4.1 Carlos II murió sin descendientes y dejó el trono a Felipe de Anjou; provocando una guerra internacional: el archiduque Carlos de Habsburgo, junto a la Gran alianza antiborbónica; con Felipe de Borbón apoyado por Francia y España. Y en España en una Guerra Civil, Castilla apoyó a Felipe de Anjou y Aragón al archiduque. El desarrollo de la Guerra de Sucesión (1701-1714) se alteró cuando el archiduque Carlos heredó el Imperio (1711), precipitando el fin. Los Tratados de Utrecht (1713) y Rastadt (1714), supusieron acuerdos de carácter: //- Político. Felipe V era reconocido rey de España, prohibiendo la uníón de Francia y España. Pone fin a la hegemonía francesa, pasando a un equilibrio entre: Francia, Austria e Inglaterra. //- Económico. Fin del monopolio americano y del asiento de negros, instaurando el navío de permiso. // -Territorial. Inglaterra se quedó con Gibraltar y Menorca, Austria con Flandes y territorios italianos. // Recuperar estos territorios fue el objetivo de la política exterior. Felipe V, tras el fracaso en Cerdeña y Sicilia firma el Primer Pacto de Familia (1733-Guerra de Sucesión de Polonia), recuperando Sicilia y Nápoles para Carlos. Con el Segundo Pacto de Familia (1743-Guerra de Sucesión de Austria) obtiene Parma, para Felipe. Carlos III firmó el Tercer Pacto de Familia (1761), participando en la Guerra de los Siete Años (1756-1763) y en la Guerra de la Independencia de Estados Unidos (1775-1783) recuperando Florida y Menorca.
4.2 La reorganización del Estado fue obra de los tres primeros borbones (Felipe V, Fernando VI y Carlos III), establecen una monarquía absoluta fuerte, centralista y unificada, siguiendo el modelo francés. Impulsan: //
·Reforma del Gobierno y Administración. Los Consejos son relegados (excepto el de Castilla) por los secretarios de Despacho. Los Decretos de Nueva Planta: suprimieron los fueros e instituciones de Aragón, respetándose los navarros y vascos; las Cortes serán únicas (Generales del Reino), manteniéndose las navarras; y los capitanes generales sustituyen a los virreyes. Ponen intendentes en las provincias, crearon la Guardia Real y el regimiento por los tercios. Reformas administrativas en América. El Consejo de Indias y la Casa de Contratación perdieron funciones a favor de las Secretarías. Se crean dos nuevos virreinatos: Nueva
Granada y Río de la Plata; y cuatro Capitánías Generales: Cuba, Guatemala, Venezuela y Chile. Impulsan una reforma militar, creando un ejército americano con cuatro guarniciones militares. Intervención del Estado en economía. Reformaron el sistema fiscal: impuesto único en los reinos orientales, y contribución única en Castilla (Catastro Ensenada). El Estado creó manufacturas reales.
4.3 La economía estaba limitada por la falta de competencia, la propiedad de la tierra y una oposición al cambio. // La industria se incentivó por: el aumento población, demanda de productos y aumento de rentas de nobles y eclesiásticos, y nueva política comercial con América. El principal obstáculo era el sistema gremial. Los reyes la potenciaron con: el proteccionismo, manufacturas reales y el fomento de la construcción naval. Al comercio llegaron las ideas ilustradas (Sociedades Económicas de Amigos del País). // El comercio interior inició una política proteccionista, y se creó el Banco de San Carlos. La política comercial con América se reforzó; se adoptaron medidas: nuevas compañías comerciales (Compañía Guipuzcoana de Caracas), introducción de navíos de registro y se promulgó el Reglamento de Libre Comercio (1788). // Destaca el despegue económico de Cataluña. Duplicó su población; el campesino se orientó al mercado, se desarrolló una burguésía agraria innovadora (comercio de vinos), aumentaron los intercambios peninsulares y con el exterior; su industria se vio
favorecida por el proteccionismo. El crecimiento generó excedentes de capital, invirtiendo en modernizar el sector textil, sentando las bases de la revolución industrial del s. XIX.
