LA ORGANIZACIÓN DEL RÉGIMEN
Terminando el Directorio Militar, Primo de Rivera intentó perpetuarse en el poder, para ello se basó en dos elementos claves: la Uníón Patriótica y la Asamblea Nacional Consultiva.
La Uníón Patriótica, se creó en 1924. La idea de Primo de Rivera es que fuera «un organismo político pero apolítico, ni de derechas ni de izquierdas y que uniese a todos aquellos capaces de trabajar para levantar el país». Fue en realidad, una agrupación conservadora de oportunistas, sin apoyo popular, que nacíó con la Dictadura y desaparecíó cuando ésta cayó.
El plebiscito de 1926 abríó paso a una Asamblea Nacional Consultiva, para elaborar una nueva Constitución. El anteproyecto no prosperó por dos causas fundamentales. En primer lugar su carácter ilegítimo. El anteproyecto estaba viciado de raíz, ya que no venía precedido de elecciones constituyentes, además de no ser representativa su composición. En segundo lugar tenía importantes carencias democráticas. No contemplaba la Soberanía Nacional, ni la división de poderes. Así la representación se realizaba a través de una Cámara única en donde sólo la mitad de sus representantes eran elegidos por sufragio universal y otorgaba tanto poder al Rey que incluso disgustó a Primo de Rivera.
LA OPOSICIÓN A LA DICTADURA Y LA CAÍDA DE Primo de Rivera
Fueron varios los sectores sociales y políticos que se opusieron a la Dictadura, entre los que destacan por un lado los políticos de la Restauración: al principio su postura fue de expectativa, creían que el régimen resultaría poco duradero pero ante su exclusión de la vida pública terminaron enfrentados al dictador.
Los republicanos, aunque con un problema interno fundamental, el de su desuníón. En Febrero de 1926 firmaron una especie de pacto (Alianza Republicana), aunque cada grupo actuaba por su cuenta.
La oposición militar.
Paradójicamente en 1925-1926 surge una oposición dentro del ejército. Primo de Rivera era partidario de los ascensos por méritos de guerra, que favorecían a los militares africanistas.
La relación de los intelectuales y la Dictadura fue de un enfrentamiento continuo. El primer choque lo vemos en 1924 cuando Unamuno fue suspendido de empleo y sueldo y desterrado a Fuerteventura. Se clausuró el Ateneo de Madrid por «republicanismo». Todo esto originó incidentes estudiantiles, que en Marzo de 1928 provocaron el cierre de las Universidades de Madrid y Barcelona, con la pérdida de matrícula por parte de los alumnos.
La burguésía catalana comenzó a retirarle su apoyo por la falta de autonomía.
A medida que pasaba el tiempo, el movimiento obrero irá tomando posiciones cada vez más enfrentadas a la dictadura y partidarias de una salida republicana, como los socialistas y los anarquistas que se reorganizan y crean en 1927 la FAI (Federación Anarquista Ibérica).
Todos estos grupos aglutinaron el movimiento opositor que cada vez fue mayor, sobre todo con los efectos de la crisis económica del 29, que afectó a todos los sectores de la sociedad. En los últimos meses de 1929, arreciaron las protestas que llevaron a la dimisión del Dictador.
Esta estuvo motivada por la desaparición del apoyo del Ejército y la Corona y de las clases conservadoras (Iglesia, banqueros e industriales) que desconfiaban del intervencionismo del Dictador. Miguel Primo de Rivera, después de meditar distintas formas de salir de la Dictadura, hizo una consulta a los altos mandos militares. Al ver el escaso entusiasmo de éstos por el régimen, presentó la dimisión el 28 de Enero de 1930. Marchó a París, donde moriría al poco tiempo.
LA TRANSICIÓN A LA REPÚBLICA
En este momento el Rey encargó el gobierno al General Berenguer, iniciando un periodo que se ha llamado la «Dictablanda», con el objetivo de conducir al país a la normalidad constitucional. Pero la lentitud que imprimíó a su acción de gobierno hizo, que después de un año, muchos políticos perdieran la confianza en el futuro de la monarquía.
