EL Imperio DE AUSTRIAS: El problema que más recursos absorbíó al emperador fue su intento de defender un Imperio católico sobre todo ante los nobles de Alemania. Dietas imperiales: el emperador pretendíó que católicos y protestantes acercaran posiciones, evitando la ruptura religiosa, y fracasó. Luego asumíó esa ruptura. Hubo un enfrentamiento con los príncipes alemanes protestantes unidos en la Liga Esmalcalda, y el emperador para evitar una guerra civil firmó la paz de Nurenberg (1532), donde se comprometía a no utilizar la fuerza. Victoria en Muhlberg (1547) contra la liga. Hubo un intento de lograr un acuerdo con los príncipes alemanes en la dieta de Augsburgo (1548) que fracasó. Luego firmaron la paz de Augsburgo (1555) donde se proclamó la libertad religiosa de los príncipes alemanes y se reconocíó la capacidad de estos para imponer su credo a sus súbditos. En 1556 abdicó. La rivalidad territorial con Francia se centró en Navarra, Cataluña, Borgoña e Italia, donde el ducado de Milán era fundamental. Enfrentamientos con Francia: en 1521: Francisco I atacó el Milanesado y Navarra; en 1525: victoria de Carlos V en Pavía; en 1526: Tratado de Madrid; en 1529: Paz de Cambray: Carlos V renunció al ducado de Borgoña y Francisco I a sus pretensiones sobre Milán. Y las guerras de desgaste: 1536-1538/1542-1544.
En 1643 es destituido y le sucede Don Luis de Haro. Con Carlos II hay muchos validos. Durante su minoría de edad el padre Nithard, después Don Fernando Valenzuela, hasta 1676 fue un gobierno oscuro respaldado por la madre del rey Doña Mariana de Austria.
Después Don Juan José de Austria. En 1680 dos nuevos validos: Duque de Medinaceli que rectificó la reforma monetaria de la Hacienda, y el Conde de Oropesa que continuó esta reforma imitando la política económica del rey Luis XIV de Francia. Los conflictos internos que surgen en tiempo de los validos: En 1609 se produce la expulsión de los moriscos con el Duque de Lerma. Se les consideraba aliados silenciosos de los turcos y un peligro para la seguridad nacional. Con el Conde Duque de Olivares, Felipe IV, trató de unificar y uniformar los distintos reinos de España y se lo expuso en el “Gran Memorial” con el objetivo de engrandecer al rey y al estado, reformar los reinos para equipararlos con Castilla, reformar las instituciones de justicia, crear juntas en Castilla para mejorar el gobierno, la administración y la economía, protección a la industria. Además hizo la “Uníón de Armas”: reparto de los gastos del ejército entre todos los reinos de España. Esto provoca la sublevación de Cataluña, Portugal, Flandes e Indias. Con Carlos II, por influencia de su madre Doña Mariana de Austria hay un gran período de paz con reformas para devolver derechos forales a algunos reinos. La Crisis de 1640: En el segundo tercio del s.XVII se produjo la mayor crisis política interna de la monarquía de los Austrias: sublevación de Cataluña y Portugal. En Cataluña, el conde-duque de Olivares estuvo relacionado con la crisis, cometíó grandes errores: pretendíó un mayor fortalecimiento de la monarquía, la unificación legislativa de los reinos, una contribución equitativa al esfuerzo exterior de la monarquía, y para hacer efectiva esa contribución, Olivares puso en marcha la Uníón de Armas, por la que todos los reinos sin excepción deberían aportar hombres y dinero. Cataluña era un territorio poco poblado con problemas sociales internos, y se le pedía un esfuerzo desproporcionado a su capacidad. En plena guerra de los Treinta Años contra Francia quiso abrir un frente militar en los Pirineos Orientales, lo que obligó a contribuir a los catalanes en las Cortes. Las tropas reales cometieron desmanes en Cataluña y eso fue el chispazo para la rebelión, que culminó con la entrada de los segadores armados en Barcelona (Corpus de Sangre) el 7 de Junio de 1640. La rebelión se generalizó en Cataluña, y buscó apoyo de Francia. Se llegó a nombrar conde de Barcelona al rey de Francia, Luis XIII. Se pretendíó integrar el principado de Cataluña a la corona francesa, y fue una lucha larga de 10 años con intervención francesa que finalizó en 1652 con la rendición de Barcelona al ejército real de Juan José de Austria. La rebelión de Portugal proclamó rey al duque de Braganza. El buen gobierno de Felipe II se rompíó, y sus sucesores intervinieron cada vez más en aquel país con el propósito de asimilarlo a Castilla, provocando una rebelión. Se unieron las colonias portuguesas, y dio también lugar a una larga situación de guerra que duró hasta 1652.