9.3 Durante el reinado de Alfonso XIII (1902-31), concretamente desde 1917, el régimen de la Restauración entró en crisis. En los años siguientes era difícil formar mayorías en el Parlamento, ocasionando crisis de gobierno.
Aumentó la conflictividad social (huelgas, violencia patronal y reacción armada de los anarcosindicalistas). A ello se uníó en 1921 el desastre de Annual. Durante la primavera de 1923 se estaba conspirando contra el Gobierno, desde dos movimientos distintos. Uno vinculado a la desaparición de las Juntas de Defensa de Barcelona; y otro desde Madrid, que buscaba instaurar un gobierno fuerte, manteniendo la Constitución y la monarquía. El capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, contactó con los segundos, cuando en Junio pidió en Madrid plenos poderes para luchar contra el terrorismo en Barcelona, al negárselo se convirtió en enlace de ambos y jefe de la sublevación. El 13 de Septiembre de 1923 Primo de Rivera dio un Golpe de Estado, que fue reconocido por Alfonso XIII mandándole formar gobierno sin contar con el Parlamento. El nuevo régimen recibíó el apoyo de la burguésía, del Partido Socialista y la UGT. Primo de Rivera, afirmaba no pretender establecer un régimen definitivo. De Septiembre 1923 a Diciembre 1925, se desarrolla la etapa del Directorio Militar. Se proclamó el Estado de guerra (casi dos años), Primo de Rivera disolvíó las Cortes, suspendíó la Constitución, sustituyó los gobernadores civiles por militares, publicó el Decreto de Incompatibilidades, paró el expediente Picasso, creó el Somatén Nacional, disolvíó la Mancomunidad de Cataluña, persiguió el radicalismo vasco (PNV) y a los anarquistas que quedaron en la clandestinidad y su organización desarticulada. La dictadura se institucionalizó con la promulgación del Estatuto Municipal (1924), nombramiento de delegados gubernativos en los ayuntamientos (militares), y creación de la Uníón Patriótica (UP-1924)
partido político propio. Su mayor éxito vino de Marruecos. Tras una etapa de abandono, los ataques rifeños a las posiciones españolas (1924) y las conversaciones con Franco y Sanjurjo, le animaron a acabar con el conflicto. Se preparó un potente ejército, que unido al francés, desembarcó en la bahía de Alhucemas (Septiembre 1925), y tras semanas de batallas, Abd-el-Krim se entregó. El éxito conseguido le reconcilió con el Ejército, con los ciudadanos cansados de guerra, con los empresarios inversores en Marruecos y con Hacienda que podía reducir el déficit.
En Diciembre de 1925 se constituyó el Directorio Civil. Tras los éxitos económicos y políticos, Primo de Rivera intentó consolidar el régimen a imitación del fascismo italiano. Convocó una Asamblea Nacional Consultiva (copia del Gran Consejo Fascista italiano) formada por miembros de UP, que llegaría a presentar un anteproyecto de Constitución e 1929 que no llegó a promulgarse. En política social, se puso en marcha la Organización Corporativa del Trabajo, especie de sindicato oficial, y se creó el Consejo Nacional del Trabajo. En esta etapa de bonanza económica, siguió en suspenso la Constitución y legislando por decreto. Colaboraron representantes de la oligarquía tradicional (conde de Guadalhorce), nuevos políticos civiles (J. Calvo Sotelo), junto a militares (Martínez Anido). Se acometíó la ejecución de obras públicas (carreteras, ferrocarriles…) una reforma fiscal que introducía la declaración sobre la renta, y creación de monopolios estatales. La dictadura no soluciónó la cuestión catalana, ni frenó a un movimiento obrero que se fortalecía. Desde 1928 el PSOE empezó a pensar en una solución republicana, y lo mismo propónían CNT y PCE. También contribuyeron a la caída de la dictadura, los intelectuales y el ejército peninsular. Los primeros, se vieron atacados por la destitución