Desastre de Anual. Derrota sufrida por España en el protectorado de Marruecos frente a las tribus rifeñas rebeldes, que supuso entre 7.000 y 11.000 bajas para los españoles. El Golpe de Estado de Primo de Rivera logró frenar la investigación que responsabilizaba al rey Alfonso XIII como parte responsable del desastre.
Desembarco de Alhucemas. Dirigida por Miguel Primo de Rivera en 1925, fue la primera operación militar combinada (tierra, mar y aire) de la historia, antecedente del “Desembarco de Normandía”, y supuso una contundente victoria española sobre las fuerzas marroquíes, asegurando la posesión del protectorado.
Latifundismo. Sistema de explotación agraria basado en la distribución de la propiedad de la tierra en latifundios o terrenos de gran extensión pertenecientes a un solo propietario. Durante el “Bienio de Izquierdas”, se trató de poner en marcha una reforma agraria que procediera al reparto de la tierra entre campesinos, previa expropiación e indemnización a los latifundistas que cumplieran los requisitos establecidos por la nueva ley creada para dicha reforma.
Frente Popular. Partido integrado por grupos políticos de izquierdas, entre los que se encuentran socialistas (PSOE), comunistas (PCE) y fuerzas nacionalistas. Contaba con el apoyo externo de la CNT. Su programa electoral se basaba en la amnistía y el restablecimiento de las reformas que se habían puesto en marcha entre 1931 y 1933.
Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). Coalición de partidos políticos católicos y de derechas que existíó en España durante la etapa de la Segunda República. Liderada por José María Gil Robles.
Falange Española. Organización política de inspiración fascista fundada en 1933 por José Antonio Primo de Rivera, defensora del sistema socioeconómico denominado nacionalsindicalismo y del catolicismo.
Sublevados. Militares y organizaciones políticas españolas que se alzaron en Golpe de Estado contra la Segunda República y la combatieron en la consiguiente guerra civil.
Les caracterizaba la defensa de la unidad de España (conocidos también como “nacionales”), los valores tradicionales y el catolicismo.
Republicanos. Seguidores del sistema político de la Segunda República española (1931-1939)
Pacto de No Intervención. Pacto auspiciado por Francia y Reino Unido con el que se buscaba evitar la intervención extranjera en la Guerra Civil Española y la internacionalización del conflicto en un momento de máxima tensión entre democracias y dictaduras en Europa. Los compromisos adquiridos no fueron respetados ni por la Alemania nazi ni por la Italia fascista ni por el Portugal salazarista que apoyaron desde el inicio de la contienda al bando sublevado (Franco), ni por la Uníón Soviética que ayudó a la República Española a partir de Octubre de 1936.
Miliciano. Perteneciente a las fuerzas civiles voluntarias, organizadas por sindicatos o partidos, que participaron en la Guerra Civil al lado de la República.
1. EL DESASTRE DEL 98
1.1. La regencia de María Cristina
En 1885, murió el rey Alfonso XII. Varios meses después nacíó su hijo Alfonso (futuro Alfonso XIII), por lo que su madre, la reina María Cristina, ejercíó la regencia hasta su mayoría de edad. Los partidos conservador y liberal se comprometieron a mantener el turno de partidos para garantizar la estabilidad de España. Así, hasta finales del Siglo XIX, Cánovas y Sagasta se sucedieron en gobiernos conservadores y liberales.
1.2. La crisis del 98
El movimiento independentista cubano resurgíó en numerosas ocasiones. En 1895, José Martí inició una insurrección en la isla. A pesar de las tropas enviadas desde la península, el ejército español vio diezmadas sus filas por los continuos ataques insurrectos y las epidemias. En 1896, estalló también el movimiento independentista en Filipinas.
La explosión del acorazado estadounidense Maine en 1898 en La Habana sirvió de pretexto a Estados Unidos para declarar la guerra a España. El 1 de Mayo la flota estadounidense destruyó la escuadra española en Cavite (Filipinas) y el 3 de Julio acabó con el resto de la armada en la Batalla de Santiago de Cuba.
