JUSTINIANO
Pertenecía a una humilde familia de campesinos macedónicos, pero poseía gran talento: era sumamente culto y de gran inclinación artística, aunque carecía de energía suficiente.
Casado con la célebre Teodora, por su fama escandalosa, dotada de extraordinario talento e indomable voluntad.
Cuando asume al trono, Justiniano pretende resucitar el antiguo Imperio Romano, para lo cual planeó numerosas campañas, con la ayuda de los generales Belisario y Narres.
Justiniano dispuso una gran codificación del derecho romano, que contribuía al basamento de su poder. En el año
528 le encargó a su amigo Triboniano elaborar un Código que recogía todos los decretos imperiales que se habían redactado a partir del Edicto Perpetuo de Adriano, las armonizara con el cristianismo y finalmente las ordenara por materias. En el año 530 promulgó el famoso Código que de inmediato
se transformó en la base jurídica del Imperio y de todo el Occidente. En el año 553 invade el norte de África y se apodera del reino que allí habían
establecido Los Vándalos. Luego sus tropas cruzan el estrecho y atacan a los Visigodos, adueñándose de toda la zona sur de España. Después se lanza a reconquistar Italia, dominada en ese entonces por los Ostrogodos. La guerra fue larga y costosa, pero en el 553 los orientales eran dueños de toda la península. Así estuvo a un paso de reconstruir el antiguo Imperio: todo el Mediterráneo era nuevamente un lago romano, y sólo faltaba reconquistar las Galias y las provincias del Danubio.
El gobierno italiano fue organizado en el año 554 por medio de la Pragmática Sanción. En materia religiosa, el cristianismo ortodoxo adoptado en Oriente, se impuso en este período, persiguiéndose a los que no profesaban la fe cristiana con extrema
crueldad. La iglesia ortodoxa quedó bajo la órbita del estado, poder conocido como Cesaropapismo. El emperador era la máxima autoridad del estado y también de la iglesia,interviniendo aún en la designación de las autoridades religiosas.
Impuso al pueblo pesados tributos para poder financiar las campañas militares y la cuantiosa obra publica que se tradujo en la fundación de ciudades, caminos, puentes, iglesias, palacios y baños públicos.
Justiniano es considerado para algunos autores como el último emperador romano, ya que luego de su muerte, acaecida en el año 565, sus sucesores, Justino II (565-578) y Tiberio I (578-602) debieron sufrir la invasión del norte de Italia por los longobardos, los ávaros invadieron la península balcánica y se reinician las disputas con los persas, por la posesión de Armenia. Los árabes en el siglo VII, tomaron Siria, Palestina, y Egipto. Estos emperadores descartaron la idea de expansión y reconquista para salvar lo que quedaba de un Imperio que en el año 1453, caerá definitivamente, en manos de los turcos otomanos.
Los incas, establecidos en la zona del actual Perú, gobernaban un vastísimo territorio desde su capital
Cuzco, fundada en el Siglo XII, en las altiplanicies de los Andes, a lo largo de sus dos vertientes, desde Quito, conquistado en 1487 hasta
el norte de Chile y de la Argentina.
La cultura inca o incaica fue resultante de la fusión de tres culturas que anteceden a las culturas: Tiahuanasco (1000 1300 d.De C), la cultura Nazca y Mochicamichu. La sociedad inca estaba dividida en clases. En la superior se encontraba el monarca, la numerosa descendencia, era polígamos, los gobernantes locales o curacas y sus familias. Estas clases recibían instrucción especial y nadie pertenecía a ellas de pleno derecho mientras no se le sometía a exáMenes rigurosos y pruebas de iniciación.
El pueblo trabajaba en la agricultura o en los oficios; las tierras se distribuían entre los padres de familia. La gente del pueblo tenía obligación de cultivar las tierras pertenecientes al Sol y al Inca y las destinadas al socorro de los necesitados: ancianos, viudas, niños, inválidos en general.
Guardaban en graneros o depósitos los comestibles como papa, frijoles, algodón, coca, tejidos, armas y toda especie de materias primas o trabajadas, para atender las necesidades del ejército y en caso de escasez, del pueblo.
Los incas se consideraban civilizadores, impónían su cultura a los pueblos que subyugaban y trataban de asimilárselos completamente. La capital del Imperio estaba unida a todo el territorio por medio de caminos y puentes, que facilitaban la rapidez de las comunicaciones.
Construyeron casi 18.000 millas de caminos y puentes que unían a la capital con las diversas zonas. Los chasquis eran mensajeros cuya misión consistía en llevar órdenes del Inca y noticias a todas las regiones del Imperio. Corrían largas distancias y tenían un sistema de relevos en el que se pasaban los quipus, que eran instrumentos compuestos de nudos de distintos colores y formas para llevar la contabilidad y conservar la memoria de las noticias.
Los incas se caracterizaron por los vasos antropomorfos (figuras humanas) que estos construían, también por la extensa red de carreteras, puentes, calzadas y acueductos, construyeron templos como el de MACHU-PICHU, fortalezas y muchos más.
Los mayas, aztecas e incas no solo fueron influyentes imperios precolombinos, sino que hacen parte de la construcción simbólica de muchas naciones hispanoamericanas. Sus descendientes contemporáneos todavía hoy forman parte significativa de la población mexicana, guatemalteca, ecuatoriana, peruana y boliviana. El quechua, por ejemplo, con catorce millones de hablantes, es la cuarta lengua más hablada
de América, y la producción agrícola, artesanal, artística y literaria de estos pueblos constituye un elemento fundamental del patrimonio económico y cultural de sus respectivos países. También en la comida dejaron su herencia con la utilización del tomate, las papas, patatas andinas y el chocolate