3.- El regionalismo y los nacionalismos
El movimiento obrero
El proceso de reforma agraria y el inicio
de la industrialización dieron lugar a la
configuración de nuevas relaciones socia
les que culminaron con la progresiva
desapariciónde los estamentos y con
el nacimiento de una nueva sociedad
de clases. La reforma liberalhizo desa
parecer paulatinamente los privilegios
e igualó a todos los ciudadanos ante la
ley yla fiscalidad. Las diferencias se
establecieron, a partir de entonces,
en el terrenoeconómico. La riqueza se
convirtió en la categoría básica de
definición social. Frente a losburgueses,
los ricos o los propietarios, aparece
contrapuesto el grupo de los que carecen
de riqueza, de propiedad. Nace así un nuevo
tipo de conflicto social, del que fue testigo la
Restauración, que pone el acento más
que en la conquista de la libertad
en la lucha por laigualdad. Esto explica,
por tanto, el surgimiento y desarrollo
del movimiento obrero del que
vamos a hablar.Sin embargo,
la Restauración no tuvo que hacer
frente, únicamente, a ese
movimiento social de los obreros; sino
también a una emergencia de
movimientos decarácter nacionalista
y regionalista en diversas zonas de
España. La gestación de estos
nacionalismos debe comprenderse
como reacción frente a las
pretensiones uniformizadotas
del sistema político y administrativo
adoptado por el liberalismo y
su pretensión de imponer
una cultura oficial castellanizada
que ignoraba la existencia de otras
lenguas y culturas. En
la emergencia de estos
movimientos tuvo mucho que ver
el atraso económico ya que
evidenció el desequilibrio entre un
centro atrasado y poco poblado
donde residía el Gobiernoy una
periferia rica e industriosa, sometida
a directrices de un grupo de
políticos que noatendía a los
intereses de las provincias
que creaban la riqueza de la nacíón.
La defensa destos intereses, tanto
culturales como económicos,
dio paso a la formación de
asociaciones nacionalistas.
• El movimiento obrero.
Para entender el surgimiento de
este movimiento tenemos que
remontamosirremediablemente
al nacimiento de la clase obrera.
Los orígenes de dicha clase están
ligados al proceso de industrialización
que se produjo en España a lo largo del Siglo XIX. La
aparición de la industria moderna
supuso una organización del trabajo
diferente de la delantiguo sistema
gremial. Las nuevas fábricas
utilizaban una mano de obre
asalariadaconocida primero con
el nombre de operarios y más tarde
con el de proletarios. El patrón,
propietario de un establecimiento
industrial, compraba la fuerza del
trabajo de un obrerohombre,
mujer o niño-, a cambio de un salario
no regulado por ninguna ley.
Las condicionelaborales y vitales
generadas por este nuevo sistema
de organización del trabajo eran
inhumanas y terminaron dando lugar
a las primeras manifestaciones
de protesta obrera.
Estas se produjeron a partir
de la década de 1820 y tuvieron
un carácter de reacción
contra la mecanización. El ludismo
( surgido en España en 1820, a
imitación del ludisminglés de 1811
Ned Ludd)
Fue la primera expresión
de rebeldía obrera contra la
introducción de las nuevas máquinas
a las que responsabilizaban
de la pérdida de puestosde trabajo
, y sobre todo, del descenso de los jornales.
Sin embargo, los trabajadores
comprendieron muy pronto
que el problema no radicaba
en las máquinas, sino en el
reparto desigual de los
beneficios y salarios. Por tanto, había
que cambiar las relaciones
laborales utilizando el único
recurso que tenían:la unidad
de acción y la paralización de
la producción mediante la
huelga. Surgieron así lasprimeras
asociaciones obreras, en torno
a los años 40 del Siglo XIX,
encargadas de
defender al trabajador de los
inconvenientes del capital.
