1. LA Edad Moderna
La Edad Moderna comenzó en 1453 con la conquista de Constantinopla y finalizó con la Revolución francesa en 1789, aunque en ambos momentos hacia ya muchos años que se venían produciendo importantes cambios económicos, sociales, políticos y culturales que permitían hablar del fin de una época.
1.1. Transformaciones económicas
Desde mediados del Siglo XV, después de la crisis económica y las catástrofes que se padecieron a finales de la Edad Media, las sociedades europeas vivieron una recuperación. Esto se constató en varios aspectos:
– Aumentó la producción agrícola
Se apreció en esta época una extensión de la superficie cultivada. Sin embargo, no se introdujeron innovaciones tecnológicas y se mantuvo el sistema de rotación trienal con barbecho.
Este sistema consistía en dividir la zona de cultivo en tres parcelas e ir rotando los cultivos cada año. Una parte se dejaba sin cultivar (en barbecho) para que la tierra descansara y recuperaralos nutrientes. Los cultivos más importantes fueron los cereales.
La agricultura y la ganadería siguieron siendo las principales actividades económicas. Esto hacia muy vulnerables a las sociedades de esta época: en los años de malas cosechas, el hambre y la enfermedad reaparecían.
– Se revitalizó la actividad comercial
La mayor producción agrícola tuvo como consecuencia que se produjeran excedentes, es decir, producción sobrante. Los productos excedentarios se vendían en los mercados de las ciudades, Los mercaderes comerciantes se desplazaron en busca de nuevas ciudades donde vender sus productos. De esta forma, se establecieron rutas comerciales terrestres y marítimas que unieron puntos lejanos.
– Se expandíó la actividad artesanal
Los productos manufacturados se elaboraban en talleres que estaban controlados por asociaciones de artesanos llamadas gremios.
Como existía mucha demanda, las manufacturas se realizaban también en los domicilios, y así surgíó el sistema doméstico.
El comerciante proporcionaba los medios de producción (instrumentos y materias primas) a las familias y estas elaboraban los productos.
-Gracias a los viajes de exploración a territorios habitados y deshabitados que los europeos no conocían, llegaron a Europa nuevos productos:
Metales preciosos, alimentos y especias.
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Surgíó el capitalismo comercial, es decir, un sistema económico en el que tiene gran importancia el capital (ya sea dinero, materias primas, herramientas, talleres, etc.) perteneciente a un propietario privado, generalmente miembro de la burguésía, que creaba compañías comerciales para generar beneficios.
El crecimiento económico también originó el desarrollo de la banca.
Los banqueros empezaron cambiando monedas, y custudiando el dinero y los metales preciosos de sus clientes. Al disponer de muchos fondos, pudieron ampliar sus operaciones, como por ejemplo:
– Realizar préstamos
Los mercaderes necesitaban dinero cuando emprendían una actividad comercial. Para consegurilo, recurrieron a los banqueros, que se lo prestaban a cambio de devolver esa cantidad más una parte adicional llamada interés. Como en esa época lograron grandes beneficios, los comerciantes pudieron devolver los préstamos y los banqueros se enriquecieron. Los monarcas de la época también pidieron créditos a los banqueros para cubrir los gastos de sus estados. Entre las familias de banqueros más importantes figuraban los Medici, en Florencia, y los Fugger, en Alemania. La banca tuvo un papel fundamental en el nuevo sistema, denominado capitalismo comercial, financiando las compañías comerciales.
– Crear nuevas formas de pago
Se ideó la letra de cambio, un documento por el cual un banquero se comprometía a pagar, a un comerciante o a otra persona autorizada, una cantidad de dinero en un lugar y fecha determinados. Con la letra de cambio se evitaba tener que viajar con el dinero en metálico, lo que resultaba peligroso.
1.2. Cambios sociales
La prosperidad económica tuvo como principal consecuencia el aumento de la población.
