I.- La crisis de la monarquía borbónica
I.1.- El fin del despotismo ilustrado
El reinado de Carlos IV (1788-1808) estuvo inmerso de lleno en los acontecimientos de la Revolución Francesa, que tanto condicionará la política interior y exterior de España. En 1788 cuando, tras la muerte de Carlos III, accedíó al trono su hijo Carlos IV, el modelo del Antiguo Régimen, aunque reformado por el despotismo ilustrado (“todo para el pueblo, pero sin el pueblo”), permanecía intacto. La derrota de Napoleón por las potencias absolutistas europeas (1815) significó la vuelta al viejo orden, volviendo a reinar Fernando VII (1814-1833),España ( y Europa entera), se debatíó entre absolutismo y liberalismo.
I.2.- El cordón sanitario.
La Revolución Francesa de 1789, lleva a los ministros de Carlos IV (1788-1808), plantearse un cierre de fronteras para evitar que las ideas de la revolución se difundiesen por España.
Fue llamada guerra del Rosellón, que duró dos años.
Pero pronto las victorias españolas se volvieron derrotas y con los franceses amenazando Cataluña y el País Vasco, se firmó la Paz de Basilea en 1795, que convirtió a la España absolutista de Carlos IV en aliada de la Francia revolucionaria.
I.3.- Los tres precedentes. El tratado de Fointenebleau, las abdicaciones de Bayona y el 2 de Mayo.
Desde 1805 todo el crecimiento comercial e industrial y la recuperación naval española del siglo XVIII se hunden en el marasmo de la crisis de comienzos del Siglo XIX. Un nuevo tratado con la Francia napoleónica ligará a España al sistema de bloqueo continental contra Inglaterra. Es el tratado de Fointenebleau. A raíz de este tratado penetran en territorio español las tropas francesas con el pretexto de ocupar Portugal. El apoyo de las autoridades francesas a Godoy contra Fernando VII le ganaría la enemistad de los españoles, enemistad que se vería reforzada cuando la inmensa mayoría del pueblo rechazase las abdicaciones de Bayona (Mayo de 1808).
La guerra de la independencia.
II.1.1- Primera fase
Su primera fase (2 de Mayo a Julio de 1808) se inicia con el levantamiento popular de Madrid (2 de Mayo de 1808) dirigido por Daoiz y Velarde. La Junta Suprema Central tratará de organizar pronto la resistencia, sin conseguir establecer un plan de campaña. Las distintas fases de la guerra vienen caracterizadas no sólo por los planteamientos bélicos, sino también por las distintas formas de resistencia: la guerra regular, los sitios y las guerrillas. <>
II.1.2.- Segunda fase
La segunda fase de la guerra (Julio de 1808- 1812) va a dar a la misma un nuevo rumbo. Derrotado en Ocaña el nuevo ejército español levantado por la Junta, las fuerzas napoleónicas logran asegurarse el control de la Península obligando a los ingleses a replegarse a Portugal tras las trincheras de Torres Yedras. La guerra de guerrillas se va a desarrollar fundamentalmente en el mundo rural, contribuyendo a la crueldad que caracteriza a esta guerra debido al principio de acción-represión. Comenzaba así una concepción de lucha muy distinta de la clásica
II.1.3.- Tercera fase
En la tercera fase (1812-1814), los ejércitos anglo-luso-españoles al mando de Wellington y coincidiendo con la campaña de Napoleón en Rusia, inician una ofensiva victoriosa (Arapiles, Vitoria) que obliga a José I a abandonar definitivamente España, quedando únicamente en manos francesas el este español que evacuarán a comienzos de 1814.
II.2. El gobierno «intruso».
Los afrancesados La invasión y la guerra plantea en el país la aparición de dos poderes: por un lado el gobierno de José Bonaparte (José I), basado en la cesión de los derechos del trono de España que Carlos IV, Fernando VII y el resto de la familia real hizo a Bonaparte; y por otro el de la Junta Suprema Central y posteriormente de las Cortes de Cádiz, que no acepta la renuncia de los Borbones, asume la soberanía nacional y dirige el levantamiento antifrancés. Ambos centros de poder intentan llevar a cabo unas profundas reformas político-administrativas muy limitadas por el conflicto bélico. La organización del gobierno de José I inicia su andadura mediatizado por Napoleón. Su instauración se plantea sobre unas bases que el propio emperador protagonizará: la promulgación de una Constitución semejante a las del Imperio y una serie de reformas que entroncan con el programa ilustrado, con el fin de atraerse a los reformistas españoles. El nuevo gobierno de José I les parecía el compromiso más adecuado para aplicar las reformas que el país necesitaba, dentro de la concepción clásica del Despotismo Ilustrado
III.- LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
II.1.- LAS CORTES DE CÁDIZ
III.1.1.- COMPOSICIÓN Y CONFIGURACIÓN DE LAS CORTES DE CÁDIZ
La Junta Central que se había atribuido la soberanía se disuelve en la Junta de Regencia para que esta convoque Cortes. La composición de estas cortes va a ser un tercio para los eclesiásticos, otro para funcionarios y militares y otro tercio para la nobleza y la burguésía comercial.Los historiadores han establecido tres tendencias políticas; los jovellanistas (partidarios de imponer el despotismo ilustrado), los absolutistas y los liberales (partidarios del Nuevo Régimen).
III.1.2.- La obra legislativa
Los diputados aprovecharon la situación revolucionaria creada por la guerra, para elaborar un marco legislativo nuevo y mucho más avanzado. La obra legislativa o los decretos de las Cortes de Cádiz los podemos dividir en aquellos que destruyen el viejo Régimen (1810-1812) y en aquellos que crean un nuevo Régimen (1812-14).