El nazismo:
en Alemania, la crisis económica del 29, propició el apoyo al movimiento nazi.
En 1933, Hitler estaba al poder, puso fin al sistema democrático e inició la dictadura.
Hitler y el nazismo
–en 1920 se fundó el partido nacionalsocialista de los trabajadores alemanes, el Partido Nazi: extrema derecha más nacionalista. Partido muy pequeño, pero que contaba con la ayuda económica de algunos grandes industriales y militares.
-en 1923 el Partido Nazi celebró su primer congreso, para entonces contaba con aproximadamente 20000 militantes. Hitler aprovechas dos hechos para intentar conquistar el poder: la invasión francobelga de la regíón alemana de Ruhr, en teoría para presionar el pago de determinadas partidas de reparación de guerra que Alemania había dejado de cumplir y la crisis económica provocada por la inflación (se devalúa el valor de la moneda).
El 8 de Noviembre de 1923 ensayo un Golpe de Estado en Múnich (“Putsch de Múnich”) con la intención de imponer al veterano general de la Primera Guerra Mundial, Ludendorff, como dictador y destruir la legalidad republicana.
Fracasó y fue condenado a cinco años de cárcel. No obstante, el juicio fue aprovechado para prestigiar su figura que surgíó ante los ojos de muchos alemanes como la de un héroe defensor de la patria frente a los “corruptos políticos republicanos”.
-Durante la estancia en prisión escribíó el libro “Mein Kampf” (Mi lucha), publicado en 1925, donde expresaba los fundamentos de su ideología: antisemitismo visceral, anticomunismo y antiliberalismo. Además perdía la derogación del Tratado de Versalles y formulaba la teoría de la conquista “espacio Vital” necesario para la supervivencia de la nacíón alemana. Se entendía que las minorías raciales amenazaban al resto de la sociedad y por lo tanto esta tenía que defenderse de “los diferentes”. Creía en la desigualdad cultural, racial y étnica de la humanidad, (Darwinismo social)
Estableciendo una escala en importancia cuyo peldaño superior era ocupado por la raza aria. Finalmente, un estado centralizado (el Tercer Reich) y un líder carismático (el führer), asumían la realización del “destino alemán”.
-el partido contaba con un cuerpo paramilitar o sección de asalto, las SA, cuya principal ocupación era el enfrentamiento violento con socialistas, comunistas y judíos. Por otro lado en 1925 se habían fundado las SS para servir de guarda personal a Hitler.
El fracaso de Putsch de Múnich llevó a Hitler a la convicción de que el poder había de ser conquistado mediante la legalidad, es decir, a través de la vía parlamentaria.
El ascenso de Hitler al poder
–en las elecciones de Mayo de 1928 los nazis tan solo obtuvieron 12 escaños en el parlamento, en tanto que la izquierda alcanzaba un claro triunfo. Meses más tarde se producía el crac de la Bolsa de Nueva York, de dramáticas consecuencias para Alemania. La crisis económica y social dio oxigeno a los nazis. En las elecciones de 1930 el Partido Nazi contabilizó 107 diputados que representaban a casi el 6.5 millones de votos (el 18% del electorado), lo que significaba su primer gran éxito en las urnas. Frente a ellos, 4.5 millones de votantes otorgaron su confianza a los comunistas que situaron 77 diputados en el parlamento. La polarización de la vida política alemana era ya un hecho.
La imposibilidad de formar un gobierno estable llegó a la celebración de otras elecciones, esta vez en Julio de 1932. Los resultados fueron aun más alentadores para los nazis, pues el NSDASP consiguió 230 diputados, alcanzando la mayoría (no absoluta) del parlamento. La negativa del presidente de la República Hindenburg, a nombrar jefe de gobierno a Hitler, forzó una nueva convocatoria electoral. Esta vez en Enero de 33, los nacis obtuvieron 196 diputados y el presidente de la República invistió canciller a Hitler: le encargo la formación de gobierno. El nuevo gobierno volvíó a convocar elecciones generales, pero la campaña electora se desarrollo en un ambiente de extrema violencia y el parlamento, el Reichstag fue incendiado. Acusados los comunistas, falsamente, de la autoría del incendio se desencadenó una durísima persecución contra ellos, aunque en las urnas socialistas y comunistas volvieron a obtener el 30% de los votos. Hitler tubo que contar con el apoyo de los centristas par poder modificar la constitución y conseguir así plenos poderes del parlamento para un periodo de 4 años: los partidos de izquierda fueron prohibidos y el resto de disolvíó. En Junio del 33 el partido nazi era el único que autorizaba la ley. También se limitaron los derechos de reuníón y expresión, la prensa fue censurada, se elaboraron listas de libros prohibidos, etc. Se instituyó la Gestapo, policía política destinada al control y eliminación de la oposición. Parte de los intelectuales fueron exiliados del país y se depuró a los funcionarios considerados no afectos al nazismo.