Además, se redujeron las grandes epidemias.
Las ciudades crecieron, sobre todo las que formaban parte de rutas comerciales o tenían puertos importantes, como Venecia, París, Londres, Colonia, Lisboa y Amberes.
De esta forma, junto a la sociedad rural, propia de la Edad Media, se desarrolló una sociedad urbana, que se convirtió en una de las principales carácterísticas de la edad
Moderna.
Como ocurría en la Edad Media, la sociedad siguió dividida en diferentes grupos llamados estamentos.
Los estamentos privilegiados estaban formados por la nobleza y el clero.
Se trataba de una minoría, eran propietarios de la mayor parte de las tierras y los únicos que podían acceder a los altos cargos políticos. Contaban con numerosos privilegios:
No pagaban impuestos para cubrir los gastos del reino y estaban sometidos a tribunales especiales. Vivían en sus castillos (en el campo) o en sus palacios de las ciudades.
El estamento de los no privilegiados, también llamado tercer estado.
A él pertenecía la mayor parte de la población. Pagaban numerosos impuestos y no podían acceder a los altos cargos políticos. Este estamento se dividía en varios subgrupos:
– Los campesinos continuaron siendo el grupo social más numeroso. Eran siervos de un señor feudal o noble, al que debían entregar una renta o una parte de su cosecha; por esta razón, muchos huían y se instalaban en las ciudades, donde vivían con mayor libertad.
– La burguésía estaba compuesta por los habitantes de las ciudades, quienes no se encontraban sometidos a ningún señor feudal. Este grupo social crecíó en número, riqueza e influencia política a lo largo de la Edad Moderna. Dentro de él se establecieron grandes diferencias:
-La alta burguésía.
Estaba formada por los grandes comerciantes, banqueros y funcionarios importantes. Residían en palacios urbanos ricamente decorados. Con los
nobles que vivían en la ciudad formaban la oligarquía local, el grupo más poderoso e influyente.
-La pequeña burguesía.
La integraban los pequeños comerciantes, funcionarios menores, artesanos de todos los oficios, artistas, sirvientes y obreros. Era el grupo
más numeroso en las ciudades. Residían en viviendas humildes situadas en edificios de varias plantas.
Existía, además, un grupo social marginado constituido por mendigos y vagabundos que vivían de la caridad.
Algunos grupos sociales reivindicaron sus derechos. Las protestas más violentas fueron llevadas a cabo por los campesinos. Sin embargo, las revueltas que protagonizaron fueron duramente reprimidas.
Una parte de la alta burguésía llegó a acumular más riqueza que los propios nobles. Esto originó que las familias de la nobleza se unieran con las familias más ricas de la burguésía a través de matrimonios.
Por su parte, los burgueses reivindicaron el fin de los privilegios de la nobleza y el dero, no pagar tantos impuestos y acceder a todos los cargos políticos.
Los monarcas apoyaron a la burguesía o a la nobleza en un momento u otro, dependiendo de sus propios intereses. La burguesía, aunque fue adquiriendo cada vez más derechos, solo conseguiría equipararse con la nobleza al final de la Edad Moderna.
2. EL ESTADO MODERNO
Al aumentar la producoón agrícola y artesanal, e incrementarse os beneficios comerciales, crecíó la riqueza disponible y también la recaudación de impuestos. Estos factores originaron importantes consecuencias políticas.
Los reyes, al disponer de más recursos, se hicieron más poderosos y pudieron reformar las instituciones existentes y crear otras nuevas.
Sus objetivos fueron consolidar su autoridad, controlar el poder de la nobleza, administrar monarcas. Durante la transición de la Edad Media a la Edad Moderna, los monarcas de algunos reinos europeos adoptaron las siguientes medidas:
– Formaron poderosos ejércitos de mercenarios (soldados a sueldo) con los que sometieron a los nobles que se enfrentaron a ellos. Con el tiempo, prohibieron a los nobles disponer de sus propios ejércitos. Asimismo, emprendieron la creación de un cuerpo diplomático para establecer alianzas con otros estados o reinos.