Las primeras organizaciones
obreras surgieron en Cataluña
, donde se estabadesarrollando
la moderna inustria textil. Estas
asociaciones eran organizaciones de ayuda
mutua que trataban de cubrir
las necesidades de los afiliados
en casos de pérdida de
empleo, por despido, accidente,
enfermedad, cierre de fábrica…Etc.
Las cuotas de losafiliados constituían
una caja de resistencia que permitía
mantener o auxiliar temporalmente
a las familias caídas en desgracia
. En 1840 se creó en Barcelona la
Asociación Mutua de
Tejedores, que llegó a estar integrada
por unos
15.000 miembros. Con la ayuda de un
crédito municipal pudo incluso crear
una fábrica propia destinada a ocupar
a los obreros
despedidos por participar en huelgas.
En el seno de estas primeras asociaciones se
descubríó la importancia de la
coordinación solidaria para conseguir
mejores condiciones
laborales y salariales. A imitación
de la de tejedores surgieron otras
asociaciones que, a
partir de 1843 durante la década moderada,
fueron disueltas e ilegalizadas. Se iniciaba así
una turbulenta historia de clandestinidad,
interrumpida por breves períodos de signo
progresista en los que las asociaciones
sindicales eran toleradas fugazmente. Este fue el
caso del bienio progresista de 1854 a
1856, durante el cual tuvo lugar la primera huelga
general en España (1855)
Pero el movimiento obrero no
fue sólo una sucesión de huelgas, sino que, al igual
que en el resto de Europa,
empezaron a desarrollarse planteamientos teóricos que
pretendían elaborar propuestas de solución
para el conflicto obrero. Así, el socialismo
utópico tuvo como principal representante e
n España a Joaquín Abreu que defendíó la
creación de falansterios
(cooperativas de producción y consumo que producían todo lo
necesario para sus habitantes).
En Septiembre de 1868, cuando estalló en España la revolución que destrónó a
Isabel II, la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT o Primera Internacional)
, que se
había fundado cuatro años antes, decidíó aprovecharse de la atmósfera democrática
(Sexenio democrático 1868-1874)
Reinante en España, excepcional en la Europa de la
época. La revolución democrática había restablecido la libertad de asociación, de prensa y
de palabra. El enfrentamiento de las ideas anarquistas y marxistas en la AIT, personificadas
por M. Bakunin y K. Marx, respectivamente, se introdujo en España. En Octubre llegó a
Madrid Giuseppe Fannelli, un colaborador allegado a Bakunin. Allí primero y luego en
Barcelona días después, se reuníó con reducidos grupos de jóvenes a quienes dio a
conocer la AIT y las ideas centrales del pensamiento anarquista de Bakunin. Para ello sólo
dispónía de unos cuantos periódicos y algunas copias de estatutos obreros. Mantuvo con
ellos algunas charlas entusiastas, pero difíciles, ya que hablaba en italiano y en francés y se
veía obligado a ayudarse de la mímica porque prácticamente ninguno de sus interlocutores
entendía estas lenguas. Aún así, produjo una gran impresión, y tras la traducción de los
textos, la difusión de estas ideas fue rápida.
En 1870 un congreso general de sindicatos reunidos en Barcelona fundaba la Federación
Regional Española de la Internacional, con fuerte influencia anarquista. Cuando en Diciembre
de 1871 el yerno de Marx, Paúl Lafargue llegó a España huyendo de la represión de la
Comuna de París
En Madrid trató de combatir la influencia anarquista con la difusión de las
ideas socialistas. Surgirá así un grupo de seguidores marxistas formado por Francisco
Mora, José Mesa y Pablo Iglesias;
Que publicó el periódico “La Emancipación”. Las
discrepancias entra las dos corrientes internacionalistas ( anarquismo y marxismo)
culminaron con la expulsión de la federación del grupo madrileño que fundó entonces la
Nueva Federación Madrileña, a partir de la cual se formó, posteriormente y
clandestinamente, el PSOE en 1879.
