El nacionalismo catalan y las bases de manresa 1892

Durante la segunda mitad del siglo XIX Europa conoció cambios importantes desde el punto de vista territorial y social. Los primeros se basaron en los nacionalismos (un sentimiento nacido de los principios de libertad defendidos por la revolución francesa: “libertad de los pueblos de elegir su propio destino”; el segundo lo protagonizaron los obreros (basados en las ideas socialistas y anarquistas querrán cambiar la organización social y económica vigente). Ambos serán los motores del cambio de la historia, como antes lo había sido la burguesía y el liberalismo. 

En España los movimientos nacionalistas y el movimiento obrero se opusieron al modelo de la restauración y a la larga provocarán su crisis. Unos de los fenómenos más destacados durante este periodo fue la aparición de diversos movimientos regionalistas (movimiento que reivindica el reconocimiento de la identidad diferencial de una región, ya sea cultural, económica , administrativa o política y propugna un estado descentralizado) y nacionalistas (se reivindica el reconocimientos de las diferencias pero exige cotas importantes de autogobierno basado en el principio “cada nación un estado”). El origen de estos movimientos se debió a distintos factores que varían según las características de cada zona concreta, pero a pesar de estas diferencias todos defendían unos aspectos en común. La ineficacia del sistema de la restauración para resolver la democratización del país (la manipulación de las elecciones era cada vez más frecuente) o la política colonial que se seguía en Cuba, permitió a los partidos nacionalistas presentarse como los únicos capaces de regenerar el país e impulsar un desarrollo económico y cultural. 

El sentimiento nacionalista catalán tiene su primera manifestación en los años treinta del s. XIX coincidiendo con todo el movimiento nacionalista europeo, comenzará con un movimiento de recuperación cultural conocido como la Renaixensa, que intentará fortalecer la lengua propia de esta zona, el catalán, convirtiéndola en una lengua no sólo hablada en la calle sino literaria. . La justificación de este nacionalismo político se busca en: La historia propia y diferenciada del resto del estado español, En una lengua diferente, tan antigua como el propio castellano y conservada en público y en privado, En una realidad económica diferenciada del resto de España: el desarrollo industrial desde los años 40 del s. XIX. El primer partido que se formó para reclamar la autonomía para Cataluña dentro del estado español fue La Centre Catalá
Este proyecto político liberal y laico fracasó y a finales de siglo se inició un predominio del catalanismo conservador. En 1891 se constituyó la Unió Catalaniste, fruto del esfuerzo unitario de las diferentes opciones políticas. . Los hombres mas importantes de este partido fueron su presidente Lluis Doménech i Montaner y el secretario, Prat de la Riba. Ellos elaboraron el primer programa político del catalanismo, conocido como las Bases de Manresa, que defendía el autogobierno para Cataluña; un autogobierno dentro de posturas autonomistas y nunca independentistas, por eso aclara cuales serían las competencias del poder central, diferenciadas de las competencias del poder autónomo.

El nacionalismo del País Vasco tuvo peculiaridades distintas al catalán. Su fundamento ideológico era: una lengua propia, el eusquera y la defensa de sus fueros históricos que fueron derogados durante la Restauración en 1876.El propulsor del nacionalismo vasco, Sabino Arana, configuró el primer programa político nacionalista y fundó en 1895 el Partido Nacionalista Vasco en el que se recogen los siguientes fundamentos teóricos: Defensa de la recuperación de la independencia vasca, Radicalismo antiespañol, Exaltación de la etnia vasca, oposición a los matrimonios entre vascos y foráneos, Integrismo religioso católico y absoluta negación de cualquier otra religión no católica, Promoción del idioma y recuperación de las tradiciones culturales vascas, Apología del mundo rural vasco. El P.N.V. se definía como un partido muy conservador, opuesto al liberalismo, la industrialización, el españolismo y el socialismo. Desde entonces convivieron dos tendencias: una posibilista que propugnaba la reforma del

Estado y la autonomía y otra radical y seguidora de los postulados independentistas de Sabino Arana. Los objetivos planteados tanto por el nacionalismo catalán como por el vasco no tendrán respuesta durante el periodo de la Restauración. Sólo durante la Segunda República Española, catalanes y vascos conseguirá su estatuto de autonomía.

El regionalismo gallego: La situación de atraso socioeconómico en Galicia dificultó la implantación del galleguismo que en sus inicios se limitó a una minoría intelectual que actúo como su impulsora. Este regionalismo se inició como un movimiento cultural, el Rexurdimiento, que buscó respuestas al atraso económico y cultural de Galicia.

El regionalismo valenciano: fue un fenómeno minoritario y tardío. Sus inicios coinciden con el renacimiento cultural de los años setenta que impulsó la formación de la sociedad Lo Rat Penat. Es a principios del s. XX cuando se inician los planteamientos políticos con la formación de Valencia Nova que reclamaba la autonomía.


 


 
 


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