de Unamuno como rector de la Universidad de Salamanca y por la clausura del Ateneo, desembocando en revueltas universitarias y en el cierre de la Universidad. El ejército peninsular descontento por el favoritismo hacia los militares africanistas. A ello se unía la FAI (1927) y la crisis de 1929. Cada vez más aislado políticamente, el 28 Enero 1930 Primo de Rivera presenta la dimisión al Rey. En el final del reinado de Alfonso XIII (1930-1931), el rey decidíó restablecer el viejo sistema parlamentario, pero los dos gobiernos que se sucedieron ni restablecieron la Constitución de 1876 ni convocaron elecciones generales. El rey encargó formar gobierno al general Dámaso Berenguer; pero la complicidad del Rey con la dictadura, alentó el crecimiento republicano, y las fuerzas políticas republicanas firmaron el Pacto de San Sebastián, con un comité revolucionario al que se unieron PSOE y UGT. Éstas fueron apoyadas por intelectuales y respaldadas por acciones del ejército (sublevación de Jaca-Diciembre 1930). Tras la dimisión de D. Berenguer, el nuevo gobierno del almirante Aznar convocó elecciones municipales el 12 de Abril. Acudieron en coalición los firmantes del Pacto de San Sebastián, con un resultado favorable que desencadenó la abdicación del rey y la proclamación de la II República.
9.1 En 1902 Alfonso XIII es proclamado rey. Rasgo de su reinado fue su protagonismo político, unido a la desaparición de Cánovas y Sagasta, la inestabilidad política y el protagonismo militar. La primera etapa de su reinado estuvo marcada por el regeneracionismo, corriente ideológica que denunció el sistema político de la Restauración, y realizó propuestas para la modernización política, social y económica del país. Con destacados representantes como Joaquín Costa, censura el sistema político y falseamiento de la democracia, Ganivet y Unamuno. Hubo un regeneracionismo desde dentro del sistema de la Restauración o revisionismo (Maura, Canalejas), y otro opuesto al sistema (socialistas, anarquistas, republicanos, carlistas y nacionalistas). Los intentos de regeneración del sistema y su fracaso se produjeron de 1902-1914. Hay intentos de modernización promovidos por los partidos dinásticos del turno, Conservador y Liberal. Y del regeneracionismo partíó el revisionismo político, para dar un nuevo impulso a la política de la Restauración. Silvela líderó el Partido Conservador tras el asesinato de Cánovas. En sus cortos gobiernos inició una política reformista, para ello creó los ministerios de Instrucción Pública y de Agricultura. Maura le sucedíó en 1903 y protagonizó el revisionismo conservador; presidente en el Gobierno corto (1903-1904) y en el Gobierno largo (1907-1909). La intención de Maura era realizar una “revolución desde arriba”, reformando lo estrictamente necesario y así mantener las bases fundamentales del sistema. Su programa se basó: conservadurismo católico de masas, conectar la monarquía con la realidad social, incorporar otras fuerzas políticas al sistema, y una política exterior nacionalista y de expansión en Marruecos para olvidar el 98. Proyectó la Ley de Bases de la Administración Local, para formar mancomunidades; fundó el INP, aprobó la Ley de Huelga y Reforma Electoral. En Julio de 1909 estalló en Barcelona la Semana Trágica, en ella confluyeron varios problemas: el catalanismo político , los republicanos y el movimiento obrero. Los sucesos se iniciaron cuando el Gobierno de Maura reclutó reservistas con destino a Marruecos. Las organizaciones obreras convocaron una huelga general de protesta en Barcelona, que degeneró en un motín que duró una semana. La dura represión con ejecuciones (Ferrer i Guardia) acarreó críticas internacionales y una campaña de desprestigio (republicanos, socialistas y liberales) provocando la dimisión de Maura.