Además el pueblo español había experimentado un cambio profundo, por primera vez los españoles se interesaban por la política.
En Agosto de 1930 todas las fuerzas antimonárquicas firmaron el PACTO DE SAN SEBASTIÁN, un programa para presentarse a las elecciones y para derrocar la monarquía e instaurar la república.
En dicho Pacto se programaban dos líneas de acción: una línea revolucionaria que se concretó en el pronunciamiento militar de Jaca de Diciembre de 1930 y que terminó con el fusilamiento de los capitanes Galán y García Hernández, y otra línea que será política, con una gran campaña de prensa y mítines antimonárquicos.
A partir de este momento se organizó un gobierno provisional republicano presidido por Alcalá Zamora que se reunía en el Ateneo de Madrid.
La crisis del gobierno surgíó a finales de 1930 cuando Berenguer quiso convocar unas elecciones generales, los partidos monárquicos protestaron anunciando que no acudirían alegando la necesidad de que primero fueran las municipales.
Berenguer ante la oposición presentó la dimisión al Rey.
Le sustituyó el gobierno del Almirante Aznar. Continuaron los desórdenes y las tensiones entre los miembros del gobierno. Aznar prometíó la convocatoria de las elecciones municipales que se celebrarían el 12 de Abril de 1931. La jornada electoral fue concebida como un plebiscito en que las posturas se simplificaban a favor o en contra de la Monarquía.
En la mañana del 14 de Abril, se aconsejó al rey aconsejándole que abandonara España, y ya había negociado con Alcalá Zamora su salida del país. El Comité Revolucionario, actuando como Gobierno Provisional, tenía apoyo en las calles y a las tres en punto se izó la bandera republicana en el edificio de la Telefónica, al llegar noticias de que en Eibar y Barcelona se había proclamado la República.
En la tarde se celebró el último Consejo de Ministros de la Monarquía en el Palacio de Oriente sin apenas resistencia a que Alfonso XIII abandonase el poder, con lo que el rey emprendíó viaje a Cartagena, para desde allí embarcar a Marsella.
A las 9 de la noche desde el despacho del Ministro de la Gobernación, Alcalá Zamora proclamó la República a todo el país, a través de las ondas de radio. De este modo, el nuevo régimen quedó instaurado sin derramamiento de sangre.
CONCLUSIÓN
La extrema derechitización del periodo final de la Restauración condujo a una dictadura de carácter fascista mientras que el gobierno unipersonal de Primo de Rivera acabó con la figura del rey, quien precisamente apoyó desde el principio este régimen. Así, el proceso de deterioro político y social de la España de la época condujo a corto plazo, al final de la monarquía y, a medio plazo, a la Guerra Civil.
La dictadura de Primo de Rivera fue un periodo importante en la historia de España y, no sólo, porque iba a ser el precedente y el laboratorio de experimentos que después consolidaría Franco. Primo de Rivera consiguió bastante éxitos como el crecimiento económico, la pacificación social y poner fin al conflicto de Marruecos, … Pero también puso fin al sistema pseudo- democrático de la Restauración.
Por otra parte, con el pronunciamiento militar sentó un precedente que se iba a repetir con mucha frecuencia en los años posteriores ya que la Dictadura fue como un retorno a la política del Siglo XIX donde el protagonismo político recayó en el ejército.
Además de este renacido prestigio de la violencia y el menosprecio por las urnas, según Santos Juliá el golpe de Primo de Rivera cerró todo camino para encontrar dentro de la monarquía constitucional, la solución al problema constituyente que los diferentes movimientos, obrero, republicano, reformista, catalanista, militar… Habían planteado, al menos, después de la crisis de 1917. En lugar de una reforma de la Constitución, España se encontró de pronto sin Constitución. Otra vez a empezar de nuevo; pero ahora desde otro regeneracionismo: el republicano-socialista.