La Revolución Industrial en Gran Bretaña: Transformación demográfica y económica

La Revolución Industrial en Gran Bretaña

A partir de 1780 hubo una profunda transformación en la industria. Esto fue posible gracias a una serie de cambios demográficos y económicos.

Cambios demográficos

Desde mediados del siglo 18, la población europea inició una revolución demográfica. La natalidad se mantuvo alta, pero la mortalidad descendió gracias a la mejor alimentación. Disminuyeron las grandes epidemias del pasado y la población aumentó en más de 41 millones de personas entre 1750 y 1800. El aumento de la población incrementó la demanda de productos, estimuló las innovaciones agrarias e industriales y proporcionó mano de obra.

Transformaciones económicas

Las transformaciones agrarias se vieron impulsadas por el aumento de la demanda de alimentos. Consistieron en progresos técnicos y en cambios en el sistema de propiedad de la tierra.

Progresos técnicos

Cambios en los sistemas de cultivo: La rotación trienal fue sustituida por el sistema Norfolk, un sistema de rotación continua que incluía forrajes para el ganado, máquinas sembradoras y cosechadoras.

Sistema de propiedad:

El antiguo sistema era poco productivo. Por eso, los grandes propietarios ingleses promovieron nuevas leyes que les permitieran sustituir las tierras comunales por propiedades privadas que era obligatorio cercar. Esto provocó que muchos campesinos pobres tuvieran que vender su tierra a la nobleza.

Las transformaciones agrarias aportaron mano de obra y capitales, que pudieron invertirse en la creación de fábricas. Las transformaciones en el comercio interior y el desarrollo del exterior suministraron a la industria británica capitales y productos.

Consecuencias de la Revolución Industrial:

El peso de los países empezó a medirse por su nivel de industrialización, en lugar de por su extensión o capacidad militar. Así, la Revolución Industrial provocó la división del mundo en países industrializados y no industrializados. Impulsó el desarrollo de otras actividades económicas. Favoreció el crecimiento del capitalismo, pues las fábricas necesitaron grandes cantidades de capital para financiarse. Provocó la expansión urbana, puesto que las industrias se localizaron junto a las ciudades. Creó una nueva clase social, el proletariado industrial, inicio del movimiento obrero y de ideologías contrarias al capitalismo. Favoreció el desarrollo de la ciencia y de la tecnología, y aportó nuevos materiales y temas de inspiración al arte.

Los movimientos obreros:

Al principio, los obreros realizaron actos de protesta violentos contra los patronos consistentes en la destrucción de máquinas (ludismo) y crearon sociedades de socorros mutuos. Luego crearon sindicatos con objetivos: mejorar las condiciones laborales, lograr ciertos derechos políticos y organizar las medidas de lucha. Las trade unions fueron legalizadas en 1825 por el parlamento.

La independencia de la América española:

El proceso fue impulsado por los criollos y obedeció a causas internas y externas liberales y revolucionarias europeas. Se dividió en dos etapas: la primera etapa (1810-1814) tuvo lugar durante la guerra de la independencia, que originó la formación de juntas revolucionarias dirigidas por los criollos. Mostraron tendencias independentistas pero fueron reprimidas tras la vuelta de Fernando 7 a España. La segunda etapa (1815-1825) se produjo en tiempos de Fernando 7. Gracias al apoyo británico y estadounidense, los generales San Martín, Simón Bolívar y Sucre consiguieron grandes éxitos militares frente a España. Como consecuencia, España perdió sus posesiones americanas, excepto Cuba y Puerto Rico.



El reinado de Carlos 4: Carlos 4 accedió al trono a la edad de 40 años, y su reinado estuvo marcado por los acontecimientos de la Revolución Francesa. Finalización de las reformas ilustradas y la declaración de la guerra a Francia tras la ejecución de Luis 16 (1793). Los franceses invadieron el País Vasco y Navarra, Godoy firmó la paz de Basilea (1795). En 1807, Manuel Godoy se alió con Napoleón merced al Tratado de Fontainebleau. En él se acordaba la invasión y el reparto de Portugal. Con este pretexto, las tropas francesas entraron en España.

Motín de Aranjuez: Sublevación popular contra la política de Manuel Godoy que instigó el heredero del trono, el futuro Fernando 7. Carlos 4 depuso a Godoy y abdicó a su hijo Fernando. Napoleón atrajo a padre e hijo a Bayona (Francia), logró que ambos abdicasen en él y cedió el trono de España a José Bonaparte (su hermano).

Guerra y Revolución (1808-1814): La invasión de las tropas francesas provocó el levantamiento del pueblo de Madrid el 2 de mayo de 1808, iniciándose así la Guerra de la Independencia. La contienda originó varios grupos ideológicos: los afrancesados, que apoyaron a José Bonaparte; los absolutistas, partidarios de Fernando 7; y los liberales, que querían acabar con el antiguo régimen y elaborar una constitución. Durante la guerra se crearon juntas provinciales de defensa y la Junta Suprema Central. Esta asumió el poder y convocó Cortes en Cádiz.

La Guerra de la Independencia: La lucha se realizó en el campo mediante guerrillas y en las ciudades mediante la resistencia y el levantamiento contra los franceses. Al principio se frenó el avance francés, con la victoria en la batalla de Bailén (1808). Napoleón acudió entonces a España con 250,000 soldados y recuperó casi todo el territorio. Pero en 1812 los franceses fueron derrotados en Arapiles. Como consecuencia, Napoleón se retiraba de España en 1813 y reconocía a Fernando 7 como rey de España y de las Indias.

Las Cortes de Cádiz: Las Cortes se reunieron en Cádiz en 1810 y fueron mayoritariamente liberales. Estos acabaron con el antiguo régimen y diseñaron un nuevo estado reflejado en la Constitución de 1812. Las leyes aprobadas por las Cortes establecieron la libertad de imprenta (1810) y la abolición de los señoríos (1811), de los gremios (1813) y de la inquisición (1813). La Constitución de 1812, la primera en la historia de España, reconocía los derechos individuales como la igualdad ante la ley y establecía la soberanía nacional y la división de poderes. Así, el absolutismo se sustituía por un sistema político liberal.

El reinado de Fernando 7: En el periodo absolutista (1814-1820), Fernando 7 abolió la obra de las Cortes de Cádiz y persiguió a los liberales. Algunos se exiliaron y otros trataron de alcanzar el poder mediante pronunciamientos o golpes de estado militares. En el trienio liberal (1820-1823), tras el triunfo del pronunciamiento de Rafael de Riego, se establecieron la Constitución y las Cortes de Cádiz. Finalmente, Fernando 7 invocó la Santa Alianza – los cien mil hijos de San Luis – que invadió España en 1823 y le permitió restablecer el absolutismo. La década ominosa (1823-1833) estuvo marcada por la brutal represión de los liberales y por el problema sucesorio. Este se planteó en 1830 cuando Fernando 7 derogó la ley sálica, que impedía heredar el trono a las mujeres. Don Carlos no la aceptó y recibió el apoyo de los absolutistas. Este hecho obligó a la reina María Cristina a buscar el apoyo de los liberales moderados.

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