A. Localización y clasificación del texto (0,5 puntos)
Tipo de texto: nos encontramos ante una fuente histórica primaria, de tipo jurídico y de naturaleza política,
donde se establecen varios artículos de la Constitución de 1876.
Autor: el autor del texto es colectivo, las Cortes de Madrid.
Destinatario: El texto, al tratarse de una Constitución, está dirigido al conjunto de la nacíón española.
Momento histórico: esta Constitución se promulgó tras la Segunda Guerra Carlista y el Sexenio
Democrático, siendo rey
Alfonso XII y el presidente del Gobierno Cánovas del Castillo. Fue elaborada para
dar estabilidad política que permitiera el progreso económico y al mismo tiempo desterrar la inestabilidad
política del Sexenio Democrático.
B. Análisis del texto (1,5 puntos)
Tras un preámbulo en el que se especifica que el rey Alfonso XII presenta la ley promulgada por las Cortes,
dice lo siguiente:
El artículo
11 declara España como un estado confesional católico. Se respetan otras creencias religiosas
siempre y cuando no se practiquen en público.
El artículo 13 reconoce varios derechos a los ciudadanos como la libertad de expresión sin censura previa,
y la libertad de reuníón y asociación.
En el artículo 18 establece que el poder legislativo es de las Cortes con el rey.
En el artículo 19 afirma que las Cortes se dividen en dos cámaras, el Senado y el Congreso de los
Diputados.
El artículo 20 especifica la composición del Senado, en el que habría senadores por derecho propio (los
hijos del rey, los Grandes de España que tuvieran más de 60.000 reales, los capitanes generales y arzobispos),
los nombrados por el Rey y cuyo cargo es vitalicio (personas de renta alta, ingenieros, catedráticos
universitarios), y los senadores elegidos por las corporaciones del Estado y grandes contribuyentes.
En el artículo 28 afirma que el proceso de elección de los diputados para el Congreso será concretado en
futuras leyes.
El artículo 50 establece que el poder ejecutivo reside en el Rey.
Finalmente, el artículo 75 establece en materia judicial la unidad de fuero para los ciudadanos de todo el
territorio del Estado.
C. Contextualización (2,5 puntos)
Para entender este texto, debemos retroceder al pronunciamiento militar del general Martínez Campos
(Diciembre 1874), tras el cual se puso fin al Sexenio Democrático y Alfonso XII (hijo de Isabel II) fue
proclamado rey, iniciándose el régimen de la Restauración.
El principal objetivo del nuevo régimen y de su principal ideólogo Cánovas del Castillo fue evitar la
inestabilidad política y los pronunciamientos militares del período isabelino y del Sexenio. Para ello ideó
un sistema fundamentado en una la base jurídica y otra política.
La base jurídica fue la Constitución de 1876 que estamos analizando. Fue una Constitución ecléctica que
integraba diferentes elementos de las constituciones anteriores.
El aspecto más debatido fue la cuestión religiosa, por lo que se optó por una solución intermedia:
confesionalidad católica, pero permitiendo la libertad de culto en privado. Así, la Iglesia mantuvo una gran
influencia social, aunque con el tiempo el pueblo identificó cada vez más a la Iglesia con los ricos y la injusticia
social, de ahí los brotes anticlericales surgidos en el período.
Reconocía vagamente las libertades políticas, pero en la práctica quedaban limitados por leyes restrictivas.
Por ejemplo, la ley de imprenta de 1879 consideraba delito todo ataque al sistema político y social de la
Restauración; y se establecíó la censura previa de las publicaciones de menos de 200 páginas y se dio capacidad
a la Iglesia para censurar libros que atentaran contra la moral; y los partidos políticos republicanos y de
izquierdas estuvieron ilegalizados al inicio.
Establecía una soberanía compartida de las Cortes con el Rey, en la que no existía una estricta separación
de poderes, ya que el Rey tenía amplias atribuciones en el ejecutivo y el legislativo.
El poder legislativo residía en unas Cortes Bicamerales, con un Congreso que las leyes determinarían que
se elegiría por sufragio (al principio censitario y después de 1890, universal masculino); y un Senado que no
era elegido por sufragio. Sin embargo, el Rey tenía la atribución de vetar leyes y disolver las Cortes.
El poder ejecutivo residía en el Rey, quien era jefe del ejército (atribución concedida para evitar golpes de
Estado) y tenía la capacidad de elegir al Gobierno (esto sería muy empleado por Alfonso XIII, quien intervino
mucho en política).
Por último, la igualdad en materia judicial sería el fundamento para abolir los fueros vascos en 1876, aunque
a las provincias vascas se les concedíó el Concierto Económico (1878).
La base política fue el turnismo pacífico y pactado entre los dos partidos dinásticos, el Liberal (de
Sagasta) y el Conservador (de Cánovas), que monopolizaron el poder, dejando fuera al resto de partidos. El
sistema funcionaba gracias al caciquismo y el fraude electoral, en el que la decisión de quien debía ganar las
elecciones se decidía en el Gobierno central, y las ordenes las trasmitían a Gobernadores Civiles, alcaldes y
caciques, quienes manipulaban las elecciones.
En 1881 comenzó el sistema de turno, cuando el rey llamó a gobernar a los liberales. Hasta entonces,
únicamente habían accedido al poder mediante golpes de Estado. El turnismo fue ratificado secretamente en
el Pacto del Pardo (1885) para evitar un conflicto sucesorio ante la previsible muerte de Alfonso XII.
La crisis de este sistema comenzó en los últimos años del Siglo XIX. En 1897 Cánovas fue asesinado y en
1901 Sagasta abandonó la política; y en 1898 España perdíó sus últimas posesiones de ultramar, lo que supuso
una importante crisis de identidad nacional que provocó la aparición del regeneracionismo, un movimiento
político y cultural que criticaba al sistema y propónía cambios políticos y económicos.
D. Importancia del texto (0,5 puntos)
La Constitución de 1876 fue un pilar fundamental, junto al bipartidismo y el turnismo pacífico y pactado,
del régimen social y político de la Restauración. Hasta la actualidad ha sido la Constitución más duradera
de la Historia de España, estando en vigor ininterrumpidamente hasta 1923.
Este contexto de estabilidad fomentó las inversiones empresariales, dando lugar a un proceso de
modernización del país, aunque geográficamente desequilibrado.
Con el tiempo, el sistema fue lentamente evolucionando hacia posiciones menos autoritarias, lo que
permitíó que algunos de los partidos de la oposición fueran aflorando y consolidándose poco a poco.