B. Compara a través del gráfico las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz, indicando cuáles fueron los objetivos de cada una de ellas. Gráfica de barras en la que se representan los bienes civiles y eclesiásticos desamortizados por Mendizábal y Madoz, durante el reinado de Isabel II, Ministros de Hacienda en los años 1836 y 1855 respectivamente. El gráfico no solo se centra en este segmento cronológico, va mucho más allá, por ello hablamos de forma genérica del Reinado de Isabel II, ya que nos conduce hasta después del Pacto de Ostende (1866). En que se plantea con precisión el derrocamiento de ésta. 1ª de 1836 a 1844 (minoría de edad de Isabel II, Regencias de Mª Cristina de Nápoles y Espartero), se corresponde con la aprobación de la Ley de Desamortización de Mendizábal (1836) y los años inmediatamente posteriores a su entrada en vigor (las dos primeras columnas de la izquierda). Podemos observar, como en estos años la expropiación de bienes eclesiásticos es muy alta, llegando el valor de las propiedades a 3.400 millones de reales de vellón. Por el contrario, los bienes civiles representan un escaso valor no superando los 100 millones de reales. Este hecho demuestra que el propósito de Mendizábal era desvincular especialmente las propiedades de la Iglesia y con los ingresos obtenidos de su subasta pública financiar la guerra carlista, disminuir la deuda pública y atraerse a las filas isabelinas a los compradores de esas propiedades religiosas. 2º de 1845-54, (mayoría de edad de Isabel II), en estos años se interrumpe ese proceso; las fincas eclesiásticas expropiadas y vendidas apenas suponen 200 millones de reales de vellón siendo las propiedades civiles irrelevantes (50 millones) -según el gráfico-. Esta parálisis del proceso está relacionado con el cambio de gobierno tras el fin de la Regencia de Espartero y la subida al poder de los moderados con Narváez a la cabeza. Una de las primeras medidas, tomadas por los moderados, fue detener la expropiación Y venta de los bienes eclesiásticos ya que esto perjudicaba los intereses de la Iglesia. . 3º-de 1855-56, se corresponde con un nuevo cambio de gobierno; en este caso es elpartido progresista el que sube al poder tras la Vicalvarada y en 1855 su ministro de Hacienda, Pascual Madoz publica la Ley General de Desamortización por la cual se ponen en subasta los bienes civiles de propios y comunales. Por eso en esta 2ª desamortización serán las propiedades civiles las que superen con creces a las eclesiásticas (las dos últimas columnas). En esta etapa las expropiaciones civiles llegan a 500 millones de reales y las eclesiásticas a 450 millones. La finalidad de esta ley era favorecer el desarrollo industrial del país subvencionando a las compañías que invirtieran en la construcción de la red ferroviaria. 4º-de 1856-67, coincide con un nuevo gobierno, de carácter moderado (Uníón Liberal y posteriores gobiernos moderados). Estos años son los de verdadera aplicación de la Ley de Madoz por lo que se multiplican los bienes expropiados llegando los de los ayuntamientos a 2.800 millones de reales y los eclesiásticos a 1.300 millones (como se aprecia en la gráfica); no tuvo objeciones los diferentes gobiernos moderados en aplicar esta ley puesto que afectaba principalmente a las propiedades civiles y menos a las eclesiásticas. En definitiva, las desamortizaciones beneficiaron a la clase burguesa, ayudó a afianzar el liberalismo en España, fracasó como intento de reforma agraria agravando las desigualdades sociales en el campo, no resolvíó los problemas de escasa productividad y atraso del campo español y tampoco ayudó al despegue industrial puesto que la agricultura no demandó maquinaria agrícola ni tampoco elevó el poder adquisitivo del campesinado español que permitiría el surgimiento de un mercado nacional que demandase productos industriales. Además, la desamortización de Madoz, a pesar de venir acompañada por La Ley de ferrocarriles y leyes crediticias y bancarias, no animaron a invertir en el ferrocarril a la burguésía española, y fueron empresarios franceses, fundamentalmente los que selucraron con la construcción ferroviaria. Por otro lado, la industria textil, también sufríó un serio revés debido a la Guerra de Secesión americana, que impidió la llegada de materia prima a ésta. no obstante, ninguna de las desamortizaciones supuso una verdadera reforma agraria, como la que sí se conseguirá durante la II República (14 Abril 1931), con la creación de la Ley de bases de la Reforma Agraria el 9 de Septiembre de 1932.Así pues, los más perjudicados tras las desamortizaciones fueron los campesinos, sobre todo durante la de Madoz. Esto supuso un resentimiento que llevaría a una mentalidad revolucionaria en los campesinos. Básicamente las desamortizaciones fomentaron la Concentración ncentración de tierras en grandes latifundios y no las repartíó de forma equitativa, especialmente en el sur de España y en Canarias, donde clases bajas vieron, aún más si cabe que en el resto de España, empeorar su situación. Y es que las desamortizaciones en Canarias no disminuyeron el poder de la terratenencia histórica y “conservaron el predominio de formas de explotación de las tierras con atributos casi feudales”.