Tema 4: Proceso de desamortización y cambios agrarios
1. El proceso de desamortización
Desde el punto de vista económico, La desamortización fue el acontecimiento más importante de la revolución burguesa debido al cambio que se produjo en el sistema de propiedad de la tierra.
Por desamortización entendemos la expropiación por parte del estado de bienes colectivos eclesiásticos o civiles, que tras su nacionalización y posterior venta mediante subastas pasan a ser propiedad privada.
Es necesario distinguir entre ‘desvinculación’ y ‘desamortización’ Por lo primero entendemos la liberación de los bienes con los mismos poseedores. Por lo segundo, sus poseedores pierden los bienes y pasan a ser ‘’bienes nacionales’’ que posteriormente el estado vende a particulares.
El proceso desamortizador se lleva a cabo sobre todo en los períodos de gobierno progresista con las regencias de Mª Cristina y Espartero, y durante el Bienio progresista.
Los reformistas ilustrados del Siglo XVIII insinuaron la necesidad de cambiar el sistema señorial de propiedad de la tierra debido a que en el Antiguo Régimen la mayoría de las tierras eran de ‘’manos muertas’’, y no podían ser vendidas ni mejoradas por sus titulares; por ello, si se quería promover la reforma agraria era necesario que pasaran a ser bienes particulares.
Durante el gobierno de Godoy (1798-1808), la política belicista y el gran crecimiento de la deuda pública obligaron a iniciar la desamortización de bienes municipales y eclesiásticos. Las Cortes de Cádiz crearon leyes que incluían la supresión de conventos y órdenes religiosas y la puesta en venta de sus propiedades, pero la restauración del absolutismo en 1814 significó la anulación de dichas leyes y la devolución de los bienes vendidos a los frailes.
En el Trienio Liberal se volvieron a poner en marcha las leyes de las Cortes de Cádiz, pero en 1823 se impuso de nuevo el régimen absolutista con Fernando VII y éste obligó a devolver los bienes vendidos. Tras la muerte de Fernando VII, los liberales, sobre todo los progresistas, hicieron todo lo posible desde el punto de vista económico y jurídico para poner en venta grandes cantidades de tierra y transformar así la propiedad de la tierra.
1. 1. La desamortización de Mendizábal
La desamortización de Mendizábal fue la más importante.
El proceso desamortizador se debe al empuje de los progresistas. Los moderados pensaban que las reformas tenían que hacerse sin poner en peligro sus propiedades y por ello fortalecieron el poder de la Corona y limitaron al máximo la participación política. Por otro lado, los progresistas crearon reformas profundas y radicales que limitaron el poder político de la Corona y ampliaron el censo electoral, por lo que fueron los progresistas los que verdaderamente iniciaron la revolución liberal.
Mendizábal era ministro de Hacienda de la regente Mª Cristina, y fue quien emprendíó reformas fundamentales para llevar a cabo la revolución. Para ello se hizo cargo de las carteras de Estado, Guerra, Marina y Hacienda. Su programa incluía la reforma de la Ley electoral de 1834, el restablecimiento de la libertad de imprenta, la reforma a fondo de la Hacienda y la más importante, la elaboración de la ley de desamortización eclesiástica; fundamental para llevar a cabo la “reforma agraria” que querían los liberales.
Objetivos de la desamortización de Mendizábal
Los objetivos que Mendizábal aspiraba a alcanzar fueron tres:
Objetivo financiero
Generar ingresos para pagar la deuda pública del Estado. De este modo quedarían resueltos los problemas con la Hacienda y se obtendría capital para costear la guerra contra los carlistas.Objetivo político
Aumentar el número de seguidores liberales y crear un sector de propietarios que se sintieran unidos al régimen liberal isabelino debido a que los compradores de bienes desamortizados no tendrían que devolver las fincas a la Iglesia en el caso de vencer los carlistas.Objetivo social
Crear una clase media de campesinos propietarios que diera estabilidad al régimen liberal dentro del mundo rural.
El proceso desamortizador
Mendizábal destaca en la desamortización eclesiástica, pero anteriormente también hubo una desamortización de bienes eclesiásticos, ya que poco antes de la subida al poder de Mendizábal se dictaron dos decretos mediante los cuales se suprimía la Inquisición y se abolía de nuevo la Compañía de Jesús.
Los bienes de ambas instituciones se dedicaron a la extinción de la deuda pública. También se decretó el cierre de conventos y monasterios que tuvieran menos de doce profesores y sus bienes se destinaron a la misma finalidad que los anteriores.
El 11 de Octubre de 1835, Mendizábal promulgó un decreto con que se suprimieron las órdenes religiosas y se justificaban los hechos. Otro decreto, promulgado el 19 de Febrero de 1836, ponía en venta los bienes de las Comunidades y corporaciones religiosas extinguidas.
El proceso desamortizador se divide en dos niveles.
El primero corresponde con el cierre de instituciones religiosas y el uso sus patrimonios para paliar la deuda pública. El segundo corresponde con el decreto de Febrero de 1836, que establecía los principios y mecanismos de la desamortización. En su artículo 3º
fijaba la subasta pública como forma de venta con tasación previa, y en su artículo 10º
fijaba como forma de pago el dinero en efectivo o los títulos de la deuda consolidada.
Como consecuencia se vendieron propiedades por valor de 3274 millones de reales y se habían desamortizado el 62% de las propiedades de la Iglesia, primero del clero regular y después del clero secular.
Las propiedades eran vendidas después mediante subastas que alcanzaban pujas de gran valor que eran tomadas por los inversores burgueses. Además sólo se pagaba el 20% al contado y el resto se pagaba aplazado o con la títulos de deuda por su valor nominal.
