1. HACIA EL CAMBIO Político: ORGANIZACIÓN DE LAS FUERZAS Políticas
.Desde que se inició el proceso de la transición española hacia la democracia se produjo un enconado debate sobre cuál debería ser la fórmula para llegar a ella. Pero la gran mayoría de la sociedad española estaba convencida de que a la muerte del dictador se tendrían que producir importantes transformaciones. Para unos ese cambio debería ser producto de una reforma de las instituciones y leyes franquistas, para otros la única posibilidad de realizar la verdadera transformación tenía que ser la vía revolucionaria o la ruptura.
La idea de una reforma era defendida por quienes vinieron a llamarse los aperturistas.
Eran casi todos políticos jóvenes que no habían vivido la guerra y que en su mayoría habían entrado en el Movimiento porque sólo en él se podía hacer carrera política. Personajes como Pío Cabanillas, Gabriel Cisneros, Adolfo Suárez, Rodolfo Martín Villa, Alfonso Osorio o Marcelino Oreja sonaban ya como el relevo de la vieja generación, y habían defendido sucesivos proyectos de estatuto de asociación política. También entre los políticos más veteranos había hombres, como Manuel Fraga o José María de Areilza convencidos de la necesidad de cambio político. De ellos saldría el núcleo de los sucesivos gobiernos de la transición. Dentro de éste aperturismo había numerosos matices y, en general, predominaba la idea de realizar algunos cambios que darían una imagen más democrática y europea al régimen, sin cambiar sus esencias.
Por el contrario las fuerzas democráticas defendían que la única manera de llegar a la democracia era mediante la ruptura.
Ello supónía la formación de un Gobierno Provisional que garantizara las libertades básicas y la apertura de un proceso constituyente que abordaría la transformación política plena en integral de España.La oposición política aparecía, al morir Franco, muy dividida. ·Por un lado estaban las fuerzas nacionalistas catalanas y vascas.
En Cataluña, desde 1971 existía la Assemblea de Catalunya, organismo unitario de partidos, sindicatos, asociaciones vecinales y todo tipo de grupos de oposición. En Enero de 1975 se organizó el Consell de Forces Politiques de Catalunya, que pedía el restablecimiento de la autonomía de Cataluña. Frente a la unidad de la oposición catalana, contrastaba la división en el País Vasco, donde el enfrentamiento separaba a los grupos nacionalistas de las fuerzas españolistas. Entre los primeros, la creciente actividad de ETA y la durísima respuesta policial hicieron crecer el prestigio de la organización terrorista, cuyas acciones eran apoyadas por una parte muy importante de la población. El mismo PNV·
También estaban grupos de la derecha democrática, muy reducidos, encabezados por personalidades históricas como los democratacristianos Ruiz Giménez y Gil Robles o los juanistas, con Calvo Serer al frente. Su casi nula influencia en la calle contrastaba con la importancia que sus declaraciones públicas tenían. ·En la izquierda,
Enrique Tierno Galván había fundado el partido Socialista del Interior, que más tarde cambiaría su nombre por Partido Socialista Popular (PSP), y que tenía su principal apoyo entre estudiantes e intelectuales.·El PSOE había permanecido dividido hasta 1974, entre quienes dirigían el partido en el exterior, encabezados por el secretario general Rodolfo Llopis, y los jóvenes dirigentes del interior. Entre los llamados renovadores había clara conciencia de que la inactividad del partido significaba un suicidio ante la posibilidad de un cambio hacia la democracia. En Enero de 1974 la Internacional Socialista decidíó apoyar a los renovadores, que en el Congreso de Suresnes (Francia), en Octubre de 1974, acabaron imponiendo sus tesis. Tras negarse el líder de UGT, Nícolás Redondo, fue elegido Secretario General Felipe González y sólo en Asturias o País Vasco, la fuerza de UGT, su sindicato, era significativa.·El PCE se había beneficiado de su activismo político en la lucha contra el régimen. Dirigido por Santiago Carrillo desde su exilio de París, su capacidad de movilización le convertiría en el partido clave en los primeros meses de la transición. En Julio de 1974 había creado, en el marco de su política la Junta Democrática, que quería ser una plataforma unitaria de la oposición. La Junta, cuyo primer manifiesto dejaba claro su espíritu de ruptura democrática como fórmula para el cambio, chocó con la negativa del PSOE a integrarse en un organismo que tenía el evidente protagonismo del PCE. En Julio de 1975 se fundaba la Plataforma de Convergencia Democrática, en torno al PSOE, en la cual sólo se admitían grupos y no personalidades aisladas (una de las críticas que se habían hecho a la Junta);
en ella se integraban la Izquierda Democrática de Ruiz Giménez; el grupo socialdemócrata de Dionisio Ridruejo, la UGT y el PNV, así como la facción del carlismo que apoyaba a Carlos Hugo de Borbón.·A la izquierda del PCE se situaban una serie de partidos comunistas radicales, como el PTE, el MC, la ORT o la LCR, varios de ellos integrados en la Junta o en la Plataforma.·
En el mundo obrero, la fuerza determinante era la de CCOO su táctica del entrismo le había permitido ir conquistando éxitos en los conflictos colectivos.
También la UGT comenzaba a recuperar parte de su pérdida de influencia. Otros sindicatos, como la Uníón Sindical Obrera (USO)
o la CNT, tenían una fuerza menor.//Ambas posturas – reformista y de ruptura–
Resultaban difíciles de armonizar. Finalmente se logrará combinar los tres elementos – una presión social, un entendimiento entre los reformistas de la oposición y los reformistas del propio sistema – que aseguraran la estabilidad del proceso de cambio, y hacer posible una transición modélica.