EL SISTEMA DE Utrecht. En 1700, el último monarca de la casa de Austria, Carlos II murió sin descendencia directa, y los candidatos a ocupar el trono por sus vínculos familiares fueron: Felipe d’Anjou y el archiduque Carlos de Habsburgo. El testamento del rey Carlos II designaba como sucesor al candidato Borbón que fue proclamado rey en 1701, con el título de Felipe V. El nombramiento del monarca provocó un conflicto grave para el equilibrio entre las diferentes potencias europeas que querían fortalecer el poder de los Borbones en Europa. Gran Bretaña, Holanda y Portugal (alianza de la Haya) declararán su apoyo al candidato austríaco Carlos de Habsburgo, entrando en guerra contra Francia y España. La sucesión al trono español pasará de ser un conflicto interno a un grave problema de política internacional. Interior de España (la cuestión sucesoria había dividido a los territorios peninsulares): Castilla se mostró fiel a Felipe V y la corona de Aragón respaldó a Carlos de Habsburgo, diversos eran los motivos de este apoyo: el mal recuerdo dejado por las tropas francesas en Cataluña durante el levantamiento de 1640, entre otros. El enfrentamiento entre los dos candidatos al trono derivó en una Guerra Civil que se desarrolló durante casi una década. Los ejércitos de Felipe V controlaron la mayoría del territorio, a excepción de algunas contraofensivas austríacas. Plano internacional: las fuerzas estaban bastante equilibradas, los Borbones eran incapaces de derrotar a las fuerzas aliadas que apoyaban a Carlos de Habsburgo. En 1711, un hecho cambió el curso de los acontecimientos, la muerte del emperador de Austria, José I, ocupando el trono el archiduque Carlos. Ahora el peligro para el equilibrio europeo lo constituía un Habsburgo en el trono de ambos reinos. Los ingleses y los holandeses manifestaron su interés en acabar la guerra y en reconocer a Felipe V como monarca español. Tratados de Utrecht (1713): En estos tratados se firmó la paz a cambio de importantes concesiones: España da a Austria Milanesado, Flandes, Nápoles y Cerdeña; y a G.B Gibraltar y Menorca. Firmada la paz solo Barcelona y algunas otras ciudades de Cataluña se opónían a la ocupación borbónica. Las Cortes reunidas en Barcelona decidieron resistir y se inició un sitio. Las tropas de Felipe V toman Barcelona. Primer Pacto de Familia (1733): España ofrece a Luis XV de Francia su apoyo para la guerra de Sucesión de Polonia contra Austria, a cambio de ayuda frente a Gran Bretaña por las pérdidas de Gibraltar y Menorca en el tratado de Utrecht. Segundo Pacto de Familia (1743): España se aseguró el apoyo francés en la disputa por la hegemonía naval con Gran Bretaña. Los ducados de Parma y Plasencia volvieron a la influencia hispánica. Tercer Pacto de Familia (1761): Por este pacto, España entró en la guerra de los Siete Años, con resultados desfavorables. La monarquía borbónica cedíó parte de sus posesiones en norteamérica.