5.1. Organización política e instituciones en el reino de Castilla y en la Corona de Aragón.:
Desde la segunda mitad del s.XIII se produce en Castilla un reforzamiento del poder real, que culmina con el nacimiento del Estado Moderno a finales del XV. A este reforzamiento contribuyó la teoría del origen divino del poder, y la actualización del derecho romano (defendía la concentración de la autoridad en manos del soberano, único capaz de aprobar y abolir leyes), así como las Partidas de Alfonso X en Castilla, y el Ordenamiento de Alcalá 1348. La Corona de Aragón se estructuraba como una uníón de reinos:
Aragón, Valencia, Mallorca y Cataluña, con leyes e instituciones diferentes, imponiéndose el modelo pactista de la monarquía (modelo de funcionamiento de la monarquía aragonesa de llegar a acuerdos con la nobleza para poder gobernar). En cada reino el rey tenía un Lugarteniente o Gobernador.
El rey acepta el Justicia Mayor (noble que se encargaba de solventar los pleitos entre nobleza-rey, aunque en la práctica defendían los privilegios del reino). A partir de 1283 las Cortes aragonesas y las catalanas, impusieron a Pedro III el juramento del Privilegio General, lo que venia a reconocer la autonomía de sus señoríos. Para gobernar, el rey se servía de diversas instituciones, que fueron cambiando con el transcurso del tiempo. Las más importante fueron:
el Consejo Real, antigua Curia Regia ordinaria (con funciones administrativas, carácter consultivo y poco a poco se convirtió en el principal instrumento del gobierno en el s.XV), la Audiencia (Chancillería) (regulaba la justicia) y las Cortes, antigua Curia Regia extraordinaria (con origen en 1188 por Alfonso IX que representaban a todo el reino y eran convocadas por el rey, reuniendo a los representantes de la nobleza, el clero y las ciudades. Servían para aprobar subsidios a la Corona, a cambio del compromiso de ésta de mantener el valor de la moneda y escuchar y atender las peticiones de las Cortes). Tras la muerte de Alfonso X, las Cortes de León y Castilla se unificaron y cobraron gran importancia pese a que siempre tuvieron carácter consultivo.
Hacienda, va cobrando cada vez más importancia con el fortalecimiento de la Monarquía y el aumento de los ingresos fiscales. En la corona de Aragón, las Cortes estaban formadas por nobleza, Iglesia y el patriciado urbano, salvo en Aragón, donde la nobleza se dividía en ricos hombres e infanzones. La organización territorial se basó en la división del reino en provincias, llamadas adelantamientos y merindades en Castilla, o merindades, veguerías o distritos en Aragón. En Castilla se extendíó el control sobre los concejos y se impuso el sistema de regimentos (alcaldes herederos) controlados por el monarca a través del corregidor.
5.2 Los reinos cristianos en la baja Edad Media: Crisis demográfica, económica y política.:
El tiempo que transcurre entre mediados del s.XIII y el último cuarto del s.XIV se caracteriza por ser una etapa de crisis (malas cosechas, epidemias y guerras internas) que hace que la economía entre en recesión. El Siglo XV será un periodo de recuperación y crecimiento, salvo en Navarra y en Cataluña, donde la grave crisis económica y social se mantendrá hasta principios de la Edad Media.
Crisis demográfica:
A finales del Siglo XIII la producción agraria no alcanzaba para abastecer a la población, y las malas cosechas dieron lugar a la carestía y al hambre, que conllevaron a la caída de la población ante la epidemia de peste negra de 1348. Penetrando por Mallorca hacia el interior, las sucesivas oleadas de la peste diezmarían la población, sobre todo en Cataluña. Las fechorías de los señores, el bandidaje de los hidalgos, las revueltas campesinas y las guerras también contribuyeron a la disminución de la población. La recuperación demográfica se empezó a notar desde 1420 en algunas regiones, siendo la más afectada Cataluña, que había perdido la mitad de la población. La salida de la crisis supuso la preponderancia (el dominio) de Castilla, debido a su rápida recuperación demográfica. El desarrollo urbano será una carácterística decisiva del Siglo XV, salvo en Cataluña.
Crisis económica:
La peste negra desencadenó una crisis económica, que se manifestó en el aumento de los despoblados (tierras sin cultivar), el retroceso de los cultivos y el desequilibrio entre precios y salarios. Lo que supuso la caída de las rentas señoriales. La recuperación agraria del Siglo XV, unida a la recuperación demográfica, se manifestó en la explotación de las tierras abandonadas y las exigencias del comercio internacional, de acuerdo con los intereses de los señores y los ricos burgueses (auge de la ganadería en Castilla, extensión del viñedo, los arrozales y la caña de azúcar, y desarrollo del comercio) y se integró en los circuitos comerciales internacionales.