El revisionismo liberal lo protagonizó José Canalejas (1910-1912), en su programa admitía la intervención del Estado en la economía y la sociedad, separación Iglesia-Estado (Ley del Candado 1910), incrementó la protección legal a los trabajadores, aprobó la Ley de Reclutamiento (1912) que establecía el servicio militar obligatorio en época de guerras, sin exenciones; y democratización del régimen. En 1912 fue asesinado por un anarquista. La crisis del sistema de la Restauración vino con la muerte de Canalejas. Los dos partidos sufrían una fuerte crisis de liderazgo y de relación entre ellos, al tiempo crecía la oposición de republicanos, socialistas y nacionalistas. Comenzaba así un enfrentamiento real entre los dos partidos, y la alternancia a partir de ahora se producía por mandato real. Al margen de los partidos dinásticos, las fuerzas políticas de oposición se fueron reforzando, estas eran: -El republicanismo principal fuerza de oposición pero fragmentada en diversos grupos, defendían el progreso y la justicia social. En el reinado de Alfonso XIII surgen dos nuevos partidos: Partido Radical fundado (1908) por Lerroux, anticatalanista, anticlerical y revolucionario; y el Partido Reformista (1912) fundado por Melquiades Álvarez, más moderado que llegaba a admitir la monarquía democrática y social. -Los nacionalismos. El más implantado era el catalán, y el partido más arraigado la Lliga Regionalista, conservadora y que gobernó de 1914 a 1923. En 1906 nace Solidaritat Catalana, agrupación interclasista para defender los derechos de Cataluña. En 1917 nace Partit Republicá Catalá, y 1922 Acció Catalá y Estat Catalá dirigida por Maciá. El republicanismo sería derrotado por la Lliga hasta su uníón en un solo partido en 1931, Esquerra Republicana de Catalunya. El nacionalismo vasco seguía teniendo su principal expresión en el PNV, apoyado en la burguésía bilbaína, ultraconservadora y recelosa del progreso e industrialización. Creó su propio sindicato Solidaridad de Obreros Vascos. También crecíó el nacionalismo gallego (Solidaridad Gallega), junto al regionalismo valenciano y andaluz. -Los socialistas. En su rama política (PSOE) y sindical (UGT) continuaban su lento crecimiento. Sin renunciar a la revolución social, cada vez participaban más en la vida parlamentaria, así en 1910 Pablo Iglesias se convirtió en el primer socialista en acceder a las Cortes. – Los anarcosindicalistas. En 1910 nace la CNT que llegó a ser el sindicato mayor de España, con gran crecimiento tras la Primera Guerra Mundial. Se definía como revolucionaria y defendía la huelga y el boicot hasta proceder a la huelga general revolucionaria.
9.2 La primera etapa del reinado de Alfonso XIII estuvo marcada por el regeneracionismo. La muerte de Canalejas (1912) truncaría el espíritu regeneracionista abriendo un periodo de inestabilidad hasta la dictadura de 1923. La ruptura del turno pacífico, junto a la descomposición del caciquismo, presentaba otras opciones políticas como alternativas. Las repercusiones de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) constituyeron un punto de inflexión en el régimen de la Restauración. Cuando estalló el conflicto el gobierno de Eduardo Dato declaró la neutralidad. La opinión pública se dividíó entre aliadófilos y Germánófilos. La neutralidad le supuso a España un crecimiento espectacular de la demanda exterior de sus productos, pero el aumento de las exportaciones provocó un proceso inflacionista e incluso la escasez de algunos productos básicos en el interior. Además los beneficios de las empresas no repercutieron en aumentos salariales equivalentes, sino que el enriquecimiento empresarial vino acompañado del empobrecimiento general de los trabajadores, y la subida de precios de productos de primera necesidad les hizo perder poder adquisitivo. Ante esta situación, comenzaron las protestas populares: motines, disturbios, y huelgas organizadas por UGT y CNT. La crisis de 1917 fue el reflejo de un descontento extendido por parte de la sociedad, desde oficiales del ejército hasta la clase obrera, pasando por los representantes políticos excluidos del sistema. Es decir, fueron en realidad tres revoluciones entre los meses de Junio y Agosto, aunque no conectaron entre sí. – La protesta militar. Desde 1916 el Ejército había organizado Juntas de Defensa (especie de sindicato militar ilegal). Sus objetivos: oponerse a los ascensos por méritos de guerra; solicitar subidas de sueldos (diferencias con los de Marruecos) y exigir mayor respeto al Ejército. El Gobierno admitíó sus peticiones, promulgándose la Ley del Ejército (1918), así el Ejército volvía a ser el pilar de la monarquía y del Gobierno frente al problema social. – La oposición política. Desde Febrero las Cortes estaban cerradas por miedo al planteamiento de problemas. Cambó jefe de la Lliga y de la burguésía política catalana, intervino y ante la formación de Juntas de Defensa, pidió reabrir las Cortes. Ante la negativa del gobierno, el 5 de Julio convocó a parlamentarios catalanes a una asamblea, en ella se solicitó al gobierno la convocatoria de Cortes Constituyentes y que reconociera la autonomía de Cataluña. Al tiempo se convocó a todos los parlamentarios españoles a una nueva reuníón el 19 de Julio, esta convocatoria conocida como Asamblea de Parlamentarios ratificaron los acuerdos anteriores, firmaron los catalanistas, republicanos y socialistas.