Tras la guerra se firmó el Tratado de París por el que España renunció a Cuba, declarada independiente, pero bajo administración de EEUU, mientras que Filipinas y Puerto Rico se convirtieron en colonias estadounidenses. Era el final del Imperio español en América y Asía.
Este hecho, conocido como el desastre del 98, provocó una fuerte crisis en la opinión pública. Una de sus consecuencias fue el Regeneracionismo, un movimiento intelectual cuya máxima figura fue Joaquín Costa, que propone reformas para superar el atraso de España.
2. EL REINADO DE Alfonso XIII: LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN (1902-1931)
El reinado de Alfonso XIII a partir de su mayoría de edad (1902-1931) puede dividirse en dos grandes etapas: el período constitucional y la dictadura del general Primo de Rivera.
2.1. El período constitucional (1902-1923)
La revisión del sistema de la Restauración
Durante los primeros años del Siglo XX se respetó el sistema de Cánovas que se basaba en la alternancia de dos partidos en el poder, pero se procuró hacerlo más eficaz. Los problemas esenciales de este período, que se conoce como Revisionismo, fueron:
La cuestión religiosa. Fue el detonante de algunas de las crisis del reinado, ya que los sectores de izquierda consideraban que el peso de la Iglesia en la sociedad y la política era excesivo.
El nacionalismo. En Galicia, Cataluña y el País Vasco, zonas con una lengua propia diferente de la castellana, se sentía la necesidad de disponer de órganos de gobierno autónomos, que les permitiera conservar su personalidad
El problema social. La industrialización provocó problemas diversos, tales como horarios extenuantes y salarios. Para agravar la situación, los acontecimientos del 98 provocaron una crisis prolongada en la industria textil y en el campo andaluz; en consecuencia, las dificultades de obreros y campesinos se incrementaron. Sus protestas fueron canalizadas por los movimientos anarquista y socialista.
El conflicto marroquí. La interminable guerra de Marruecos, en la que España intervino porque se consideraba que era una compensación por las pérdidas territoriales del 98, se convirtió en una sangría para el país en cuanto a hombres y dinero.
La crisis del turnismo
La Constitución de 1876 siguió vigente y se mantuvo el turnismo. En el Partido Conservador destacó Antonio Maura, y en el Partido Liberal, José Canalejas. Maura quiso acabar con el caciquismo, aunque no lo consiguió y se centró en recuperar el potencial económico y militar perdido en 1898, así inició una reforma de la administración y una reforma militar (“revolución desde arriba”).
Canalejas aplicó reformas sociales, pero su medida más polémica fue la “ley del candado”, por la que se limitaba el establecimiento de nuevas órdenes religiosas en España, ante el rechazo de los partidos conservadores. También introdujo las primeras leyes de protección social a los trabajadores y permitíó la creación de la “Mancomunidad de Cataluña” (primer paso para la descentralización del Estado). Canalejas fue asesinado en Noviembre de 1912 ante el escaparate de una librería en la Puerta del Sol de Madrid, por lo que la mayoría de sus reformas no llegaron a entrar en vigor.
Los partidos Liberal y Conservador cada vez eran menos representativos. Las burguésías catalana y vasca empezaron a apoyar a los partidos nacionalistas (Lliga Regionalista y Partido Nacionalista Vasco); una parte de las clases medias y el proletariado votaban a los republicanos y al PSOE, y los sindicatos (UGT y CNT) adquirieron gran fuerza. A partir de 1909 hubo varias crisis:
La Semana Trágica. En 1909 se produjo una insurrección popular en Barcelona. El detonante fue el envío a la guerra de Marruecos de tropas compuestas por clases populares, ya que las clases pudientes pagaban para eludir el servicio militar.
La crisis de 1917. Ese año coincidieron el descontento de militares por la discriminación en sus ascensos; la protesta política, con la convocatoria de una Asamblea de Parlamentarios en Barcelona, que reclamaba la autonomía para Cataluña; y el movimiento sindical, que convoco una huelga general.
La radicalización del movimiento obrero. Entre 1919 y 1923, por influencia de la Revolución Rusa, las protestas obreras se intensificaron. La gente trabajadora promovíó una serie de huelgas reivindicando mejoras salariales y laborales, mientras que en Andalucía, los campesinos reclamaban el reparto de los latifundios (Trienio bolchevique).
Los empresarios respondieron con el cierre de negocios y la contratación de pistoleros, y el gobierno, con una dura represión policial. Se desató una guerra social en la que el propio presidente del gobierno, Eduardo Dato, murió asesinado por un anarquista (1921).
Ante la crisis, los partidos políticos burgueses, incluso la Lliga, colaboraron en gobiernos de concentración, pero la inestabilidad persistíó.
2.3. La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
El desastre de Annual y el Golpe de Estado
En medio de la crisis se produjo la derrota de Annual (1921) en la guerra de Marruecos, en la que murieron más de 10000 españoles. La guerra no contaba con el respaldo popular, que rechazaba la movilización de soldados veteranos, y el interés de la Corona y ciertas empresas por mantenerse en Marruecos.
Tras las derrotas, se abríó una investigación para depurar responsabilidades. Sus resultados formaron el Expediente Picasso, en el que algunos militares e incluso el Rey parecían implicados en escándalos de corrupción económica. Antes de confirmarse estas acusaciones, el general Miguel Primo de Rivera dio un Golpe de Estado con la aprobación del Rey, el apoyo de la patronal y de algunos políticos conservadores. Se implantó una dictadura militar en la que Primo de Rivera suspendíó la Constitución, disolvíó las Cortes y prohibíó los partidos políticos y los sindicatos.
Carácterísticas del período
El régimen de Primo de Rivera suspendíó la Constitución y disolvíó las Cortes. Se prohibieron los partidos políticos y algunos sindicatos, como la CNT. El recorte de libertades alcanzó también a la prensa, la educación y los intelectuales contrarios a la dictadura. Además, se suprimíó la Mancomunidad de Cataluña y se persiguió al nacionalismo catalán y vasco, prohibiendo el uso público de sus lenguas.
Se creó un partido único, la Uníón Patriótica, y un órgano legislativo, la Asamblea Nacional Consultiva, que no era elegida de forma democrática.
Aprovechando la buena situación internacional, hubo un cierto crecimiento económico. Se llevaron a cabo numerosas obras públicas (en especial carretera) y se pusieron en marcha monopolios como Telefónica y Campsa (refinado de petróleo).
En 1925, el desembarco militar de Alhucemas acabo con el conflicto de Marruecos y establecíó el control efectivo sobre el Protectorado.
La crisis de la dictadura (1930-1931)
Las repercusiones de la crisis económica de 1929 empezaron a notarse en España, y el clima de oposición a la dictadura aumentó considerablemente. Falto de apoyos, tras perder la confianza de Alfonso XIII, Primo de Rivera dimitíó en Enero de 1930.
El rey nombró como Jefe de Gobierno al general Berenguer, que debía propiciar el retorno paulatino a la legalidad constitucional. Gran parte de la oposición filmó en Agosto de 1930 el Pacto de San Sebastián, reivindicando unas elecciones democráticas y la instauración de una república.
Poco tiempo después, Berenguer fue sustituido por otro militar, el almirante Aznar, quién convocó elecciones municipales para el 12 de Abril de 1931.
3. LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1939)
3.1. La proclamación de la II República
El gobierno monárquico convocó elecciones municipales para el 12 de Abril de 1931; estas elecciones se presentaron como un enfrentamiento entre Monarquía y República.
Los partidos monárquicos estaban divididos, pero los grupos de la oposición (republicanos socialistas y nacionalistas de izquierda) fueron a las elecciones unidos (coalición republicano–
Socialista).
La coalición republicano-socialista triunfó en las grandes capitales y en las regiones industriales. Significaba el rechazo a la monarquía. Ante tal situación, Alfonso XIII se exilió, y el 14 de Abril de 1931 se proclamó la República.
3.2. El Gobierno provisional y la Constitución de 1931
El nuevo Gobierno estaba integrado por los partidos que habían firmado el Pacto de San Sebastián (republicanos de izquierda, centro y derecha, socialistas y nacionalistas de izquierdas) y lo presidía Niceto Alcalá Zamora. Entre las primeras reformas realizadas por este Gobierno, destaca la libertad de partidos y sindicatos, y leyes sociales para mejorar la situación de los trabajadores (jornada laboral de 8 horas).
En los primeros meses, la República vivíó graves conflictos como la quema de conventos (por la actitud hostil hacia el nuevo régimen de algunos sectores eclesiásticos) o las huelgas convocadas por la CGT, que llamaban a una revolución social.
El Gobierno provisional convocó elecciones a Cortes Constituyentes, en la que ganaron los partidos republicanos. Las Cortes elaboraron la CONSTITUCIÓN DE 1931, que implantó un régimen plenamente democrático. Sus principales novedades eran las siguientes:
El reconocimiento de libertades individuales (expresión, reuníón, asociación), el sufragio universal masculino y femenino.
La declaración de España como Estado aconfesional, sin religión oficial. Se reconocía la libertad de conciencia y el derecho a recibir una educación laica. También se aprobó el matrimonio civil y el divorcio.
La posibilidad de constituir gobiernos autónomos en algunas regiones
La importancia del bienestar social. Se permitía la expropiación de bienes de utilidad pública
Aprobada la Constitución, Niceto Alcalá Zamora fue elegido Presidente de la República, y Manuel Azaña, Presidente del Gobierno. Sin embargo, esta Constitución no logró el consenso de toda la población, por lo que hubo incidentes callejeros y comenzaron las conspiraciones contra la República. Los republicanos más conservadores abandonaron el Gobierno por el tratamiento que se le había dado a la religión.
3.3. El Bienio Reformista (1931-1933)
LAS REFORMAS REPUBLICANAS. Entre 1931 y 1933, el Gobierno de la República intentó modernizar el país y reformarlo en un sentido democrático, llevando a cabo las siguientes reformas:
La reforma religiosa y educativa
Se intentó disminuir el poder de la Iglesia Católica. Se abolíó el presupuesto de culto y clero, se introdujo el matrimonio civil y se aprobó el divorcio. Además se prohibíó que las órdenes religiosas se dedicarán a la enseñanza. El gobierno promovíó la educación no religiosa (laica) y la escuela pública. Para ello, destínó grandes inversiones a la construcción de escuelas (10.000) y contrató a más profesores (aumenta un 50% el presupuesto).
La reforma territorial
Dio la autonomía a Cataluña, con la aprobación del Estatuto catalán en 1932 y la creación de la Generalitat; y se inició la redacción del Estatuto del País Vasco. En Galicia, la Guerra Civil freno el proceso autonómico, al igual que en Andalucía.
La reforma militar
En el ejército había un exceso de mandos con relación a la tropa. La Ley de retiro de la oficialidad facilitó la jubilación de casi la mitad de los oficiales. Además se exigíó a los mandos del Ejército jurar lealtad a la República y se ofrecíó la posibilidad de pasar a la reserva a quienes no lo hicieran.
La reforma agraria
Especialmente en Andalucía y Extremadura, pero también en otras partes de España, existían cientos de miles de jornaleros sin tierra, en situación mísera. Por otro lado, unas pocas familias concentraban grandes propiedades (latifundios). La Ley de Reforma Agraria de 1932 autorizaba la expropiación con indemnización de los latifundios sin cultivar, que serían repartidos entre la población campesina sin tierra en arriendo. Pero el Instituto de Reforma Agraria (IRA) no contó con dinero suficiente para aplicarla. La reforma decepciónó a muchas personas y la conflictividad social resurgíó con fuerza en el campo.
LA OPOSICIÓN A LAS REFORMAS. Reformismo republicano tuvo que hacer frente a dos bloques de oposición:
El enfrentamiento con los afectados por las reformas, como los grandes propietarios agrarios, la jerarquía de la Iglesia Católica, una parte del ejército y amplios sectores de las clases altas y medias-altas, que sentían amenazados sus privilegios. En 1932, aprovechando el descontento, el general Sanjurjo dio un Golpe de Estado que fue frenado por el Gobierno.
La crítica de los sectores de izquierda, debida a la lentitud de algunas reformas, especialmente la reforma agraria, irritó a una parte de los jornaleros y obreros. La UGT se radicalizó y ciertos núcleos anarquistas, sobre todo vinculados a la FAI (Federación Anarquista Ibérica), apostaron directamente por la insurrección armada. Así, protagonizaron algunos levantamientos como los del Alto Llobregat (1932) y Casas Viejas (1933) que fueron duramente reprimidos por las fuerzas del orden público.
3.5. El gobierno del Frente Popular (1936)
Los grupos políticos de izquierda se presentaron a las elecciones de 1936 unidos en el Frente Popular, integrado por socialistas, comunistas, republicanos de izquierda y algunas fuerzas nacionalistas. En la derecha habían ido ganando peso los líderes extremistas: José Calvo Sotelo (Renovación Española, partido monárquico antirrepublicano) y José Antonio Primo de Rivera (Falange Española, partido de orientación fascista).
El Frente Popular ganó las elecciones y reemprendíó la política de reformas, pero con mayor iniciativa y resolución política, liberando también a las personas encarceladas por la Revolución de Octubre de 1934. Asimismo, a los militares sospechosos de preparar un Golpe de Estado (Franco, Mola y Goded) se les dio destino lejos de Madrid. En Mayo de 1936, Azaña sustituyó a Alcalá Zamora como Presidente de la República.
El triunfo del Frente Popular fue mal recibido por los sectores más conservadores de la sociedad, que se opónían al proceso democratizador y reformista iniciado por las fuerzas republicanas en 1931. Al mismo tiempo, algunos sindicatos y grupos de izquierda defendieron la conveniencia de impulsar un proceso de revolución social.
En este contexto, los militares opuestos a la República (Emilio Mola, desde Navarra, Francisco Franco, desde Canarias, y José Sanjurjo, desde Portugal) establecieron contactos con grupos de extrema derecha (algunos monárquicos, tradicionalistas, falangistas) para organizar un Golpe de Estado.
Las tensiones políticas desencadenaron un clima de enfrentamiento entre milicias de izquierdas y derechas. El 12 de Julio de 1936 varios pistoleros de la derecha asesinaron en plena calle al teniente Castillo, conocido militar de izquierdas. Un día después, los compañeros del teniente Castillo asesinaron a José Calvo Sotelo, líder de la derecha.
Este acontecimiento precipitó la sublevación de las tropas españolas del norte de África el 17 de Julio de 1936 (Melilla, Ceuta y Tetuán), y los días 18 y 19 se extendíó a Canarias, Baleares y toda la Península. Sin embargo, la insurrección fracasó, sobre todo en las grandes ciudades y zonas industriales, gracias a la resistencia popular y de algunos cuerpos policiales, y a que un sector del ejército se mantuvo fiel a la República. Así, España quedaría dividida en dos zonas enfrentadas en una Guerra Civil más duradera de lo que en un principio se pensó.
4. LA Guerra Civil ESPAÑOLA (1936-1939)
4.1. Definición
La Guerra Civil fue un conflicto bélico que se desarrolló entre 1936 y 1939, en el que se enfrentó la población española. Se inició el 17 de Julio de 1936, cuando un sector del Ejército, conservador y antirrepublicano, se sublevó en Marruecos contra el gobierno de la República y dio un Golpe de Estado. El resultado final de la contienda fue la sustitución de la República, como forma de gobierno, por una dictadura encabezada por el general Francisco Franco.
4.2. Significación del conflicto
En esta guerra se concentraron muchos de los problemas que la sociedad española contemporánea venía arrastrando desde el inicio de las revoluciones liberales del Siglo XIX: el enfrentamiento entre los grupos tradicionalmente dominantes en España (aristócratas, grandes propietarios agrícolas, empresarios, Iglesia, ejército) y las clases populares (campesinos, obreros, pequeña burguésía).
Esta guerra fue también el resultado de las tensiones surgidas en Europa durante la década de los años treinta, tras el ascenso del fascismo en Italia y el nazismo en Alemania. La guerra de España fue vista, a nivel internacional, como el primer enfrentamiento entre el fascismo y la democracia, y un claro antecedente de la Segunda Guerra Mundial.
4.3. Causas de la Guerra Civil
Las reformas promovidas por los gobiernos de izquierdas durante la Segunda República. Estas reformas no gustaron nada a los viejos grupos dominantes de la España de la Restauración (latifundistas, empresarios, Iglesia, Ejército), que decidieron abandonar la vía legal y parlamentaria y se decantaron por el golpe.
Polarización de la vida política, especialmente tras la fracasada Revolución de Asturias de 1934 y la consiguiente represión.
Oleadas reivindicativas con numerosas huelgas y algunos incendios y destrucciones
Incapacidad de buena parte de la derecha española para aceptar los resultados de las elecciones de Febrero de 1936, que dieron la victoria al Frente Popular.
Enfrentamientos entre grupos paramilitares falangistas y grupos de extrema izquierda obrera que acarrean desórdenes públicos e inestabilidad social.
Los golpistas acusan al Gobierno de la República, dirigido por el Frente Popular, de no tener capacidad para controlar la situación de inestabilidad y crisis social, así como de ser promotor de una “revolución bolchevique” y pretender instaurar un régimen soviético.
4.4. Del Golpe de Estado a la Guerra Civil: las zonas enfrentadas
El golpe protagonizado por los generales Sanjurjo, Franco y Mola no fue apoyado en toda la geografía española, por lo que el país quedó dividido en dos zonas enfrentadas:
La zona dominada por los sublevados, autodenominados nacionales → abarcaba el norte de Castilla, Galicia, el noroeste de Extremadura, algunas ciudades de Andalucía occidental, Navarra, Baleares (excepto Menorca) y Canarias.
Los leales a la República, conocidos como rojos por el bando enemigo, controlaban gran parte de Aragón, el norte de España (excepto Navarra), Cataluña, la zona levantina, Madrid y casi toda Andalucía.
4.5. Bandos enfrentados e internacionalización del conflicto
(Tabla)
Cuando estalló la Guerra Civil española, en otros países la opinión pública se dividíó entre los que defendían el Gobierno legítimo de la República y los partidarios de los sublevados. El Reino Unido y Francia convocaron una conferencia en la que se firmó un Pacto de No Intervención para evitar que el conflicto se extendiese a otros países europeos, lo que a la larga perjudicó al Gobierno republicano, que fue el que menos ayuda exterior contó por este motivo.
Aun así, el acuerdo fue incumplido por algunos países y ambos bando obtuvieron ayuda exterior, aunque no de forma proporcionada:
(Tabla)
4.6. ¿Qué ocurríó en cada zona durante la guerra?
En el BANDO SUBLEVADO:
El ejército asumíó el poder y organizó un nuevo estado de inspiración fascista para anular la democracia y la legislación reformista de la República.
Francisco Franco fue nombrado generalísimo y jefe de gobierno
Se prohibieron partidos y sindicatos, se suprimíó la Constitución y los estatutos de autonomía, y el catolicismo volvíó a convertirse en religión oficial.
Falange Española Tradicionalista y de las JONS, que unía a falangistas, tradicionalistas y carlistas, se convirtió en el partido único.
En el BANDO REPUBLICANO:
Tras el estallido de la guerra, la autoridad del Gobierno republicano prácticamente desaparecíó. Para contener el Golpe de Estado, el Gobierno de la República decidíó disolver el Ejército y entregar las armas a las milicias de los sindicatos y de los partidos del Frente Popular.
Meses después se creó el Ejército Popular, en el que se engloban las milicias, pero la desobediencia de algunos grupos (anarquistas, nacionalistas…) debilitó al Gobierno republicano.
Los sindicatos y algunas organizaciones populares aprovecharon para realizar una revolución social y expropiaron fincas y fábricas. Las disputas entre centrarse en ganar la guerra o hacer la revolución dividieron a los republicanos.
4.5. Los desastres de la guerra:
EL SUFRIMIENTO DE LA POBLACIÓN CIVIL
La Guerra Civil fue una de las primeras en el mundo que vivíó el fenómeno de los bombardeos sobre la población civil. Para protegerse de las bombas, las personas acudían a los refugios subterráneos, a veces tan improvisados como los túneles del metro. Se estima que los bombardeos causaron 12000 víctimas mortales, de las que 11000 lo fueron en territorio republicano, debido a la potencia de la aviación franquista y la de sus aliados alemanes.
El hambre provocada por la escasez de alimentos fue muy grave, sobre todo en la zona republicana, al comprender territorios con menor producción agrícola. Ante la falta de alimentos, se racionaron los productos de primera necesidad, lo que provocó la aparición de un mercado negro. La desnutrición originó enfermedades y, en ocasiones, la muerte.
Ante el avance de los sublevados, centenares de miles de personas abandonaron sus casas y se convertían en refugiados. Cataluña y Valencia llegaron a acoger unos 800.000. Muchos niños también fueron evacuados por el Gobierno de la República, la mayoría a Francia, pero también a la Uníón Soviética (unos 3000), de donde no volvieron.
PERSECUCIÓN Y REPRESIÓN
Además de en los campos de batalla, en ambos bandos la violencia se ejercíó contra la población civil, como venganza del adversario por motivos políticos o personales. Fueron frecuentes los “paseos” o “sacas”, en los que detenidos o prisioneros eran llevados a las afueras de los pueblos y ciudades, donde eran fusilados:
En la zona republicana, la represión se manifestó de forma violenta e incontrolada en los primeros meses de la guerra, cuando las patrullas obreras detuvieron o asesinaron a numerosos partidarios de los golpistas. Fue una violencia al margen de las leyes de la República; con la llegada al poder de Negrín, está violencia incontrolada fue prácticamente erradicada.
En la zona franquista se institucionalizó la persecución sistemática (detenciones, encarcelamientos, depuraciones y fusilamientos) de los dirigentes y militantes de los partidos y sindicatos de izquierda. Esta represión fue llevada a cabo con el consentimiento de los grupos políticos que respaldaban el alzamiento, y su objetivo era atemorizar a la población e impedir cualquier oposición. Al final de la guerra, llegó a promulgarse la Ley de Responsabilidades Políticas, ampliando la cobertura legal a la represión franquista.
LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA:
Demográficas: a las víctimas en los campos de batalla, hay que unir las de la población civil y el elevado número de exiliados al finalizar el conflicto.
Económicas: la destrucción de infraestructuras durante los combates fue muy importante y resultaron muy costosas de reconstruir. La producción agraria e industrial también se vio muy mermada.
Políticas: significó la destrucción de la democracia y la imposición de una dictadura militar que arrebató a la ciudadanía sus derechos y libertades durante casi 40 años.
Sociales: la división entre vencedores y vencidos se mantuvo durante todo el régimen de Franco, quién se opuso siempre a cualquier política de reconciliación.