Declaración de la Independencia
Las Provincias
Unidas y su crisis
Unidas y su crisis
En el Río de la Plata, la declaración de la independencia llegó
en un momento difícil, tanto en el orden externo como en el
interno. Los ejércitos realistas dominaban aún la mayor parte
del continente, mientras que en las Provincias Unidas, una
Guerra Civil enfrentaba a la Liga de los Pueblos Libres con las
fuerzas del Directorio.
El Congreso de Tucumán
La reuníón del Congreso en Tucumán aspiraba a darle carácter nacional y a
dejar de lado la desconfianza y rivalidad entre el interior y el centralismo de
Buenos Aires. Sus objetivos eran los mismos que se venían demorando desde
1810: la declaración de la independencia y la organización constitucional
del Estado.
Al igual que en la Asamblea del año Xll, la representación se basaba en la
cantidad de población atribuida a cada provincia.
Buenos Aires contaba con
Buenos Aires contaba con
siete diputados, Córdoba con cinco y otras provincias, como La Rioja, tenían un
representante cada una. Además de ellas, enviaron diputados Catamarca, Jujuy,
Mendoza, Salta, San Juan, San Luis, Santiago del Estero, Tucumán y cuatro provincias alto peruanas que en ese momento estaban en manos patriotas: Charcas,
Chichas (que es una parte de Cochabamba), Mizque (parte de Potosí) y Tupiza.
En cambio, no participaron las provincias que integraban la Liga de los
Pueblos Libres: Banda Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fè.
En un intento por lograr que se sumasen al Congreso, el Directorio levantó la
declaración de «traidor» que Posadas y Alvear habían dictado contra Artigas y se
iniciaron negociaciones. Sin embargo, el director Álvarez Thomas ordenó que.
vas operaciones militares contra Santa Fe y Entre Ríos, que impidieron alcanzar
un acuerdo. A comienzos de 1816, los portugueses comenzaron a reunir fuerzas
en el sur del Brasil, con el fin de invadir la Banda Oriental. Artigas pidió entonces ayuda al Directorio, que se negó a enviársela hasta tanto el Protector de los
Pueblos Libres no se sometiese a la autoridad del gobierno central.
La primera tarea del’ Congreso
Las sesiones del Congreso comenzaron en Marzo de 1816, en un clima de gran
desconfianza del Interior hacia Buenos Aires. Córdoba inicialmente no envió
diputados y se uníó a los Pueblos Libres. En Salta y Jujuy, Martín Miguel de
Güemes enfrentaba una creciente oposición de las clases altas, que buscaban el apoyo porteño. En Santiago del Estero se produjo un levantamiento favorable al federalismo. Para enfrentar esta situación, el Congreso decidíó
reemplazar a Álvarez Thomas por Antonio González Balcarce como director
supremo provisorio. En Abril nombró un nuevo director supremo titular, Juan
Martín de Pueyrredón, quien tenía apoyo en Buenos Aires y el Interior por
haber sido opositor a Alvear.
La primera medida de Pueyrredón fue reunirse con San Martín para acordar
los pasos a seguir. El director supremo comprometíó el esfuerzo de su gobierno
para organizar la expedición libertadora de Chile y mantener el orden en las
Provincias Unidas. Se entrevistó también con Güemes, a quien ratificó al frente de la defensa de las provincias del Norte contra los ataques realistas. Fuerzas
del Ejército del Norte, cuyo cuartel general quedó establecido en Tucumán, fue
ron enviadas para imponer la autoridad del Directorio en Córdoba y Santiago del
Estero. Asegurado el Interior, Pueyrredón viajó a Buenos Aires, donde se había producido un enfrentamiento entre el Cabildo y el director provisorio Balcarce.
La Casa Histórica de Tucumán fue la sede de las deliberaciones del
Congreso de 1816.
Las Provincias Unidas y su crisis
En el Río de la Plata, la declaración de la independencia llegó
en un momento difícil, tanto en el orden externo como en el
interno. Los ejércitos realistas dominaban aún la mayor parte
del continente, mientras que en las Provincias Unidas, una
Guerra Civil enfrentaba a la Liga de los Pueblos Libres con las
fuerzas del Directorio.
El Congreso de Tucumán
La reuníón del Congreso en Tucumán aspiraba a darle carácter nacional y a
dejar de lado la desconfianza y rivalidad entre el interior y el centralismo de
Buenos Aires. Sus objetivos eran los mismos que se venían demorando desde
1810: la declaración de la independencia y la organización constitucional
del Estado.
Al igual que en la Asamblea del año Xll, la representación se basaba en la
cantidad de población atribuida a cada provincia. Buenos Aires contaba con
siete diputados, Córdoba con cinco y otras provincias, como La Rioja, tenían un
representante cada una. Además de ellas, enviaron diputados Catamarca, Jujuy,
Mendoza, Salta, San Juan, San Luis, Santiago del Estero, Tucumán y cuatro provincias alto peruanas que en ese momento estaban en manos patriotas: Charcas,
Chichas (que es una parte de Cochabamba), Mizque (parte de Potosí) y Tupiza.
En cambio, no participaron las provincias que integraban la Liga de los
Pueblos Libres: Banda Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fè.
En un intento por lograr que se sumasen al Congreso, el Directorio levantó la
declaración de «traidor» que Posadas y Alvear habían dictado contra Artigas y se
iniciaron negociaciones. Sin embargo, el director Álvarez Thomas ordenó
nuevas operaciones militares contra Santa Fe y Entre Ríos, que impidieron alcanzar
un acuerdo. A comienzos de 1816, los portugueses comenzaron a reunir fuerzas
en el sur del Brasil, con el fin de invadir la Banda Oriental. Artigas pidió entonces ayuda al Directorio, que se negó a enviársela hasta tanto el Protector de los
Pueblos Libres no se sometiese a la autoridad del gobierno central.
La primera tarea del’ Congreso
Las sesiones del Congreso comenzaron en Marzo de 1816, en un clima de gran
desconfianza del Interior hacia Buenos Aires. Córdoba inicialmente no envió
diputados y se uníó a los Pueblos Libres. En Salta y Jujuy, Martín Miguel de
Güemes enfrentaba una creciente oposición de las clases altas, que buscaban el apoyo porteño. En Santiago del Estero se produjo un levantamiento favorable al federalismo. Para enfrentar esta situación, el Congreso decidíó
reemplazar a Álvarez Thomas por Antonio González Balcarce como director
supremo provisorio. En Abril nombró un nuevo director supremo titular, Juan
Martín de Pueyrredón, quien tenía apoyo en Buenos Aires y el Interior por
haber sido opositor a Alvear.
La primera medida de Pueyrredón fue reunirse con San Martín para acordar
los pasos a seguir. El director supremo comprometíó el esfuerzo de su gobierno
para organizar la expedición libertadora de Chile y mantener el orden en las
Provincias Unidas. Se entrevistó también con Güemes, a quien ratificó al frente de la defensa de las provincias del Norte contra los ataques realistas. Fuerzas
del Ejército del Norte, cuyo cuartel general quedó establecido en Tucumán, fue
ron enviadas para imponer la autoridad del Directorio en Córdoba y Santiago del
Estero. Asegurado el Interior, Pueyrredón viajó a Buenos Aires, donde se había producido un enfrentamiento entre el Cabildo y el director provisorio Balcarce.
La Casa Histórica de Tucumán fue la sede de las deliberaciones del
Congreso de 1816.