Aunque los moderados paralizaron el decreto de desamortización, ya quedaba muy poco eclesiástico que nacionalizar.
1.2. La desamortización de Madoz
Con la Ley Madoz o “desamortización general”, del 1 de Mayo de 1855, se llevó a cabo la última gran desamortización. Se llamaba “desamortización general” porque se trataba de desamortizar todos los bienes amortizados, es decir, los que pertenecían al Estado y a los municipios, por lo que se trataba de completar y finalizar el proceso de desamortización iniciado por Mendizábal.
Se declararon en venta todos los bienes en manos muertas que no lo habían sido vendidos en desamortizaciones anteriores, es decir, todos los de propios y comunes de los pueblos, los de beneficencia y los de instrucción pública.
Destacaban los que pertenecían a los municipios, y los beneficios que se obténían se utilizaban para mejorar las infraestructuras de la comunidad.
Objetivos y procedimiento
El objetivo de la Ley Madoz era recaudar fondos para el Estado. Los compradores de los bienes desamortizados serían aquellos que pudieran pagar un gran precio por ellos, es decir, se siguió utilizando la subasta pública como medio para vender las propiedades; pero se introdujeron algunas mejoras técnicas, por ejemplo como forma de pago solo se aceptaba dinero en metálico y se impuso un plazo para pagar la cantidad establecida de quince años, con un descuento del 5%. En 1856 estas medidas se cambiaron y se admitíó en algunos casos los títulos de deuda para pagar la mitad del valor total de los bienes adquiridos.
La Ley Madoz se desarrolló rápidamente.
Se calculó que los bienes vendidos ingresaron más de 1.700 millones de reales en la Hacienda. Por otra parte, la desamortización de los bienes del clero planteó de nuevo las relaciones con la Santa Sede, por ello cuando se presentó la ley a la reina en Aranjuez, se negó a sancionarla. Tras una gran disputa, la reina se vio obligada a sancionar la ley, provocando la ruptura con Roma.
1.3. Consecuencias del proceso desamortizador
El proceso desamortizador es una transformación económica y social que tuvo consecuencias muy diversas:
- Supuso el desmantelamiento casi completo de la Iglesia y de sus fuentes de riqueza, y la eliminación del diezmo en 1837. Para el año 1845 la Iglesia había dejado de ser el estamento privilegiado, aunque conservaba su gran influencia en las mentalidades y en la educación.
- Consiguió reducir la deuda aunque quedará una parte hasta el Siglo XX.
- Se eliminó la propiedad comunal, lo que empeoró la situación económica de los campesinos, que no pudieron utilizar los terrenos comunes de su municipio y muchos se vieron obligados a emigrar a las ciudades. Es decir, frenaba el proceso de proletarización del campesinado.
- No produjo un aumento de la producción agraria debido a que los nuevos propietarios siguieron cobrando las rentas e incluso las aumentaros al tener que sustituir los antiguos derechos señoriales por nuevos contratos más caros.
- La compra de tierras inutilizó un dinero líquido que hubiera servido para la industrialización de España.
- Produjo una gran pérdida de bienes culturales de los antiguos monasterios debido a que muchas obras y bienes muebles fueron vendidos a precios muy bajos.
- Provocó el reforzamiento de la estructura de la propiedad de la tierra aumentando el latifundismo en Andalucía y Extremadura.
Las tierras y las fincas urbanas fueron compradas por antiguos terratenientes que posteriormente formaron la nueva clase terrateniente en las ciudades. Los grandes edificios de los conventos se convirtieron en cuarteles o fueron derribados para construir grandes plazas.
Con la desamortización se pretendía beneficiar a la élite financiera y comercial, y su objetivo era asegurar su prosperidad económica con la compra de bienes inmuebles.
2. Los cambios agrarios en la España del Siglo XIX
Desde el punto de vista económico, España se encontraba estancada durante el reinado de Isabel II y en general durante todo el Siglo XIX (19). Esto no quiere decir que la economía española no creciera durante este periodo, pero presentaba grandes decadencias con respecto a la economía de otros países europeos.
Es decir, la economía española estaba atrasada con respecto a la de otros países.
Desde el punto de vista agrícola, se introdujeron bastantes cambios durante la primera mitad del Siglo XIX como 1la eliminación del señorío, 2la libertad de cercamiento de tierras, 3la acumulación de la propiedad de la tierra y 4el reforzamiento de su estructura. Estas reformas no supusieron grandes cambios debido a que los propietarios no invirtieron en mejoras para sus tierras y el rendimiento no aumento, si no que bajó por unidad de superficie.
La desamortización y la revolución liberal también trajeron consigo resultados negativos para la tierra y la población agrícola se mantuvo en permanente amenaza de hambre a causa de malas cosechas o de plagas. Hubo varias crisis agrarias en los años 1825, 1837 y 1847 que afectaron a los negocios industriales y financieros.
Los gobiernos moderados, defensores de los propietarios de las tierras, crearon leyes proteccionistas que mantuvieran elevados los precios de la producción. Como resultado, en épocas de buenas cosechas los precios se manténían relativamente altos al no haber competencia exterior ni un mercado lo suficientemente articulado; pero en tiempos de malas cosechas los precios se disparaban. Por ello, los propietarios conseguían acumular grandes ganancias, pero no invertían en mejoras para las cosechas.
En definitiva, a pesar de todos los cambios agrarios que produjeron durante la primera mitad del Siglo XIX la agricultura española se estanca y supondrá un lastre importante para el desarrollo de los demás sectores productivos