habían adquirido gran prestigio en las guerras de la Independencia, colonial y carlista. Solían dirigir los cambios de gobierno a través de los pronunciamientos, es decir levantamientos militares contra el gobierno instituido. En el reinado destacaron los generales Espartero, Narváez, O’Donnell, Serrano o Prim. Y durante la minoría de edad de la reina Isabel II, fueron los generales Espartero y Narváez los políticos más importantes. EL PERIODO DEL REINADO DE Isabel II DURANTE SU Minoría DE EDAD SE DIVIDE EN DOS ETAPAS: LAS REGENCIAS DE MARÍA Cristina (1833-1840) Y DE Espartero (1840-1843) DE LA REGENCIA DE MARÍA Cristina (1833-840) se pueden destacar los siguientes hechos relevantes. La escisión de los liberales en dos tendencias o partidos, los liberales moderados o doctrinarios y los liberales progresistas que tenían diferencias ideológicas y diferentes líderes. Los moderados cuyos líderes fueron sucesivamente Martínez de la Rosa y Toreno (hasta 1843), Narváez, González Bravo y Bravo Murillo (hasta 1868) compartían los siguientes principios: el sufragio censitario restringido a la burguésía más alta, confesionalidad del estado y defensa del papel de la Iglesia católica, soberanía compartida que otorga amplios poderes al rey,limitación de los derechos individuales prefiriendo el orden antes que la libertad, control desde el gobierno central sobre los ayuntamientos y las diputaciones provinciales.Los progresistas cuyos líderes fueron sucesivamente Álvarez Mendizábal y Espartero (hasta 1843), y Madoz y Juan Prim (hasta 1868) compartían los siguientes principios: ampliación del sufragio restringido para que pudiera votar la burguésía media y pequeña, soberanía nacional y control de las Cortes sobre el poder ejecutivo del rey, defensa de los derechos individuales que incluye los derechos de expresión, imprenta, asociación y reuníón, limitación de la influencia de la Iglesia católica y desamortización de sus bienes elección de alcaldes y concejales sin control del gobierno central. Durante la Regencia de María Cristina tuvieron mayor presencia en el gobierno los moderados: gobernaron en 1833-1835 y en 1837-1840 y contaron con la simpatía de la Regente; su impronta se pudo apreciar: en el Estatuto Real (1834-1836), cuando los absolutistas moderados cercanos a la Regente y opuestos a los Carlistas buscaron un acuerdo con los liberales más moderados (Martínez de la Rosa) para hacer frente común en la primera guerra carlista (1833-1840); Pero también gobernaron los progresistas en 1836 y 1837 y su obra se apreció en una legislación propuesta desde el gobierno encabezado por Calatrava y Juan Álvarez Mendizábal: aprobaron los decretos y las leyes de desamortización de los bienes del clero regular y secular de la Iglesia, la llamada desamortización de Mendizábal de 1836; y de supresión de las congregaciones religiosas (conventos y monasterios) (1836-1837);convocaron Cortes para aprobar una Constitución nueva y progresista, la de 1837; aprobaron leyes de Imprenta, de abolición de los señoríos, de desvinculación de mayorazgos o de abolición de los diezmos eclesiásticos, de los privilegios de la Mesta y de los gremios. Los Moderados volvieron al gobierno en 1837-1840 pero su autoritarismo desacreditó a la misma Regente y los progresistas se rebelaron; la Regente fue obligada a renunciar y Espartero, general progresista, fue nombrado nuevo Regente. DE LA REGENCIA DE Espartero (1840-1843) se pueden destacar los siguientes acontecimientos. El gobierno progresista aprobó nuevas medidas de liberalización del mercado y de la economía como el arancel librecambista de 1842 que permitía la libre entrada de los tejidos de algodón ingleses en España. La industria catalana del textil se sintió amenazada por ese arancel y se produjo un levantamiento en Barcelona apoyado por burguésía y clases obreras: la reacción del general Espartero fue la de bombardear la ciudad para acabar con la revuelta y proclamar el estado de guerra hasta su sumisión. Un nuevo levantamiento en Madrid en el que hubo progresistas y moderados (1843) forzó el cese y el exilio de Espartero y el pronunciamiento posterior de los generales moderados, Narváez y O’Donnell, les permitíó llegar al gobierno a finales de año. Las Cortes decidieron entonces adelantar la mayoría de edad de Isabel II y la proclamaron reina a los trece años.