El gobierno declaró inconstitucional la asamblea y el movimiento fue disuelto. – El movimiento obrero (UGT, CNT), organizó una huelga general indefinida (13-Agosto-1917) contra el régimen y el deterioro del nivel de vida de los trabajadores, pretendían acabar en una revolución y el fin del régimen. Tuvo gran seguimiento en Madrid, Barcelona, Asturias, Vizcaya y Zaragoza, en Andalucía solo los trabajadores urbanos. El gobierno detuvo al comité de huelga y sacó las tropas a las calles. A final de Agosto la huelga estaba acabada, con un saldo de setenta muertos y dos mil detenidos. A partir de la crisis de 1917 y hasta 1923 el régimen de la Restauración agonizaba. La inestabilidad política llevó a gobiernos de concentración que fueron cada vez más inestables e incapaces. La conflictividad social desatada tras la Primera Guerra Mundial provocó un fuerte crecimiento del sindicalismo y de sus acciones (huelga de la Canadiense), que junto al triunfo en 1917 de la Revolución bolchevique en Rusia insufló ánimo a las organizaciones obreras; en este contexto el gobierno concedíó la jornada laboral de ocho horas en la industria y creó el Ministerio de Trabajo. En Andalucía la agitación social se había mantenido a muy bajos niveles desde 1917, en cuya huelga general apenas participó el campo. Sin embargo entre 1918 y 1920, se vivíó el denominado “trienio bolchevique”, una fase de actividad revolucionaria, provocada por la situación de miseria de los jornaleros agrícolas, la carestía de la vida y la influencia de la Revolución rusa. Dirigidos por UGT y CNT hubo huelgas, ocupación de campos, reparto de tierras y toma de ayuntamientos. Con la declaración del estado de guerra y una fuerte represión se finalizó la revuelta social en 1920. Otro problema, fue la cuestión de Marruecos. La Conferencia Internacional de Algeciras (1906), repartíó la tutela de Marruecos entre Francia y España. Hasta 1909 la expansión fue pacífica, la derrota en el barranco del Lobo llevó a Maura a reclutar reservistas, decisión que desembocó en la Semana Trágica de Barcelona, y que acarrearía su dimisión. Tras el parón por la Primera Guerra Mundial, el gobierno decidíó completar la ocupación efectiva del territorio ante la presión francesa. De Julio-Agosto de 1921 tuvo lugar el desastre de Annual, los españoles dirigidos por el general Silvestre fueron derrotados por las tropas de Abd-el-Krim. El desastre de Annual acarreó una serie de consecuencias: políticas, búsqueda de culpables (Expediente Picasso), salpicando incluso al rey y por tanto al sistema; sociales, la impopularidad de la guerra, favorecíó el odio del pueblo contra el sistema; militares, el descrédito de las Juntas de Defensa que desaparecieron en 1922. Días antes de que el informe elaborado por la comisión de responsabilidades llegase a las Cortes Primo de Rivera dio un Golpe de Estado por el que se impónía una dictadura militar como solución a los problemas del régimen.