franquismo se basa en la dictadura personal y vitalicia del general Francisco Franco jefe del Estado y del gobierno, cabeza del partido único y Generalísimo de los Ejércitos. Su carácterística más definitoria fue el nacionalcatolicismo. El mayor representante de la Falange fue Ramón Serrano que diseñó el nuevo Estado que se caracteriza por el nacionalismo exacerbado (el rechazo cualquier indicio de autonomía o nacionalismo y se prohibieron los idiomas autonómicos), la defensa del catolicismo tradicional (la iglesia fue la gran legitimadora de la dictadura franquista y dominó la vida social y la educación, se produjo el restablecimiento de las retribuciones económicas a los eclesiásticos y el informe favorable del sacerdote era requisito indispensable para el nombramiento como funcionario, lo que motivó el rechazo de numerosos sectores progresistas de la Iglesia), el rechazo a los principios democráticos del liberalismo y a las libertades, se prohibieron los partidos políticos y se creó la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, se prohibieron los sindicatos de clase y la huelga, se establecíó un sindicato vertical supeditado al Estado, se establecíó la censura y la propaganda, se rechazó a la sociedad contemporánea y suge nostalgia de épocas pasadas, lucha contra el comunismo (eran enemigos liberales, masones, anarquistas, judíos y socialistas, la Ley de Responsabilidades Políticas y la ley de Represión de la Masonería y el comunismo permitieron la represión sistemática), militarismo y los rasgos fascistas que fueron alternándose tras la derrota de Hitler y Mussolini. Se promulgaron leyes que aparecían según las necesidades políticas: las leyes fundamentales del movimiento: el Fuero del trabajo (se recogen los principios del nacionalsindicalismo, la intervención del Estado en la economía y la defensa del trabajador, de la propiedad privada y de la producción nacional), la ley constitutiva de las Cortes (sin función legislativa ni representativa pues las elecciones estaban amañadas y los representantes eran los que el régimen deseaba), el Fuero de los Españoles (recogía los derechos y deberes impregnados de una mentalidad tradicionalista y católica), la ley de referéndum nacional, la ley de sucesión a la jefatura de Estado (la sucesión recaería en Don Juan Carlos de Borbón), la ley de principios del movimiento nacional (reafirmaba los valores del régimen) y la Ley Orgánica del Estado (intentaba dar cierta apariencia de liberalización política sin modificar su esencia autoritaria). Los apoyos fueron la Falange, los carlistas, la iglesia, el ejército, los monárquicos, las oligarquías agrarias e industriales ,la burguésía de empresarios, los especuladores y amplios sectores de las clases medias y del campesinado. Durante la guerra los militares fueron el apoyo más decisivo. A partir de los éxitos alemanes el ejército perdíó influencia en favor de la Falange. Durante los primeros años la autarquía económica fue el sistema adoptado, el resultado fue desastroso, el empobrecimiento afectó a la mayor parte de la población. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Franco declaró la neutralidad el 4 de Septiembre de 1939, en Junio de 1940 cambió a la no beligerancia: participaba mediante ayudas materiales o facilidades estratégicas. En Octubre de 1940 tiene lugar el encuentro de Franco y Hitler: se acuerda la entrada de España en el conflicto a cambio de ayuda militar y económica, recuperación de Gibraltar y posesiones en el norte de África. España envió en 1941 la División Azul. En este momento la Falange alcanza su mayor protagonismo. A partir del otoño de 1492 Franco inicia la neutralidad. Se da mayor protagonismo a los políticos católicos de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas hasta la llegada de los tecnócratas. Terminada la guerra perdura la imagen de una España aliada de las potencias fascistas, lo que provocó su aislamiento internacional. En la conferencia de Postdam (1945) se negó a España su ingreso en la ONU. En 1946 Francia cerró la frontera pirenaica, la ONU recomendó la retirada de embajadores de Madrid y España que destruida del Plan Marshall. Franco eliminó el saludo con el brazo alzado y promulgó el Fuero de los Españoles, la ley de sucesión y un indulto para los presos políticos. En 1948 se inicia la guerra fría, lo que contribuyó suavizar el rechazo hacia nuestro país. En 1948 Francia abre sus fronteras, en 1951 regresan los embajadores y en 1953 se firman los acuerdos con Estados Unidos por los que el Gobierno español concede instalar bases militares a cambio de ayuda militar y económica a España. En 1953 se firma el concordato con el Vaticano y en 1955 España ingresa en la ONU lo que marca el fin del aislamiento junto con la visita de Eisenhower a España (1959). Se firma un acuerdo preferencial (1970), se intenta recuperar Gibraltar (la población gibraltareña se pronunció por la permanencia bajo la soberanía británica, la verja para el paso de peatones no se volvería a abrir hasta 1982), se reconoce la independencia del Protectorado español en Marruecos en 1956, en 1968 se independizó Guinea Ecuatorial, en 1969 se cede Ifni a Marruecos aunque el Sáhará permanecíó bajo control español. Los incidentes entre entre estudiantes antifranquistas y miembros del SEU provocaron la crisis que se salda con una remodelación del Gobierno en 1957 con la entrada de los tecnócratas. Se mantiene el inmovilismo institucional y la política represiva favorece el aumento de la oposición al sistema. El régimen intenta dar una apariencia más moderna: se aprueba en 1966 la ley de prensa que suprimíó la censura, en 1967 se aprueba la Ley de Libertad Religiosa y la Ley Orgánica del Estado en la que por primera vez el cargo de Presidente de Gobierno se separa del Jefe del Estado, se abandona la verborrea fascista (ahora se habla de valores despojados de toda ideología), en 1969 Franco nombra a don Juan Carlos como sucesor a título de Rey. Surgen diferencias entre los partidarios del régimen: aperturista (reformadores) y los inmovilistas (el búnker). Las tensiones estallaron a raíz del asunto Matesa, que fue aprovechado por el sector falangista para acusar al grupo de tecnócratas de corruptos. La crisis se saldó con un nuevo gobierno con Carrero Blanco como vicepresidente. Cualquier tentación de liberalización del régimen quedó truncada con la crisis energética de 1973 y el asesinato por ETA de Carrero Blanco.