4 LOS NACIONALISMOS PERIFÉRICOS
El liberalismo español del Siglo XIX se había basado en una idea centralista del Estado y de la nacíón. Sin embargo, los carlistas y los federales tenían una idea de España como uníón de estados libremente asociados. El sistema de la Restauración consagró otra vez el centralismo.En esta situación, movimientos de recuperación cultural y lingüística adquirieron poco a poco tintes políticos. Surgieron, así, los regionalismos en el País Vasco, Cataluña y Galicia. Su base social, en un principio, fue la pequeña burguésía, el campesinado y sectores del clero, ampliándose después sus apoyos entre la alta burguésía e incluso el proletariado en el caso catalán.
El regionalismo y el nacionalismo catalán
En Cataluña desde 1830 fue surgiendo un movimiento cultural: la Renaixença, que abarcaba diferentes campos de la actividad intelectual que tuvieran relación con Cataluña. En torno a este movimiento se fueron concitando aspiraciones sociales muy diversas. Estas aspiraciones fueron conocidas como regionalismo, nacionalismo o catalanismo, siendo esta última acepción la que mejor expresa su sentir general.El carlismo y el federalismo también están en los orígenes del catalanismo. Los carlistas aspiraban a la recuperación de instituciones tradicionales y de los fueros. Los federales fueron mayoritarios en las elecciones de 1869 como Partido Republicano Democrático Federal, fundándose por entonces una organización política pionera, La Jove Catalunya, con Ángel Guimerà.Tras la caída de la República y la derrota del carlismo se desarrolló un catalanismo político. Lo catalanisme, de Valentí Almirall fue una de las obras que influyó ideológicamente en el movimiento. El Compendi de la doctrina nacionalista, de Enric Prat de la Riba, fue una obra fundamental que expresaba el regeneracionismo de fin de siglo.Almirall fue el creador del catalanismo moderno para superar y unificar las distintas posiciones de las burguésías particularistas. En Lo catalanisme defendía el respeto y el fomento de las costumbres tradicionales de las comarcas forales frente a la división artificial en provincias, para que Cataluña recobrara su personalidad. En 1882 fundó el Centre Català, como una organización patriótica que uniera a la burguésía federal con la conservadora.
En 1887, los conservadores fundaron la Lliga de Catalunya y, con motivo de los Juego Florales presentaron a la reina regente, María Cristina de Habsburgo, un programa regionalista que manténía la fidelidad a la monarquía y la búsqueda de una amplia autonomía,El Centre y la Lliga, gracias a las gestiones de Prat de la Riba, se fundieron en la Uníó Catalanista. En 1892 se redactaron las Bases de Manresa para una constitución regional catalana.
Los inicios del nacionalismo vasco
El nacionalismo vasco surgíó a partir de la defensa de los fueros. Los perdedores de la guerra carlista soñaban con un País Vasco para quienes la defensa de los fueros equivalía a defender la esencia de lo vasco. Sus enemigos eran el gobierno liberal español y la inmigración.Sabino Arana recogíó y formuló estas ideas que flotaban en la sociedad: para un pueblo diferente -de raza y, sobre todo, de lengua distintas- recuperar los fueros totales era recuperar la plena soberanía, lo cual significaba independencia. El lema era Dios y Ley Vieja, o sea, fueros y tradiciones. Este primer nacionalismo es, pues, tradicionalista e integrista católico, y contrario a la industrialización, al liberalismo, al socialismo y a España.En 1895 se fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV) con una declaración antiespañola y con una voluntad de restaurar en el territorio las leyes tradicionales.Con el ingreso de De la Sota, el PNV amplió sus bases hacia una burguésía más moderna e industrial. Ingresó el grupo fuerista con su semanario Euskalduna. Aparecíó la tensión interna entre los defensores de la independencia y los que buscaban la autonomía dentro del Estado español.Se impusieron en el control del PNV y se acomodaron a una estrategia autonomista. A partir de entonces, el PNV comenzó a tener ciertos éxitos.Se configuraron dentro del PNV dos tendencias: la de una dirección reivindicativa ante del Gobierno central y la de unas bases independentistas que apoyaban la política moderada de su dirección ante el Gobierno central.
Otras expresiones nacionalistas
En Galicia, las bases del nacionalismo se encuentran en el resurgimiento de la lengua literaria (Rexurdimento) y en los movimientos federalistas. Escritores como Rosalía de Castro dignificaban la lengua y otros, como Alfredo Brañas, formulaban las aspiraciones políticas del primer regionalismo gallego. Brañas publicó El regionalismo, como primera teorización sobre el problema. En 1890 se creó la Liga Regionalista Gallega. Este movimiento tuvo un lento desarrollo y no se amplió hasta bien entrado el Siglo XX.
En Andalucía y Valencia, surgieron corrientes poco organizadas en la línea de la tradición federal.
En Andalucía, el regionalismo comenzó a partir de los movimientos cantonalistas. El primer acto andalucista clave fue en Antequera, donde se proclamó la Constitución Federalista Andaluza y se solicitó una Andalucía soberana y autónoma. Sin embargo, no se consolidó un partido autonomista burgués. Blas Infante, en su obra El ideal andaluz, defendíó que la libertad de la tierra es necesaria para la libertad de las personas.