Tras la Primera República el internacionalismo comenzó a perder fuerza,
producíéndose su declive definitivo a partir de 1874, cuando el nuevo régimen de la
Restauración declaró ilegal a la AIT, obligándola a organizarse en la clandestinidad. No será
hasta el ascenso al poder de los liberales en 1881- al frente de Sagasta–
Cuando se retorne
a una mayor permisividad y las asociaciones obreras puedan salir de nuevo a la legalidad y
expandirse. En ese año la FRE cambió su nombre por el de Federación de Trabajadores de
La Regíón Española
El cambio se debíó a la necesidad de adaptarse a la nueva legalidad,
que prohibía las organizaciones de carácter internacional y dirigidas desde el extranjero. Los
desacuerdos dentro de esta organización (con mayor implantación en Cataluña,
Valencia y Andalucía) favorecieron que una parte del movimiento anarquista
(anarcocomunismo)
Optara por la acción directa y organizara grupos revolucionarios con el
objeto de atentar contra los pilares básicos del capitalismo: el estado, la burguésía y la
Iglesia. Paralelamente, y como consecuencia de la nueva permisividad, en 1888 el PSOE
queda constituido oficialmente como partido apoyado mayoritariamente en Vizcaya, Madrid y
Asturias.
Durante la etapa de 1893-97 se produjeron los actos más destacados de violencia
social: atentados contra personajes claves de la vida política de la Restauración (Martínez
Campos)
, bomba en el Liceo de Barcelona, entidad representativa de la sociedad burguesa,
o contra la procesión del Corpus, símbolo de la liturgia eclesiástica. Los atentados fueron
seguidos de una fuerte represión contra el anarquismo; que tuvo su más importante
repercusión en los Procesos de Montjuic celebrados en 1897 en Barcelona, en los que
fueron condenados y ejecutados cinco anarquistas. Sin embargo, estos procesos sólo
consiguieron una escalada de violencia terrorista que costó la vida al propio Antonio
Cánovas del Castillo en 1897.
En cualquier caso, el impulso del anarquismo continuó adelante ( en su versión
anarcosindicalista)
Y en Barcelona se crea en 1907, Solidaridad Obrera, una federación de
asociaciones obreras de carácter apolítico, reivindicativo y favorable a la lucha
revolucionaria. Esta federación contó con prensa propia, y en 1910, impulsó la fundación
de la Confederación Nacional del Trabajo(CNT)
. El nuevo sindicato nacíó con el objetivo de
extenderse por toda España y consiguió consolidarse como hegemónico en Cataluña,
logrando también una fuerte implantación en Andalucía y Valencia.
El programa de la CNT se basaba en tres puntos básicos:
1. La independencia del proletariado respecto a la burguésía y a sus instituciones ( El
Estado), por lo que se declaraba totalmente apolítico.
2. La necesidad de la unidad sindical de los trabajadores
3. La voluntad de derribar el capitalismo
La evolución de la CNT sufríó constantes altibajos: a un período expansivo le seguía otro de
represión y clandestinidad, como sucedíó en 1911, cuando- después de la huelga general
de Septiembre- el sindicato estuvo prohibido hasta 1914
En cuanto a la organización obrera
de carácter marxista, dejó de llamarse Nueva Federación Madrileña a denominarse
Agrupación Socialista Madrileña, fundada por Pablo Iglesias en 1879. Esta agrupación se
convirtió en el núcleo originario del Partido Socialista Obrero Español.
En 1888 los
socialistas impulsaron la creación de un sindicato socialista, la Uníón General de
Trabajadores
Partido y sindicato tuvieron en Madrid, Vizcaya y Asturias sus zonas de
mayor influencia.
En cuanto al partido, el PSOE se definía como un partido marxista netamente obrerista y
partidario de la revolución social. Su programa político contemplaba los siguientes puntos:
• Derecho de asociación, reuníón y manifestación.
• Sufragio universal.
• Reducción de las horas de trabajo.
