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El Reino de León avanzó hasta el valle del Duero con Alfonso III el Magno a comienzos del Siglo X
Su reinado coincidíó con la época de máxima expansión territorial del reino astur. Sus triunfos militares en los tiempos de crisis en Al-Ándalus, resultaron un avance de las fronteras meridionales del reino. La ampliación territorial se detiene antes de finalizar el siglo IX con la recuperación de las comarcas del valle del Duero para la cristiandad. Coimbra, Zamora y Toro fueron fronteras del reino. A su muerte, sus hijos dividieron las tierras del reino astur, hecho que señala el nacimiento del reino de León y pone fin al ciclo asturiano de la Reconquista.
3.3 La división de Al-Ándalus en Reinos de Taifas facilitó el avance reconquistador
3.4 León y Castilla alcanzaron el Tajo en Toledo en el año 1085 siendo rey Alfonso VI.
La incorporación del reino de Toledo en 1085 al de Alfonso VI de León y Castilla constituyó el golpe más duro para los musulmanes. Toledo constituía un lugar estratégico en las relaciones entre los valles del Guadalquivir y Ebro. La idea de la pérdida de la ciudad era un presagio del final de la presencia islámica en la Península. Los reyes de Taifas llamaron en su ayuda a los almorávides. Éstos entraron en la península, vencieron a Alfonso VI en Sagrajas y, a pesar de sus derrotas ante Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, consiguieron unificar todo Al-Ándalus y amenazar los territorios cristianos.
3.5 El Reino de Aragón reconquistó Zaragoza en 1118 siendo rey Alfonso I el Batallador
En 1118, los aragoneses arrebataron a los almorávides Zaragoza. En los años siguientes, unidos ya aragoneses y catalanes, se hicieron con el resto del valle de Tortosa.
3.6 Las invasiones de los almorávides y los almohades frenaron la reconquista en el Siglo XII
3.7 Las Navas de Tolosa fueron la batalla decisiva de la que se aprovecharon Fernando III el Santo y Jaime I el Conquistador.
Los cristianos peninsulares aprovecharon los problemas de los almohades en el norte de África. Un ejército combinado de castellanos, navarros y aragoneses derrotaron en las Navas de Tolosa a las tropas almohades. Esta victoria supuso el comienzo del final de la presencia islámica en la Península. El avance conquistador más rápido correspondíó a catalanes y aragoneses unidos en el reino de Jaime I el Conquistador. A finales de 1229 entraron en Palma de Mallorca. Más tarde comenzó la conquista del reino de Valencia. Los castellanos y leoneses, en un reino regido por Fernando III el Santo, conquistaron las plazas de la actual Extremadura y avanzaron sobre el valle del Guadalquivir. Más tarde conquistaron Sevilla y el reino de Murcia.
3.8 Fernando III de Castilla, reconquistó el Guadalquivir y parte de Andalucía
3.9 Jaime I conquistó Mallorca y el Reino de Valencia, finalizando la reconquista aragonesa
3.10 Desde el Siglo XIII a los musulmanes solo les quedó el Reino Taifa de Granada
4. Organización política de los Reinos, instituciones de gobierno:
4.1 Los Reinos eran monarquías donde el rey poseía plenos poderes. Concepto patrimonial.
El poder de los reyes era autoritario, poseían todos los poderes: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Además tenían un concepto patrimonial, es decir, se consideraban dueños absolutos de los estados que gobernaban. De este modo, al morir, consideraban legítimo poder dividir sus estados entre sus hijos.
4.2 Los consejeros del rey:
la Curia Regia.
Junto con los magnates de cada reino, los miembros más descollantes del alto clero formaban parte de la curia regia, que era un consejo de asesoramiento al monarca.
