente prosperidad auspiciada por la repatriación de capitales tras el desastre del 98.
En el aspecto institucional, políticos como Maura o Canalejas intentarán reformar sin éxito el sistema político para homologarlo a las democracias occidentales.
Consecuencias
Por la Paz de París España pasó a ser definitivamente a ser una potencia de segundo orden al perder lo que le restaba de su extenso Imperio forjado en el Siglo XVI. La pérdida se producía en un momento en el que se estaban formando los grandes imperios coloniales europeos. Posteriormente, los gobiernos de la Restauración intentarían compensar este fracaso con la ocupación efectiva del Protectorado de Marruecos.