El paso siguiente fue la depuración dentro del propio partido nazi: en Junio de 1934, en la llamada “noche de los cuchillos largos” los dirigentes de las SA críticos con lo que se estaba haciendo o con Hitler fueron eliminados.
En Agosto de 3 al morir el presidente de la república, Hitler acumulo en su persona las funciones de casiller y de presidente.
La dictadura nazi
La dictadura se materializó en la creación de un régimen totalitario, que eliminó del campo político y social cualquier rastro de oposición. El Estado era de tipo policial y para ello la Gestapo y la SS (policía militarizada del partido que había desplazado a las SA), dirigidas ambas por Himmler, contaban con absoluta libertad.
El antisemitismo se confirmo como uno de los rasgos de identidad del régimen. Los judíos alemanes fueron hostigados de forma gradual: en primer lugar entorpeciendo su actividades económicas laborales y desacreditándolos socialmente. Las Leyes de Nurenberg de 1935 les quitan la nacionalidad, les prohibía trabajar en puestos de administración, también se prohibía los matrimonios mixtos. Los comercios e industrias cuyos propietarios eran judíos fueron boicoteados y paulatinamente sufrieron el proceso de “arianización”, es decir, pasaron a propietarios no judíos mediante la compra por precios irrisorios. Los empleados judíos de dichos negocios fueron despedidos y sustituidos por otros de “raza aria”.
Posteriormente, en 1941, fueron obligados a lucir en la ropa una estrella de David de color amarillo para permitir su identificación en publico.
El episodio que marco el punto de inflexión en la persecución de los judíos tubo lugar durante la noche del 9 de Noviembre de 1938 en la denominada “Noche de los Cristales Rotos”, durante la cual barrios, sinagogas y locales propiedad de judíos fueron destruidos y centenares de ellos asesinados. La actitud del pueblo alemán frente a eso desmanes fue de pasividad y tolerancia, siendo muy pocos los que abiertamente se opusieron a ellos.
En el control de la sociedad
El nazismo mantuvo el capitalismo como sistema económico y social. Hitler se apoyó en los grandes empresarios para ascender y consolidarse en el poder, en tanto que sobre la clase obrera recayó la tarea de reconstruir la economía alemana, maltrecha tras la Gran Guerra y la crisis de 1929.
A pesar de que los éxitos económicos facilitaron su aceptación social (absorción del paro apoyo de capital), el Renacimiento económico alemán se realizo a costa de los bajos salarios, un ritmo creciente de trabajo y la absoluta desarticulación organizativa de los trabajadores: los sindicatos de clase y las asociaciones políticas fueron prohibidos.
La recuperación se baso en un fuerte dirigismo, la realización de obras públicas y el crecimiento vertiginoso de la industria armamentística.
La política social se llevó a la práctica mediante una intensa acción de tutelaje sobre los trabajadores, que fue más allá incluso de su vida laboral. Para ello fueron planificadas numerosas actividades culturales (cine, teatro, deportes, viajes, etc), cuya misión era identificar a las masas con el régimen y potenciar una falsa imagen de igualdad entre sis miembros y los de la clase dominante.
La educación se utilizo como instrumento de adoctrinamiento en los ideales del nazismo. Todos sus niveles se vieron sometidos a un riguroso control y los profesionales de la enseñanza fueron depurados y encuadrados en una estructura de carácter pseudomilitar. Los programas de estudios se desarrollaron bajo las premisas de un profundo racismo. La cultura en general y el arte en particular, experimentaron una profunda selección, siendo reprobado y perseguido el llamado “arte degenerado”. Bajo este epígrafe se clasificaron las tendencias vanguardistas (Cubismo, dadaísmo, fauvismo, impresionismo, etc) y artistas como Picasso, Van Gogh, Munch, Kandinsky, Klee, fueron censurados.
Los libros y la prensa fueron estrechamente vigilados por medio de la censura prohibíéndose la publicación de aquellos ejemplares juzgados como depravados o atentatorios contra el régimen. Se quemaron públicamente miles de volúMenes, como aconteció el 10 de Mayo de 1933. Numerosos escritores debieron huir.
El régimen invirtió grandes esfuerzos en el control y adoctrinamiento de la juventud. Esta fue encuadrada en organizaciones, entre las que destaco la de las Juventudes Hitlerianas, a cuyos miembros les eran inculcados los principios del nazismo. Se hizo énfasis en el cuidado físico y deportivo, por ser considerados medios idóneos para el mantenimiento de una raza sana y fuerte, base del futuro ejército alemán.
Junto con el terror, la propaganda fue empleada como forma de impones las ideas. Se generalizó la celebración de imponentes concentraciones de masas presididas por Hitler y los máximos dirigentes del partido donde, en un ambiente de enardecido patriotismo donde se enarbolaban los símbolos nazis (estandartes y banderas con la esvástica, saludos marciales, etc). Figura insustituible en la organización del aparato propagandístico del régimen fue Joseph Goebbels. Mediante inflamados discursos radiofónicos y artículos de prensa, cargados de antisemitismo y xenofobia, las masas eran encandiladas y adoctrinadas en un proyecto común.