Las causas de la guerra hay que buscarlas en el expansionismo alemán y Japónés, que aspiraban a construir un gran Imperio, aniquilar violenta y masivamente a sus enemigos e imponer en los países conquistados un régimen totalitario. Entre las causas a largo plazo encontramos la crisis económica del periodo de entreguerras y el ascenso del fascismo y el nazismo, que las democracias europeas no consiguieron detener con su política de apaciguamiento. Respecto a las causas a corto plazo, encontramos la política expansionista alemana, con su política de hechos consumados en el Renania, Austria, Checoslovaquia y Polonia, la política expansionista italiana, con la invasión de Abisinia, y la política expansionista japonesa, con la invasión de Manchuria. Todas estas actuaciones generaron dos alianzas, destacando el Pacto de Acero entre las potencias del eje, Alemania, Italia y Japón, enfrentados a los aliados, representados por Francia y Gran Bretaña, con la incorporación posterior de URSS y EE.UU. Alemania activó la táctica de la “Guerra relámpago” consiguiendo rápidamente grandes conquistas en Europa y el norte de África. Pero tras desistir de invadir Gran Bretaña en 1940 trató de invadir la URSS en 1941. La guerra cambió de signo a partir de la batalla de Stalingrado en 1943. Comienza el retroceso de Alemania y el avance soviético. En el norte de África y el sur de Italia se produjo el desembarco anglo-estadounidense. Finalmente, en 1944, se produjo el desembarco de Normandía, que hizo retroceder a la Alemania nazi en el frente oeste, hasta la capitulación de Alemania e Italia en Mayo de 1945. Frente al régimen de terror nazi que llegó a su cenit con la persecución de los judíos y otras minorías étnicas o perseguidos políticos que acabaron en campos de concentración, se presentó una resistencia de partisanos o maquis que ofrecía apoyo a los ejércitos aliados, y cuyo papel fue muy importante en la liberación de algunos países como Grecia, Italia o Yugoslavia. En el Pacífico, tras el bombardeo de Pearl Harbor que hizo que EE.UU. Entrara en el conflicto, este acabó tras arrojar EE.UU. Las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. La Segunda Guerra Mundial comportó enormes pérdidas humanas y económicas, y evidenció el horro al que podían llegar los países civilizados. La celebración de los Juicios de Núremberg, y la creación de la ONU, aspiraban a un nuevo mundo basado en el compromiso al respeto de los Derechos Humanos.
Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, el mundo vivíó entre 1945 y 1991 una prolongada época de tensiones, conflictos y guerras localizadas. El fin de la alianza entre la Uníón Soviética, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia dividíó al mundo en dos bloques enfrentados. El bloque capitalista, liderado por Estados Unidos, y el bloque comunista, liderado por la Uníón Soviética, pugnaban por la supremacía mundial. Cada potencia trató de ejercer la hegemonía sobre su bloque, extender su influencia en el mundo e impedir el aumento de la de su rival. Ambos bandos realizaron pactos económicos y militares para el control de sus aliados como la OTAN, favorecida por Estados Unidos o el Pacto de Varsovia, auspiciado por la Uníón Soviética. A lo largo de medio siglo se sucedieron periodos de Guerra Fría, con conflictos armados localizados y episodios de tensión diplomática entre ambos bandos, pero nunca de forma directa, alternados con periodos de coexistencia pacífica. Tras los conflictos europeos (Guerra Civil en Grecia, el bloqueo de Berlín), a partir de 1950 el foco se desplazó a otras zonas del mundo. Cronológicamente el primer conflicto fue la Guerra de Corea (1950-1953) al que siguieron la crisis de Egipto (1956) y Cuba (1959). Los cambios en los dirigentes de ambas potencias (Jruchev en la URSS y Kennedy en EE.UU.) promovieron la distensión entre los dos bloques y el inicio de una nueva etapa de coexistencia caracterizada por el diálogo, el desarme y la búsqueda de acuerdos en las relaciones internacionales. Se produjo una disminución de los conflictos en los bloques, aunque surgieron algunos episodios de enfrentamiento como el conflicto de Cuba. El debilitamiento de la posición de Estados Unidos en el contexto internacional, en un momento en que se produce la Revolución islamista en Irán, y la política expansionista de la URSS en Afganistán, coincidíó con la subida al poder del presidente Reagan, quien inició una política de intervenciones militares americanas, sobre todo en el Caribe. Todo ello en un escenario en el que, tras la explosión de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki en 1945, se había dado inicio a la era nuclear. El evidente poder que otorgaba el armamento atómico provocó una carrera de armamentos entre las potencias enfrentadas en la Guerra Fría. La posterior carrera espacial permitíó disponer de misiles pesados de alcance internacional, y la creación de sistemas antimisiles para defenderse del ataque.