– Fortalecieron la burocracia (compuesta por funcionarios dependientes directamente de ellos que trabajaban para la supervisión de los asuntos del reino). De esta forma, los monarcas pudieron ejercer un control efectivo sobre sus posesiones.
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Centralizaron el poder con nuevas instituciones a su servicio. Poco a poco, fueron aumentando las atribuciones de las instituciones centrales y se fue reduciendo la autonomía de los señores feudales y de las legislaciones especiales implantadas durante la Edad Media.
– Para el buen funcionamiento de estas nuevas instituciones, los monarcas establecieron una corte o sede permanente, que en muchos casos terminó convirtiéndose en la capital de sus reinos.
La débil monarquía feudal de la época medieval se transformó en una poderosa monarquía autoritaria en la que la nobleza estaba sometida al soberano, al igual que el resto de grupos sociales.
La nueva organización política que surgíó de la aplicación de este conjunto de reformas recibe la denominación de Estado moderno.
Las monarquías más poderosas en los inicios de la Edad Moderna fueron la hispánica —fruto de la uníón de los reinos de Castilla y Aragón—, la portuguesa —pionera en la explotación de las nuevas rutas comerciales— la francesa, la inglesa y la rusa.
Los territorios correspondientes a los actuales estados de Italia y Alemania se mantuvieron divididos en pequeños estados durante toda la Edad Moderna. Por tratarse de regiones de gran valor económico o estratégico, las principales monarquías autoritarias del continente se disputaron su control y los convirtieron en el escenario de numerosas guerras.
3. CAMBIOS CULTURALES
En los inicios de la Edad Moderna también se produjeron importantes cambios en el mundo del pensamiento y de la ciencia, cuya difusión se multiplicó gracias a un invento de importancia capital: la imprenta.
La filosofÍa humanista
La prosperidad originó transformaciones en las mentalidades y surgíó en Italia un nuevo movimiento intelectual, llamado humanismo, que se extendíó por toda Europa. Se caracterizó por los siguientes rasgos:
– La recuperación de la cultura clásica.
La cultura y el pensamiento de la Grecia y la Roma clásicas renacíó, es decir, se convirtió en el punto de referencia de la actividad intelectual y artística.
– El antropocentrismo.
El ser humano se convirtió en el centro de la reflexión filosófica y de la creación artística. Aunque los humanistas siguieron siendo cristianos, abandonaron el teocentrismo de la Edad Media e intentaron explicar la realidad sin recurrir a la religión.
– El optimismo y la creatividad.
Los asuntos religiosos que originaban temor (el pecado) se dejaron de lado y la mejora de la vida en este mundo ocupó el primer plano. La creatividad se oriento a lograr mejoras técnicas, y ello condujo a la aparición de numerosos inventos.
– El deseo de aprender.
Los humanistas tenían una gran curiosidad intelectual. No limitaban sus conocimientos a una sola especialidad: querían saber de todo y convertirse en Homo universalis.
– El espíritu crítico.
Hasta entonces, los conocimientos se basaban en la tradición, los grandes sabios o los textos sagrados. El humanismo puso en duda todo lo anterior e intentó explicar los fenómenos de la naturaleza recurriendo a:
-La reflexión personal: la razón.
-Estudios más amplios: la investigación.
-Demostraciones prácticas: la experimentación.
– El uso de lenguas vernáculas
Hasta entonces casi todos los libros se escribían en latín. Los humanistas comenzaron a escribir sus obras en las lenguas que se hablaban en sus países. Así lo hicieron los italianos Dante —Divina Comedia—, Petrarca —Cancionero— y Boccaccio —Decamerón—. Gracias a ello, un mayor número de personas tuvo acceso a la cultura y a los nuevos conocimientos.