Rusia de principios del Siglo XX, era una potencia atrasada económicamente, social y políticamente. Se manténía un estado absolutista en manos del Zar, que concentraba en sus manos el poder supremo y sin límites del Estado.
El pueblo odiaba la autocracia del zar.
Millones de obreros y campesinos trabajaban en la agricultura y la minería soportando infernales condiciones de trabajo y de salud, ganando un sueldo miserable, mientras sus jefes nobles se enriquecían. El régimen zarista ignoró o aplicó bestiales represalias policiales a las protestas, revueltas y huelgas por mejores condiciones de vida.
La causa inmediata de los levantamientos de la Revolución Rusa fue la entrada de Rusia a la Primera Guerra Mundial, en contra de la voluntad del pueblo y de los 2 millones de soldados que fueron obligados a ir a la Guerra. Los levantamientos populares en contra de la guerra, y la uníón del Ejército y el cuerpo político a las insurrecciones, fueron el fuego que encendíó la mecha de la Revolución. Desde 1870, entraron en el país ideas marxistas y anarquistas que facilitaron los primeros movimientos de protestas y huelgas. Los obreros empezaron a pasar de huelgas económicas a nuevas formas de lucha: las huelgas y manifestaciones políticas, es decir la lucha revolucionaria del proletariado. Los más perjudicados fueron los campesinos atrasados y hambrientos, los soldados sin trabajo y los obreros con sueldos míseros… SOVIETS.
El 22 de Enero de 1905, miles de trabajadores se manifestaron frente a la residencia del zar Nícolás II pidiendo mejoras laborales y mejores condiciones de vida. La reacción de la estructura zarista fue durísima. Se ordenó hacer fuego frente a los manifestantes. Este hecho provocó una reacción en cadena: Una oleada de protestas, huelgas y motines que paralizaron el sistema productivo. Aparición en San Petersburgo y Moscú de asociaciones de obreros y campesinos, los soviets (comités de obreros), que se convertirían en órganos de poder, de oficiales de la marina y el ejército.
Ante esta crítica situación, el zar se avino a la negociación. Representantes del pueblo entregaron al zar el conocido como Manifiesto de Octubre, documento en el que se daban a conocer las demandas del pueblo ruso. En teoría, la monarquía pasaría de ser absoluta a constitucional.
El zar faltó a sus promesas. El país permanecíó inalterado, el poder político continuó perteneciendo al zar en exclusiva, con la riqueza y la tierra en manos de la nobleza.
Dentro del partido político Social Demócratas se encontraban los:
Mencheviques: Partidarios de pasar por una fase previa de capitalismo económico y sistema liberal, antes de instaurar el socialismo.
Bolcheviques: Partidarios de instalar inmediatamente el socialismo, aliándose con el campesinado.
El creciente protagonismo de los soviets creó en Rusia una dualidad de poderes: uno, el legal, encarnado en el Gobierno Provisional; otro, el real, el de los soviets liderados por Lenin. Éstos planearon la rebelión armada contra el gobierno de Kerensky. La caída del Gobierno Provisional se consumó tras el “Asalto al Palacio de Invierno” en San Petersburgo. La noche del 24 los soviets se habían apoderado de los puntos estratégicos de la capital. El crucero Aurora, anclado en el puerto, bombardeó el palacio, sede del gobierno. Todos sus componentes fueron detenidos, salvo Kerensky, que logró huir. Inmediatamente se constituyó un Consejo de Comisarios del Pueblo, formado por bolcheviques y presidido por Lenin, que se hicieron cargo del poder.
La revolución soviética había triunfado.
Primer Gobierno de “Comisarios del Pueblo”. Cargos políticos con responsabilidades concretas. Aquí destacaron líderes como Trotski, Stalin y Rykov. Finalmente, en 1918, Rusia fue proclamada República Democrática Federal. Pero a partir de este momento, sufríó una cruenta Guerra Civil.
Ejército Rojo: comunista y revolucionario , liderado por León Trotsky
Ejército «blanco»: fuerzas contrarrevolucionarias , altos mandos del antiguo Ejército Ruso, monárquicos zaristas, conservadores, liberales , capitalistas, nacionalistas y mencheviques, que se opónían a la revolución bolchevique, además de aquellas viejas capas de población que veían perder privilegios o-
posición social o eran beneficiados por el anterior sistema. Los blancos recibían apoyo de potencias extranjeras que temían la abolición de la propiedad privada, el poder de los obreros y que se produzcan por contagio, revueltas obreras en sus países. Reino Unido, Estados Unidos, Francia y Japón enviaban material, recursos o tropas, pues temían la expansión del comunismo al mundo.
Lenin declaró el “comunismo de guerra” para evitar que el país se sumiera en un caos total. La centralización parecía la única manera de reconstruir el Estado y poner en marcha su economía. Los bolcheviques ocuparon la administración y se establecíó la policía de Estado, ejercíó el monopolio del poder y controló todos los órganos del gobierno y del estado. Su secretario general Lenin, era la principal autoridad de la Uníón Soviética.
Viendo que la economía no mejoraba, sino que iba a peor, Lenin aprobó entre 1921 y 1922 la llamada N.E.P (Nueva Política Económica), una adaptación de los principios socialistas a las circunstancias en las que estaba sumido el país.
La Guerra Civil llegó a su final con la conquista por parte del ejército rojo de Vladivostok el 25 de Octubre de 1922.
En 1922, Josef Stalin fue nombrado Secretario del Partido Comunista. En 1924, muere Lenin y se desencadena una terrible lucha por la sucesión. Trotski pretendía la “revolución socialista mundial” Stalin anhelaba consolidar el socialismo en Rusia.
En 1927, Stalin logró expulsar a Trotski quien fue deportado a Siberia y luego expulsado de la URSS.
Se exilió en México, donde fue asesinado por orden de Stalin.
Desde 1928 hasta su muerte en 1953, Stalin tuvo el dominio absoluto del partido Comunista, el Estado y la sociedad soviética. Practicó un rígido autoritarismo y controló con mano de hierro, expulsando a todos los que se opusieran o simplemente no lo apoyaran con energía. Controló la prensa y la radio con lo que silenció a los adversarios y atemorizó a los disidentes. Manejó la cultura, los artistas, escritores, pintores glorificaron al régimen soviético y a sus líderes. Su figura fue exaltada hasta el endiosamiento generando un culto alrededor de su persona.