Convenio de vergara

1.- CLASIFICACIÓN Y TIPOLOGÍA


El convenio de Vergara es un texto histórico circunstancial, que nos sirve de importante fuente para el estudio del final de la primera Guerra carlista.
Es de carácter político militar. Es una fuente primaria y objetiva. Es un pacto o acuerdo entre las partes beligerantes, ratificado por los dos generales de los ejércitos isabelinos y carlistas, don Baldomero Espartero y don Rafael Maroto. La fecha y el lugar de la firma del documento vienen expresados al pie del mismo: 31 de Agosto de 1839 en Vergara (Guipúzcoa). Va dirigido a los militares y soldados de los dos ejércitos combatientes, y, en general a todo el pueblo español. Los autores son el general Espartero, uno de los protagonistas del reinado de Isabel II. Marchó a América para reprimir el primer levantamiento separatista, sin éxito, y regresó a España en 1825, siendo regente de España durante la minoría de la reina, tras la renuncia de María Cristina. Dirigíó los destinos del país durante el bienio progresista (1854-1856), aunque su fama se la debe al triunfo obtenido sobre el general Maroto en la Guerra Carlista. Rafael Maroto, nacido en Lorca (Murcia) en 1783. Se distinguíó en la Guerra de la Independencia y también en la represión de los separatistas peruanos. Regresó a España y se inclínó por el bando carlista, siendo el general encargado de llevar a cabo la guerra final contra Espartero. Una vez firmado el Convenio de Vergara, se incorporó al ejército isabelino con el grado de capitán general.

2.ANÁLISIS Y COMENTARIO


El texto consta de un breve preámbulo en el que se presentan a los dos personajes principales, Espartero (bando isabelino) y Maroto (bando carlista). A continuación aparecen tres artículos no consecutivos pues no se incluye el 3. El lenguaje utilizado es de tipo objetivo, sin términos difíciles de entender. El carácter militar del documento es evidente y las referencias a instituciones o personajes se limitan a la Constitución de 1837 y a la Reina-niña Isabel II, así como a su madre, la Reina Regente, María Cristina. La idea fundamental está recogida en el artículo 1º’, y se refiere al compromiso del Gobierno de conceder y modificar los fueros de los territorios carlistas. Las ideas secundarias aparecen en los otros dos artículos y se refieren a la oferta del bando isabelino de respetar los empleos, grados y condecoraciones de los mandos del ejército carlista, o bien la posibilidad de retirarse con el sueldo que les corresponda. La primera Guerra Carlista se lleva a cabo desde 1833 hasta 1839. Podemos destacar una primera fase en la que el General carlista Zumalacárregui obtiene importantes éxitos, pero su muerte hace cambiar el signo de la contienda: ni el General Máximo Gómez, ni el propio don Carlos consiguen éxitos importantes, por lo que la situación se hace insostenible, llegándose a la firma del pacto. Tuvo alrededor de 150.000 víctimas, hizo que la monarquía se decantara definitivamente hacia el liberalismo en su versión más moderada. En cuanto a los acuerdos que se firman, podemos decir que las recomendaciones que Espartero promete hacer al Gobierno, fueron atendidas, pues el Convenio de Vergara supuso para el País Vasco la conservación de sus privilegios y fueros, también se respetó el derecho a seguir en el ejército o a retirarse con el sueldo que le correspondiese. 

3. CONTEXTO HISTÓRICO


Las circunstancias históricas se remontan a la década absolutista (1823-33), durante la cual se había ido formando en torno al príncipe Carlos un partido que agrupaba a los representantes del absolutismo más radical. El problema se agravó cuando publicó la Pragmática Sanción, que su padre Carlos IV había presentado a las Cortes en 1789, por la cual se abolía la Ley Sálica, que prohibía reinar a las mujeres. La Pragmática fue aprobada entonces, pero no fue publicada debido al estallido de la Revolución Francesa y al cierre de las Cortes españolas en1789. Durante los primeros años del reinado de Fernando VII, al no tener descendencia en ninguno de sus tres primeros matrimonios, el heredero al trono y Príncipe de Asturias era su hermano Carlos, el cual protestó abiertamente ante la publicación de la Pragmática Sanción. El nacimiento de una niña, alejaron cada vez más las posibilidades de reinar de Carlos, el cual conspiró en contra de su hermano, aprovechando su enfermedad, lo que le valíó su destierro a Portugal, lugar donde se encontraba cuando murió Fernando VII. Desde allí se apresuró a enviar a la nacíón el Manifiesto de Abrantes en el que reclamaba sus derechos al trono.

4. CONCLUSIÓN


El contenido del texto es sumamente conciliador. Es un acuerdo para la satisfacción de ambas partes, ya que el vencedor, Espartero, promete hacer lo posible para que los fueros de los territorios carlistas sean restablecidos, así como el mantenimiento de los cargos militares con sus emolumentos a todos los que han luchado en el bando carlista. Se concede la posibilidad de que los militares que no deseen jurar la Constitución de 1837 y a la reina Isabel II, se puedan retirar a sus casas, con el sueldo que les correspondiese. El acuerdo parece producto de la voluntad de Espartero y es que el poder político iba a inclinarse hacia el ejército y, en particular, hacia la figura del «caudillo», el general y salvador que podía hacer y deshacer gobiernos a su antojo, ponerse personalmente al frente de la administración… En este sentido, todo giraba ahora en torno a Espartero. Sin embargo, el Convenio de Vergara fue sólo un paréntesis en el problema carlista. La segunda guerra se reanudará en 1846, dirigida ahora por el aspirante conocido como Carlos VI. Una tercera guerra estallará tras el derrocamiento de Isabel II , dirigida por Carlos VII y con varias fases, coincidiendo con el reinado de Amadeo de Saboyá, la Iª República y la Restauración borbónica en la figura de Alfonso XII. No obstante, la derrota del carlismo representó una lenta pero imparable implantación en España de un régimen liberal.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *