La Independencia de los Estados Unidos de América: la tenemos que considerar como el primer modelo de revolución triunfante a finales del
Siglo XVIII. Desatada ya la oleada revolucionaria, florece en Francia el cuadro típico de la
revolución, con unos planteamientos ideológicos y teóricos muy fuertes, que se extenderán por
todo el continente y tendrán la fuerza suficiente como para volver a traspasar el Atlántico,
provocando el levantamiento de las colonias españolas y la descomposición del Imperio
colonial español. La Francia de Luís XVI, que era legitimista, apoyara a los colonos
norteamericanos, y que la Inglaterra conservadora de entonces favoreciera la emancipación de
las colonias españolas de América.
Jorge III y la crisis de la política whig: La prosperidad económica de las colonias se basaba
en la actividad comercial del norte, y la agrícola del sur. En el sur el sistema de grandes
plantaciones de algodón, arroz y tabaco, en el norte desde el principio habían imperado formas
sociales y políticas bastante liberales. Además el comercio favorecíó la creación de una clase
burguesa fuerte, activa e ilustrada. Esta burguésía fue la que hizo elevar de forma asombrosa
el comercio exterior de las colonias.,la política inglesa veía aquí un mercado excelente para sus
productos manufacturados y no estaban dispuestos a perderlo permitiendo la importación de
máquinas.
La guerra: La guerra se desarrolla entre los años 1.775 a 1.783, fecha en que termina con la
independencia recogida en un tratado. Los colonos Tienen que luchar también con los leales y
las tribus aliadas de los británicos Los colonos necesitaban apoyo militar y financiero de las
potencias enemigas de Inglaterra. Algunos viajaran a Europa para recabar ese apoyo. Francia
y España toman partido a favor de los colonos, no por ideología sino por debilitar a Inglaterra.
La batalla final es la Yorktown que precipita la paz de Versalles, por la que Inglaterra reconoce
la independencia de los Estados Unidos.
Jorge III y la crisis de la política whig: La prosperidad económica de las colonias se basaba
en la actividad comercial del norte, y la agrícola del sur. En el sur el sistema de grandes
plantaciones de algodón, arroz y tabaco, en el norte desde el principio habían imperado formas
sociales y políticas bastante liberales. Además el comercio favorecíó la creación de una clase
burguesa fuerte, activa e ilustrada. Esta burguésía fue la que hizo elevar de forma asombrosa
el comercio exterior de las colonias.,la política inglesa veía aquí un mercado excelente para sus
productos manufacturados y no estaban dispuestos a perderlo permitiendo la importación de
máquinas.
La constitución americana: Al terminar el conflicto, cada una de las trece colonias era
un Estado independiente. Se propuso entonces la elección de un Congreso que
elaborara una constitución para todos. Este texto fue la primera constitución
liberal de la historia y sirvió como modelo a Europa.
El poder legislativo que residía en un Parlamento, El Parlamento aprobaba los
impuestos, tenía la iniciativa de las leyes y declaraba la guerra y la paz.
El poder ejecutivo:promulgar leyes y ejercer el derecho de veto.
El poder judicial estaba encabezado por el Tribunal Supremo, debían velar por la
constitucionalidad de las leyes.
El Imperio napoleónico (1804-1812):Las guerras entre Francia y las potencias europeas
fueron constantes entre 1804 y 1815. Francia, como país abanderado de una revolución
convocaba a los pueblos del mundo a derribar la tiranía de cada país. Los ejércitos franceses
conquistaban y ocupaban territorios pero también liberaban a sus habitantes de las cadenas
del Antiguo Régimen.
Los éxitos militares de Napoleón no pueden entenderse sin tener en cuenta que en las batallas
contra los ejércitos monárquicos, hasta un 50% de los soldados napoleónicos no eran
franceses, ya que había afrancesados, filojacobinos y partidarios de una nueva sociedad
liderada por el emperador. Además, las élites intelectuales expresaron simpatía por Napoleón,
no sólo franceses, sino alemanes, italianos, españoles así como por las conquistas
revolucionarias.
En el continente los franceses derrotaron a los austríacos y los rusos en Austerlitz (1805), en
Jena a los prusianos (1806), Eylau y Friedland contra los rusos (1807). Wagran contra Austria
(1809).
Diecisiete estados alemanes que formaban la Confederación del Rhin, Napoleón era
considerado su “protector.”
El reino vasallo de Nápoles, en el sur, estaba gobernado por el general Murat, casado
una hermana del emperador.
Rusia y Prusia habían firmado el Tratado de Tilsit (1807) que aseguraba una paz
duradera durante este período.
El Tratado de Viena (1809) con Austria convertía al Imperio austríaco en vasallo del
emperador.
En la práctica sólo Gran Bretaña escapaba de las cuerdas de Napoleón.
Europa contra Napoleón (1812-1815): El Imperio napoleónico puede ser entendido como el
esfuerzo por extender las ideas de libertad y progreso de todos los países de Europa. A este
proyecto se opónían los nacionalismos y los defensores del Antiguo Régimen.
Napoleón encontró mayores dificultades en aquellos países donde las estructuras del Antiguo
Régimen eran más consistentes. Este es el caso de Rusia y España, países cuya
administración y ocupación militar exigieron un mayor esfuerzo. No es casual que en estas dos
naciones comenzó a gestarse la caída de Napoleón.
En España la ocupación francesa provocó en 1808 la guerra de la Independencia. Desde la
batalla de Bailén (1808) hasta las victorias de Wellington (1812) supusieron las primeras
derrotas del Emperador. La pérdida de 600.000 soldados en la campaña rusa por el crudo
invierno ruso (1812) supuso una catástrofe.
Una nueva coalición internacional derrotó a los ejércitos imperiales en la batalla de las
Naciones (Leipzig, 1813) con la que los ejércitos aliados se adentraron en suelo francés. En
Marzo de 1814 Napoleón fue destituido y recluido en la isla de Elba. De Marzo a Junio de
1815 Napoleón restauró el Imperio, denominado de los “cien días” por su corta duración, que
finalizó con la derrota en Waterloo ante las tropas aliadas.
La «Restauración» y las Revoluciones liberales en Europa: La derrota de Napoleón en
Waterloo en 1815, restablecíó las monarquías absolutistas en Europa, iniciando un nuevo
periodo histórico conocido como “La Restauración,” en el que los intentos de restablecer el
Antiguo Régimen conviven con ciclos revolucionarios que intentan impedirlo.
Este período, comprendido entre 1815 y 1848, se caracterizó por:
Inestabilidad política provocada por los continuos conflictos entre liberales y
absolutistas.
Inicio de sentimientos nacionalistas en algunos pueblos que luchaban contra una
ocupación extranjera: el caso más significativo fue Grecia.
Económicamente: el avance de la Revolución industrial y el capitalismo, facilitó la
consolidación de la burguésía y el inicio del movimiento obrero.
«La Restauración: El intento de recuperar las estructuras del Antiguo Régimen estuvo
respaldado por algunos pensadores, como Burke o Maistre. Defendían los valores sociales y
políticos propios del Antiguo Régimen y rechazaban los ideales de la Revolución Francesa,
pues consideraban que los ideas liberales invertían el orden natural de las cosas, el orden de la
providencia.
En el Congreso de Viena (1814-1815) se establecieron:
Las nuevas fronteras, intentando restablecer el equilibrio entre las potencias.
Desaparecíó el Sacro Imperio Romano Germánico y se creó la Confederación
Germánica. Prusia y Rusia incrementaron sus territorios. Polonia (repartida en el último
tercio del Siglo XVIII) continuó ocupada por Austria, Prusia y Rusia. Se creó el Reino
de los Países Bajos con la uníón de las Provincias Unidas y Bélgica. Suecia se
anexiónó Noruega. Austria amplió sus fronteras en Italia. Francia volvíó a sus fronteras
de 1790.
Las nuevas directrices de la política internacional: el compromiso que adquirían
todas las potencias de asegurar el nuevo orden restaurado, por lo que podían
intervenir política y militarmente en cualquier Estado en el que la monarquía estuviera
en peligro. Se formó la Cuádruple Alianza (1815) entre Austria, Rusia, Prusia y Reino
Unido, una alianza militar para defender el orden establecido. Con la incorporación de
Francia se formó la Quíntuple Alianza (1818).
Posteriormente también se formó la Santa Alianza entre Rusia, Austria y Prusia. Esta
alianza perseguía el mantenimiento del absolutismo frente a la amenaza liberal. Los
mecanismos de intervención de esta alianza se pusieron en marcha en 1823, para
devolver el poder absoluto a Fernando VII en España (la campaña de los Cien Mil Hijos
de San Luis).
Las oleadas revolucionarias:La vuelta al Antiguo Régimen en Europa ya no era posible. En
muchos países, algunos de ellos ocupados durante la época napoleónica (España, Bélgica,
Holanda, países de la península italiana) u otros que habían estado bajo la influencia directa de
Napoleón (Prusia, Austria así como el Gran Ducado de Varsovia o los estados que formaban la
Confederación del Rin) habían conocido las ideas revolucionarias sobre la soberanía
nacional, los derechos del hombre y por tanto, estas personas se consideraban ya
ciudadanos y no súbditos. Estos ciudadanos exigían su participación en el gobierno y no
admitían la vuelta al modelo anterior.
PRIMERA OLEADA REVOLUCIONARIA (1820-1825):La primera oleada revolucionaria tuvo lugar en el
Mediterráneo: España (1820), Nápoles (1820) y Grecia (1821). Estas primeras oleadas
estuvieron influenciadas por:
El anti-absolutismo y el surgimiento de nacionalismo de estados sin nacíón.
Nuevas formas de lucha: las sociedades secretas (masones, carbonarios, etc.)
La participación del ejército.
Empezó en España, con el pronunciamiento de Riego, que dio inicio al Trienio Constitucional
(1820-1823) y puso fin a deis años de absolutismo. Mediante este pronunciamiento, las tropas
que iban a embarcarse hacia la américa insurrecta desde el puerto de Cádiz, la Constitución
liberal de 1812 volvieron a estar en vigor así como las reformas de carácter liberal, suprimidas
tras la llegada de Fernando VII (1814).
Los miembros de la Santa Alianza decidieron intervenir en el momento que parecía que el
espíritu revolucionario se extendía a otros países, ya que en Julio de 1820 estalló una
revuelta liberal en Nápoles, que adoptó provisionalmente la constitución española, en Agosto,
se producía un movimiento de liberación en Portugal, y en Marzo de 1821, en el Piamonte.
El sistema creado los congesos funciónó: las potencias autorizaron a los austríacos en Troppau
(1820) y Leybach (1821) para que aplastasen el movimiento liberal napolitano. El congreso de
Verona (1822) decretó la intervención en España, se encargó a Francia el apaciguamiento,
Fernando VII consiguió restaurar el absolutismo tras la intervención de los Cien Mil Hijos de
San Luis.
SEGUNDA OLEADA (1830):La oleada revolucionaria se inició en Francia y se extendíó a, Polonia,
Italia, España y Bélgica.
En Francia, en 1824 Carlos X sucedíó a su padre Luis XVIII y acentuó el carácter autoritario de
su gobierno. La revolución se inició en París en medio de una crisis agrícola, financiera y por la
presión que ejercían los partidarios Luis Felipe de Orleans que pretendían derrocar a los
Borbones. La aprobación de las Cuatro Ordenanzas de 1830, con la intención de:
Limitar la libertad de prensa.
Disolver las cámaras
Reducir la base electoral.
Gobernar por decreto.
Las tres jornadas gloriosas 28, 29 y 30 de Julio obligaron a Carlos X a exiliarse. Se iniciaba así
el reinado de Luis Felipe de Orleans, en teoría opuesto a los principios de la Restauración y
dispuesto a apoyar los movimientos revolucionarios. Sin embargo, una vez, en el poder,
aumentó sus políticas autoritarias.
En Polonia hubo alzamientos liberales y nacionalistas que fueron duramente reprimidos por las
fuerzas rusas. Lo mismo sucedíó en Módena, Parma, Bolonia y los dominios pontificios,
pero la represión austríaca puso fin a estas experiencias revolucionarias.
En España, la muerte de Fernando VII (1833) abríó un período de transformaciones liberales y
de Guerra Civil entre carlistas (partidarios de Don Carlos, hermano del rey) y liberales que
apoyaban a la hija del rey, Isabel II, que era todavía una niña.
LAS REVOLUCIONES DE 1848:Las revoluciones que se produjeron en Europa durante 1848 se
denominan la “primavera de los pueblos.” Sus principales causas:
– Las ideas liberales iban ganando apoyo entre la opinión pública.
– Las primeras etapas de la industrialización incrementaron el malestar social.
– Crisis agrarias:
La enfermedad de la patata ocasiónó catástrofes en Irlanda, cuya población
pasó de 8.5 millones en 1845 a 6 millones en 1850.
Las cosechas de cereales entre 1845-1847 fueron muy escasas.
La explosión del espíritu revolucionario hizo tambalear los gobiernos de Francia, de los estados
alemanes e italianos y el Imperio Austríaco. Toda Europa fue sacudida por un movimiento
revolucionario de carácter radical (excepto Gran Bretaña y Bélgica que ya contaban con
sistemas políticos más avanzados y de la atrasada Rusia, donde los sectores liberales no
tenían fuerza)
LA REVOLUCIÓN EN EL Imperio AUSTRO-HÚNGARO: La revolución se extendíó por el
Imperio Austríaco, concretamente en su capital, Viena. La agitación de los estudiantes
y las clases populares consiguió la destitución de Metternich, quien gobernaba el
Imperio desde hace más de 40 años. Los austríacos abolieron la esclavitud y
constituyeron una monarquía parlamentaria y constitucional. Fernando I abdicó y su
sucesor, Francisco José I, inició uno de los reinados más largos del siglo (1848-1916).
Los pueblos eslavos (checos, eslovacos y serbios), los húngaros y los reinos
italianos del norte dirigieron su actividad contra el dominio austríaco. La actitud del
nuevo parlamento austríaco siguió caracterizándose por su autoritarismo, el ejército
aplastó brutalmente un levantamiento en Praga, o se puso fin a un breve período
de autogobierno de Hungría.
En los estados italianos se proclamaron constituciones de carácter liberal en Nápoles,
Toscana, Piamonte, los Estados Pontificios, Venecia, etc. El rey de Piamonte, Carlos
Alberto, encabezó el primer proceso de unificación italiana, pero Austria consiguió
imponerse en el terreno militar.
LA REVOLUCIÓN EN Alemania:Una frustración similar a la italiana se produjo en
Alemania. La mayor parte de los estados establecieron una constitución y
adoptaron medidas liberalizadoras, mientras daban los primeros pasos para construir
una asamblea nacional alemana. Esta consiguió reunirse en Frankfurt y convocó
elecciones por sufragio universal para elegir un parlamento que debía elaborar una
constitución federal para el conjunto de Alemania.
En Mayo de 1848, ya estaban elegidos los 585 diputados y el proceso constituyente
estaba en marcha. El parlamento de Frankfurt ofrecíó la corona a Federico Guillermo
de Prusia, quien pensaba que una corona era algo demasiado sagrado como para
recibirla de un parlamento. En 1849 se negó a aceptar la constitución aprobada en
Frankfurt, terminando así las esperanzas de una Alemania unida y constitucional. El
nuevo parlamento se disolvíó poco después.
LA REVOLUCIÓN PARISINA:La revolución comenzó en Francia, el gobierno de Luis Felipe
de Orleans era cada vez más impopular a la vez que la oposición defendía la
ampliación del sistema electoral (sufragio universal). El gobierno prohibíó unos actos
reivindicativos en París del sector más radical, que inició la revolución,
desencadenando las jornadas de 22, 23 y 24 de Febrero, el ejército trató de reprimir la
revolución, pero no pudo impedir que llegasen al palacio real, la presión popular obligó
a abdicar Luis Felipe de Orleans que huyó a Gran Bretaña.
El gobierno provisional proclamó la II República y adoptó medidas de carácter
revolucionario:
Convocó elecciones por sufragio universal.
Abolición de la esclavitud,
Se decretó la jornada de 10 horas
Derecho a huelga
El 21 de Junio el Gobierno decretó el cierre de los talleres nacionales, creados por
Luis Felipe de Orleans y que daban trabajo a 120.000 parados produjo una insurrección
popular que duró tres días (del 23 al 26 de Junio) y que fue aplastada por el ejército.
El triunfo de los moderados en las elecciones de Diciembre de 1848 socavó las
reformas aprobadas, ante esta situación se produjeron numerosos motines. Los
propietarios de las fábricas querían estabilidad y apoyaron la candidatura de Luis
Napoleón que consiguió ser elegido presidente de la República en 1849. Tras una
serie de medidas autoritarias para contentar a sus seguidores dio un Golpe de Estado
en 1851, proclamó el II Imperio y se autoproclamó emperador como Napoleón III y
asumíó plenos poderes.