• Prohibición del trabajo infantil.
• Abolición de clases.
• Transformación de la propiedad individual en propiedad social.
• Posesión del poder político por la clase trabajadora.
• Declaración de los derechos de la persona humana.
Por lo que al sindicato se refiere, la UGT respondía al modelo de sindicato de masas
que englobaba los sectores de la producción y se organizaba en secciones de oficio
en cada localidad. Para ampliar su base social, el sindicato se declaró no vinculado
a la política y el único requisito de admisión era respetar el reglamento y los
acuerdos aprobados. En cualquier caso, no debemos perder de vista que desde la
escisión de la FRE, la tendencia anarquista arrastró a la gran masa de la población;
mientras que la tendencia socialista, mucho más minoritaria, contó con menor
porcentaje de afiliación hasta que en 1910 el PSOE consiga su primer diputado en
las Cortes:
Pablo Iglesias
En 1921 un grupo de socialistas desgajado del PSOE había fundado el Partido
Comunista de España (PCE)
Valedor del modelo revolucionario ensayado por Lenin
en Rusia. El PCE tuvo escasa significación hasta La Guerra Civil, pero su aparición
iba a consolidar la división tripartita del movimiento obrero.
• Los nacionalismos y el regionalismo.
A lo largo del Siglo XIX aparecen en España núcleos de intelectuales y grupos políticos
que diferencian públicamente las particularidades que caracterizan las zonas periféricas de
la Península.
Los factores que explican la aparición de estos nacionalismos son distintos. En su
génesis cabe destacar la presencia de una lengua y unas costumbres propias, y en su
desarrollo se encuentran procesos de Renacimiento cultural, que pretenden extender el uso
del idioma y recuperar una historia propia. A esto hay que añadir, el desarrollo de la
industrialización, la riqueza económica de la zona y la mayor o menor participación de las
clases populares en estas formulaciones.
El punto de partida de los argumentos nacionalistas se halla en una afirmación:
Cataluña y el País Vasco son naciones con derecho de autogobierno; con hechos
diferenciales tales como una lengua, derechos históricos, una cultura y costumbre propias.
A estas dos regiones españolas se les sumarán otras que, durante la regencia reivindicarán
el reconocimiento de ciertas particularidades. Las razones del origen de cada uno de estos
movimientos varían en función de las carácterísticas históricos-culturales, sociales y
económicas de las regiones donde aparecieron. Pero, a pesar de estas diferencias, todos
defendían el particularismo lingüístico, cultural, institucional e histórico frente a las
tendencias uniformizadotas y centralistas del Estado liberal.
Dentro de los nacionalismos hemos de distinguir, por tanto, entre el catalanismo y el
nacionalismo vasco. En cuanto al primero, en 1830 surgíó en Cataluña un amplio
movimiento literario y cultural, conocido como la Renaixença.
Su finalidad era la
recuperación de la lengua y las señas de identidad de la cultura catalana, pero carecía de
aspiraciones y de proyectos políticos, siendo sus objetivos puramente culturales. A la
reavivación de los sentimientos de diferenciación política y cultural con respecto a otras
regiones de España contribuyeron, además, determinados factores económicos como el
desarrollo en el proceso de industrialización y el avance de la urbanización en Cataluña, en
contraste con el resto del país, más agrario y rural.
Las primeras formulaciones catalanistas con un contenido político vinieron de la mano
de Valentí Almirall que fundó en 1882 el Centre Catalá, con la voluntad de agrupar a todos
los catalanes dispuestos a conseguir la autonomía. Su divisa era “Cataluña adelante” y su
actividad más importante fue la entrega de la “Memoria de los intereses morales y
materiales de Cataluña” (Memorial de greuges)
Al rey Alfonso XII en 1885. El memorial
denunciaba la opresión de Cataluña y reclamaba la armónía entre los intereses y las
aspiraciones de las diferentes regiones españolas.
