Los felices años 20: debido a la mejora de la productividad y la disminución de los costes de producción y el uso de nuevos productos (electrodomésticos, teléfono y el automóvil). Aunque los precios estuviesen altos, todo se podía adquirir gracias a créditos y venta a plazos. La industria del automóvil impulsó el desarrollo de sectores industriales; otro motor fue el de la construcción, un sector que generó empleo y se construyeron grandes rascacielos. Hubo un fuerte crecimiento urbano y las ciudades se expandieron. Se pensaba que iba a haber prosperidad permanente.
Desequilibrio y desigualdades
Los beneficios y dividendos crecían mucho más rápido que los salarios. Por otra parte, las industrias tradicionales disminuyeron debido a que nadie quería aquella mierda como el algodón y los trabajadores afroamericanos se tuvieron que ir a cobrar menos. Los granjeros se habían endeudado en la época de guerra para aumentar la producción, pero obtenían menos ingresos debido a la disminución de exportaciones y de los precios. A partir de 1922, los granjeros se arruinaron y tuvieron que ir a las ciudades.
Fiebre bursátil
Fiebre bursátil. Hubo una sobreproducción, pero las ventas de la empresa no podían seguir creciendo debido a que la demanda crecía más lentamente que los beneficios. Como consecuencia, se invirtió en bolsa. La buena situación de las empresas y la continua demanda de acciones provocaron la subida de las mismas en bolsa. Se generó una burbuja especulativa donde el precio de las acciones aumentó sin tener nada que ver con el precio real. Los pequeños inversores pedían créditos para invertir, lo malo es que la euforia siguió y los préstamos se devolvieron sin problemas.
1929
1929: Algunos inversores empezaron a poner sus acciones a la venta con la esperanza de seguir obteniendo buenos beneficios. Frente a la masiva oferta de títulos, las cotizaciones empezaron a bajar. Las acciones estaban por las nubes. El llamado Jueves Negro es el pánico que se apoderó de los inversores en ese día. 13 millones de títulos se pusieron en venta sin ningún comprador, en apenas 10 horas el mercado perdió 10 mil millones de dólares. Los bancos forzaban las ventas a cualquier precio porque los inversores no hacían frente a las deudas.
De la crisis bursátil a la crisis mundial
De la crisis bursátil a la crisis mundial: La sobreproducción industrial, cuyas primeras muestras eran ya evidentes antes del hundimiento de la bolsa. La crisis de liquidez (faltan recursos monetarios para hacer frente al pago de las deudas) como consecuencia del hundimiento bursátil. La falta de dinero llevó a que muchas empresas e individuos no pudieran pagar a sus acreedores y así hasta una espiral de hundimiento. La necesidad de liquidez forzó la retirada de inversores en Europa y la cancelación de muchos créditos a países exportadores de alimentos. Hubo una deflación que redujo todavía más las ganancias. En tercer lugar, la caída del consumo provocada por la reducción de la riqueza de los inversores y la disminución de la capacidad adquisitiva de los compradores y el temor de desempleo. También hay que añadir la crisis en la agricultura, agravada por las fuertes tormentas (Dust Bowl) que provocaron un periodo de sequía.
New Deal
New Deal: Nueva política de Roosevelt a partir de 1933. Su programa aboga por la intervención pública. La creación de WORKS PROGRESS ADMINISTRATION para fomentar la construcción de obras públicas que reasen empleo y aumentasen la demanda, la National Recovery Administration para impulsar los acuerdos de precios entre empresas y evitar así su quiebra. Ley De Ajuste Agrario cuya finalidad era reducir la producción agraria y recuperar los precios. Las ayudas del pago de hipotecas y la regulación del mercado hipotecario, gracias a ellos un millón de familias pudieron evitar el desahucio. Leyes laborales reconocieron la libertad de Sindicación y el derecho a la negociación de salarios. Seguro de desempleo y subvenciones a los ancianos y personas dependientes.
Keynes
Keynes: El problema principal era la falta de demanda y la caída de inversión. Tenía que aumentar el gasto público, reactivar el consumo e incrementar la inversión privada. Keynes sostenía que el Estado debía invertir aumentando el gasto público. El gasto aumentaría el empleo y con ello el consumo y la demanda. Para incentivar la demanda, propuso la mejora de salarios y reducción de presión fiscal. Para estimular la inversión, defendía penalizar fiscalmente el ahorro y bajar los intereses para facilitar el crédito de las empresas. El aumento del déficit público no era negativo para la recuperación económica, sino la solución para combatir la depresión.