4.3 El nacimiento de las Cortes, León 1188.
Las Cortes eran la institución que representaba al cuerpo del reino. Convocadas por el rey, reunían a representantes de la nobleza, el clero y algunas ciudades. Su función principal era votar el servicio o ayuda económica que las ciudades estaban dispuestas a dar al rey. El monarca escuchaba las peticiones de los representantes para mejorar el gobierno del reino. En Aragón, el rey y las cortes compartieron la capacidad legislativa. En Castilla, las Cortes carecieron de ella. Fueron la evolución del Aula Regia o consejo real y las primeras cortes (León, 1188) fueron presididas pos Alfonso IX, padre de Fernando III el Santo.
4.4 Administración de la justicia: El Fuero Juzgo y las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio
5. Modelos de repoblación y organización social:
5.1 A la conquista, siguió la repoblación: la regíón del Duero y la repoblación del sur.
5.2 Repobladores: cristianos, mudéjares, judíos y francos.
Cristianos:
eran los que mandaban en la Península Ibérica y también los más numerosos. Se diferenciaban en distintas clases: nobleza, alto clero, campesinos.
Mudéjares:
fueron campesinos en la Corona de Aragón, donde su número fue mucho mayor que en la de Castilla. En esta, trabajaban como artesanos de la construcción y residían en las morerías, que eran barrios extramuros de las ciudades.
Judíos:
los judíos estaban instalados en las ciudades, donde trabajaban como artesanos, comerciantes, prestamistas y médicos. Vivían en comunidades o aljamas establecidas en barrios separados, donde manténían sus autoridades religiosas y judiciales. Las más numerosas estaban en Barcelona y Toledo. A lo largo del tiempo, sus relaciones con los cristianos se fueron deteriorando. Más tarde, se les obligó a llevar el sambenito o signo, que prendido a su ropa, los distinguía como judíos.
Francos:
eran los franceses y demás gentes al norte del Pirineo. Llegaron a la Península como mercaderes y artesanos y se instaron en las villas del Camino de Santiago.
5.3 Núcleos de población:
fueros y cartas de población.
Las cartas de población eran utilizadas por los reyes para tratar de asegurarse la instalación de gentes en determinados núcleos. Este método permitíó consolidarse a villas y ciudades a lo largo del camino de Santiago. Los monarcas atrajeron a ellas mercaderes y artesanos. Los fueros de Jaca, Logroño y Benavente sirvieron de modelo para la organización de otras localidades. Con la misma idea, los monarcas estimularon la repoblación del litoral cantábrico; nacíó así San Sebastián, Bilbao, Santander o La Coruña.
5.4 Repartimiento de tierras.
Zona del Duero y el Sistema Central:
la repoblación se desarrolló a partir de la caída de Toledo en manos cristianas en 1085. El territorio fue dividido en grandes distritos constituidos por una ciudad o villa que actuaba como capital, y por un alfoz formado por numerosas aldeas. Fueron las comunidades de villa y tierra, como por ejemplo Salamanca, Ávila o Segovia.
Zona del Tajo:
en la repoblación, la novedad fue la existencia de una abundante población musulmana, que no tardo en ser expulsada, y otra mozárabe. El modelo repoblador se basó en grandes comunidades de villa y tierra, como Talavera o Madrid.
El valle del Ebro:
en ciudades como Tudela, Zaragoza y Tortosa, los cristianos se instalaron de acuerdo con un sistema de repartimiento. Se repartieron las casas del interior y obligaron a los musulmanes a instalarse en los arrabales. En otras poblaciones como Calatayud, se organizaron según las pautas recogidas en los fueros, como por ejemplo, el de Sepúlveda.
La Mancha y los macizos montañosos de Teruel:
estas tierras estuvieron poco pobladas por musulmanes y también recibieron poca gente cristiana. La repoblación fue lentísima, y, en buena parte, se dejó en manos de las órdenes militares. Ello favorecíó la creación de grandes latifundios, dedicados a la ganadería.
Baleares, Valencia, Murcia y el valle del Guadalquivir:
estas tierras se repoblaron mediante el repartimiento. Se evaluaban los bienes dejados por los musulmanes, y se entregaban a cada uno de los guerreros que había participado en la reconquista. Poco después, la escasez de colonizadores dejó en manos de los grandes terratenientes gran parte de Andalucía y Extremadura.