Crisis social y política :
La crisis demográfica del Siglo XV tuvo una gran repercusión en la nobleza. El abandono de tierras significó la disminución de sus rentas, lo que les llevó a incrementar la presión sobre sus vasallos, haciendo crecer el descontento campesino. Muchas familias nobles vieron dispersas sus propiedades entre sus numerosos herederos. En Castilla surgieron luchas entre los linajes y con la corona, lo que debilitó el poder real que cedíó no sólo tierras y rentas, sino también el señorío jurisdiccional sobre esas tierras a la nobleza; y muchos fueron cedidos en régimen de mayorazgo (el derecho de ceder en herencia al primogénito el título y la mayor parte de los bienes de la casa nobiliaria). El señorío jurisdiccional se convirtió en la principal fuente del poder económico y político de la aristocracia (intenso en el Duero, Tajo y valle del Guadalquivir). Paralelo al proceso de señorialización se produjo una intensificación de la explotación feudal, dando lugar a importantes rebeliones sociales en Castilla y en Aragón
5.3 Los reinos cristianos en la baja Edad Media: La expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo
Terminada la expansión peninsular y asegurado el control sobre las Baleares, la corona de Aragón inicia su expansión por el mediterráneo con el objetivo de dominar económica y militarmente el mediterráneo occidental para consolidar y ampliar potente dominio catalán. Pedro III el grande (1276-1285) inicia la expansión aragonesa con la oposición de Francia, Génova y Venecia. Va incorporando lo siguiente: -En 1302 Sicilia, tras responder a la petición de ayuda de los milicianos en su rebelión contra el rey en 1282. -En 1311-19 los ducados de Atenas y Neopatria, con las compañías de almogávares (mercenarios de la Corona de Aragón, con Roger de la Flor al frente) licenciadas tras el final de la guerra en Sicilia y que se mantendrán independientes pero feudatarios del reino de Aragón hasta 1390. -En 1344 Aragón recupera el Rosellón y la Cerdaña, separados de la corona de Aragón, en 1276 con la creación del reino de Mallorca. -En 1420 Cerdaña, en alianza con Venecia y en oposición a Génova. -Y en 1443 Nápoles, que se incorporará a la Corona de Aragón en 1503. A la vez los aragoneses conseguirán el control económico y militar de los estados musulmanes del norte de África. El inmenso esfuerzo militar y económico implicó las continuas demandas de apoyo económico a los estamentos privilegiados y que el rey Aragónés tuviera que subordinarse a los intereses nobiliarios (monarquía pactista)
, a la vez que extendían la representación política y comercial aragonesa mediante los Consulados en las principales ciudades de la cuenca mediterránea. Se traficaba con especias de Oriente a través de las puertos egipcios y con oro y esclavos del norte de África, y vendían tejidos y armas. Barcelona se convirtió en el motor de la Corona de Aragón. La crisis del Siglo XIV, la rivalidad con Génova, el desplazamiento de la importancia estratégica del norte de África, tras el control del estrecho de Gibraltar por Castilla (1340), y la nueva competencia de los castellanos, italianos e ingleses llevan a la crisis económica y a la quiebra a finales del Siglo XIV. En 1388 se pierde el ducado de Atenas y en 1399 el de Neopatria. En el Siglo XV la crisis se agudizará, complicada con conflictos sociales y políticos.
5.4 Los reinos cristianos en la baja Edad Media: La rutas atlánticas (castellanos y portugueses). Las islas Canarias.:
Tras la conquista del valle del Guadalquivir (XIII) y el control del estrecho de Gibraltar (1340), Castilla configuró dos polos mercantiles, el norte de Burgos y los puertos del cantábrico y Sevilla, estratégicamente situado entre el Atlántico y el Mediterráneo. El predominante interés castellano por el atlántico chocó con el expansionismo portugués en la misma zona, orientado ambos sus aspiraciones hacia la costa africana y hacia los archipiélagos atlánticos. Portugal conquista Ceuta en 1415 (que pasó a España con Felipe II) y entre 1420 y 1440 ocupa los archipiélagos de Madeira y de las Azores. -En 1402, Juan Bethencourt y Gadifer de la Salle inician la conquista de las Canarias, sometiendo Lanzarote, Fuerteventura y Gomera; y Fernán de Pedraza conquista El Hierro en 1447. Todas, por vía de venta o de herencia, quedaron en manos de señores andaluces. Pero el intento de conquistar la Palma, Gran Canaria y de Tenerife supuso duras derrotas frente a los guanches y una fuerte competencia con los portugueses que consideraban que las Canarias estaban en su zona de influencia. -En 1478, a iniciativa de los Reyes Católicos, se inicia la segunda etapa de la conquista de Canarias. En 1484 Pedro Vera conquista Gran Canaria y Alonso Fernández de Lugo la Palma en 1493 y Tenerife 1496, tras cuatro duras campañas. Las Canarias fueron objeto de disputa entre Portugal y Castilla el tratado de Alcaçovas en 1479, en Portugal reconocíó la soberanía de Castilla sobre el archipiélago. Portugal acepta los derechos de Castilla al norte del cabo Bojador.