EFECTOS DE LA 1ªG.MUNDIAL EN LA ECONOMIA
Europa está afectada muy negativamente porque demográficamente ha tenido 8-10,5 millones de muertos, más de 6 millones de inválidos, más de 21 millones de heridos… La economía después de la guerra era caótica: más del 10% de su tejido productivo se ha destruido (maquinas, infraestructuras…), había perdido su hegemonía económica, sus mercados coloniales, sufre una fuerte inflación (productos básicos), adeuda a EEUU fuertes sumas de dinero, también países europeos se adeudan entre sí sobre a Inglaterra, el país más adeudado con EEUU es Inglaterra. Para salir de la situación los países confiaban en las reparaciones de guerra (impuestas a Alemania) pero Alemania no podía hacer frente al pago, además se ocupo el Rhur por otra parte de Bélgica y Francia (cuna minera importante) y además sufre una fuerte inflación que arruinó a pensionistas y asalariados. La única solución al problema era el préstamo de EEUU a Alemania. Por otra parte Inglaterra tenía dificultades, y competidores de sus productos (EEUU y Japón) y estaba endeudado con EEUU. Se produjeron desequilibrios comerciales por las nuevas fronteras (nuevo mapa de Europa) que había modificado los flujos comerciales por lo que había un desequilibrio entre países y los productos agrarios y materias primas tuvieron un descenso de sus precios.
LA FIEBRE BURSÁTIL
Se produjo un aumento de las inversiones bursátiles . A partir de 1925, los beneficios empresariales tendieron a invertirse no en sectores productivos, sino en los circuitos de crédito y en la Bolsa. Inicialmente el auge bursátil fue resultado de la buena situación de las empresas, pero dio paso a una burbuja especulativa: el aumento del valor de las acciones se producía sobre todo por el convencimiento de que cuanto antes compraran mayor seria la ganancia, resultado de la diferencia entre el precio de compra y el de venta (plusvalía bursátil). Lo cual generó una gran demanda de valores bursátiles que hacía aumentar todavía más su cotización en el mercado. El interés por la Bolsa llego a los pequeños inversores, muchos de los cuales pidieron préstamos para comprar acciones. Pensaron que podrían resolverlos vendiendo parte de las acciones. Mientras el precio de las acciones mantuvo su tendencia al alza, la euforia continuó. El problema se inicio en 1929 cuando el valor de las acciones empezó a descender.
LOS FELICES AÑOS 20
La crisis del 29 tuvo lugar tras unos años de prosperidad económica en EEUU: fue el periodo conocido como los felices años 20. El papel de EEUU como proveedor de mercancías y de capital aceleró el crecimiento de su producción industrial. Tras la guerra, el aumento de sus exportaciones permitió la penetración de EEUU en la mayoría de los mercados abastecidos por las potencias europeas. Esto genero un superávit en su balanza comercial. La expansión de la economía fue posible gracias a una profunda transformación productiva por la innovación técnica y los cambios en la organización del trabajo. Se produjo una gran renovación del sector energético lo que supuso un gran incremento del uso de la electricidad y el petróleo. Se popularizó el uso del teléfono, del automóvil y de electrodomésticos como la radio, plancha, frigoríficos… El automóvil fue el sector emblemático de este auge, el primero en aplicar la producción en serie mediante las cadenas de montaje. Sus efectos en los sectores (hierro, acero, material eléctrico, vidrio…) fueron muy positivos. También se generalizó la construcción de elevados rascacielos en las grandes ciudades (Chicago), y todo ello en medio de un proceso de concentración empresarial. Como consecuencia se produjo un gran aumento de la productividad, superior al de la economía europea, lo cual permitió a la economía estadounidense reducir los costes de producción. Tuvo efectos muy positivos sobre el empleo, que a su vez generó un aumento de la demanda. Así entre 1922 y 1929 constituyó un periodo de gran prosperidad. Este periodo conoció un gran cambio en los sistemas de compraventa, establecimientos especializados y de reducidas dimensiones tuvieron que enfrentarse a las cadenas de grandes almacenes que impusieron un nuevo método de venta, estimulante para el consumo, la compra a plazos o a crédito. El deseo de vender más dio a la publicidad y al marketing un papel muy relevante y el aumento masivo del consumo comportaron una verdadera revolución de los consumidores, que abrió las puertas a la denominada sociedad de consumo. La confianza de gran parte de la población hizo que el consumo creciera en una proporción superior a los ingleses, lo cual provocó un gran endeudamiento de las familias. No todos los grupos de población vieron mejorar su situación, la mejora de la capacidad adquisitiva de los trabajadores no fue suficiente para absorber el aumento de la producción. Así, el fenómeno de la sobreproducción empezó a ser un problema para la economía estadounidense. La agricultura fue el sector más perjudicado, los productores agrarios se habían endeudado durante los años de la guerra para aumentar la producción, vieron como se reducían sus ingresos debido a la disminución de las exportaciones y de los precios, que se mantuvieron muy por encima de los agrícolas, provocando la ruina de millones de agricultores.