Un grupo de intelectuales, vinculados al periódico de la Reinaxença y contrarios al
progresismo de Almirall, fundaron en 1891 la Uníó Catalanista, de tendencia
conservadora. Su programa quedó fijado en las Bases de Manresa;
Un texto extenso en el
que se defendía la organización confederal de España, la soberanía de Cataluña en política
interior, el uso del idioma propio como lengua oficial y que los cargos públicos fueran
ocupados sólo por catalanes.
En 1901, con la subida al poder de Sagasta y la convocatoria de Elecciones
Generales surge el periódico” la veu de Catalunya”, dirigido por Enric Prat de la Riba, que
inicia una campaña para movilizar al electorado catalán. Al mismo tiempo se llevó a cabo
un pacto electoral que fundía todas las iniciativas catalanas en un nuevo partido, la Lliga
Regionalista
El éxito fue total. La Lliga presentaba un programa político conservador,
centrado en la lucha contra el corrupto e ineficaz sistema de la Restauración y a favor de
un reformismo político que otorgase la autonomía a Cataluña dentro del estado español.
Sus éxitos electorales en Barcelona a partir de 1901 la convirtieron en la fuerza
hegemónica en Cataluña hasta 1923.
Por lo que al nacionalismo vasco se refiere, la abolición, de los fueros tras la última
guerra carlista dio origen al nacimiento de una corriente que reivindicaba la reintegración
foral. Por otro lado, el proceso industrializador favorecíó una fuerte inmigración, que supuso
una ruptura de la sociedad tradicional vasca. Como reacción se fortalecíó una corriente de
defensores de la lengua y cultura vascas.
Una de las carácterísticas más importantes y peculiares del nacionalismo vasco es que
fue formulado por una sola persona, Sabino Arana.
Su teoría viene definida por la
afirmación de la raza, la defensa de las costumbres, el catolicismo, el antiespañolismo, la
proclamación de la independencia de la nacíón vizcaína, Guipúzcoa, Álava.
Y Navarra.
Él fue
quien acuñó el término Euskadi para designar la patria común de todos los vascos.
Fundador del Partido Nacionalista Vasco, establecíó como fundamentos ideológicos del
mismo los siguientes:
? Independencia vasca.
? Radicalismo antiespañol.
? Exaltación de lo vasco frente al “maketo”.
? Integrismo religioso católico.
? Promoción del idioma.
? Apología del mundo rural vasco.
? Conservadurismo ideológico.
En el caso de Galicia, la situación de atraso socioeconómico fue lo que dificultó la
implantación del galleguismo, que en un principio, se limitó a una minoría intelectual que
actuó como impulsora. Dicha minoría inició un movimiento literario, el Rexurdimento, que
buscó respuestas y soluciones al atraso económico y cultural de Galicia. Las figuras más
destacadas fueron Rosalía de Castro, Alfredo Brañas y Manuel Murguía, exponentes de un
liberalismo progresista. Paralelamente, se desarrolló una corriente conservadora,
tradicionalita y fuertemente católica, heredera del carlismo.
Entrado el Siglo XX, ante el fracaso de los regionalismos moderados, surgíó una visión
más progresista que dio origen a un movimiento político representado, sobre todo, por la
figura de Alfonso Rodríguez Castelao y Vicente Risco.
Además, surgieron movimientos regionalistas, sobre todo, en Andalucía, con Blas Infante,
Valencia, con Constantí Llombart y la organización Valencia Nova (1904)
y Aragón, con
Joaquín Costa
El regionalismo es un movimiento que reivindica el reconocimiento de la
identidad diferencial de una regíón, ya sea cultural, económica, administrativa o política.
Cuando estos movimientos acentúan su dimensión política y reivindican altas cotas de
autogobierno hablamos de nacionalismos como el catalán o el vasco. La razón de que, en
las zonas mencionadas, no hablemos de nacionalismo se explica por la inexistencia de una
burguésía fuerte que los respaldara.