El liberalismo y la unificación de naciones en la era contemporánea

El liberalismo moderado: concepción restrictiva de los derechos y libertades, defensa del sufragio censitario

El liberalismo moderado otorgaba el derecho al voto a aquellos grupos sociales con mayores niveles de renta y priorizaba el orden social por encima de los derechos del ciudadano.



Liberalismo democrático: defensor de la soberanía nacional y la democratización de los poderes ejecutivos y legislativos

El liberalismo democrático reconocía el pleno ejercicio de los derechos políticos a través del sufragio universal y el derecho al voto de los ciudadanos adultos.



División de poderes: ejecutivo, legislativo y judicial

Los poderes del Estado residen en instituciones independientes para evitar la tiranía: el ejecutivo es ejercido por el gobierno, el legislativo por el parlamento y el judicial por los tribunales.



Soberanía nacional: el poder pertenece a los ciudadanos

La soberanía nacional y la legitimidad política pertenecen a los ciudadanos. El poder puede ser ejercido a través de instituciones representativas elegidas por la ciudadanía y se cristaliza en el derecho al sufragio para elegir a los representantes.



Igualdad ante la ley y las 4 libertades

Los ciudadanos no son iguales ante la ley, independientemente de su nacimiento, orígenes y fortuna. Disfrutarán de derechos y libertades inalienables, destacando las libertades de asociación, expresión y pensamiento, aún en contra de la censura. La separación de iglesia y estado es una consecuencia del final de los privilegios y de la proclamación de la igualdad judicial, lo que reduce la influencia de la iglesia en el ámbito político.



Constitucionalismo: garantía de derechos y libertades

Una constitución garantiza los derechos y libertades y todas las decisiones deben estar sometidas a ella. Gobiernan y son gobernados todos los ciudadanos.



Independencia de Estados Unidos

En Estados Unidos, el incremento de la presión fiscal llevó a la monarquía a establecer tributos a los colonos. La Ley del Timbre obligaba a pagar una tasa sobre documentos y se implantaron impuestos a la importación de té y otros productos. Además, la corona impuso restricciones a la actividad económica en América, lo que era percibido por los colonos como un obstáculo que beneficiaba a los británicos. Los habitantes de las colonias carecían de representantes en el parlamento, lo que hacía considerar ilegítimas las leyes aprobadas por no respetar sus derechos ni tener en cuenta sus intereses.



Unificación de Alemania

El proceso de unificación alemana fue promovido por Otto von Bismarck. En la Guerra de los Ducados de 1864, la alianza entre Prusia y Austria derrotó a Dinamarca. En la guerra contra Austria en 1866, Prusia atacó y venció a Austria. Bajo el liderazgo de Prusia, se fundó la Confederación Alemana del Norte en 1867. En la guerra franco-prusiana de 1870, tras la victoria en Sedán, se proclamó el Segundo Reich alemán y se cedieron las regiones de Alsacia y Lorena a Alemania.



Unificación de Italia

La unificación de Italia se logró mediante la anexión de Lombardía con la ayuda de la Francia de Napoleón III. En 1860, una expedición dirigida por Giuseppe Garibaldi conquistó las Dos Sicilias y se las cedió al Piamonte. En 1861, se convocó el primer parlamento nacional italiano y se proclamó rey de Italia a Víctor Manuel II de Saboya. La región de Venecia se integró en el reino de Italia tras la derrota austríaca en la guerra contra Prusia en 1866. Tras la derrota francesa en la guerra contra Prusia, las tropas italianas ocuparon Roma y la proclamaron como la capital de Italia, convirtiendo al país en una monarquía parlamentaria liberal.



Revoluciones francesas y el comienzo de la era contemporánea

Las crisis económicas y fiscales llevaron a la bancarrota y a la necesidad de reformas en Francia. La difusión del liberalismo cobró fuerza entre los círculos burgueses, que criticaban el absolutismo y defendían la división de poderes y los derechos ciudadanos. La sublevación de las 13 colonias británicas en América impulsó el cambio y la proclamación de la libertad y la igualdad como valores de la independencia en 1776. Se produjo la abolición de los derechos señoriales, la justicia ejercida por los señores y el diezmo que los campesinos pagaban al clero. Además, se abolió la esclavitud en las colonias. Las constituciones liberales de 1791 y 1793 avanzaron en la senda democrática, estableciendo el sufragio universal masculino, el derecho al trabajo, a la educación, a la asistencia pública y a la rebelión frente a la injusticia. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano consagra los valores de libertad, igualdad y fraternidad, que hoy figuran en las constituciones democráticas de todo el mundo.



Nacionalismo liberal y conservador

El nacionalismo liberal tiene sus orígenes en la Revolución Inglesa y la Ilustración, y se materializó políticamente en la independencia de Estados Unidos y la Revolución Francesa. El nacionalismo conservador, por otro lado, se basa en la defensa de los valores del antiguo régimen y considera a las naciones superiores. La ideología nacionalista reforzó la lucha contra el antiguo régimen y tuvo un efecto tanto centrífugo como centrípeto en los estados plurinacionales, dependiendo de si operaba como elemento disgregador o aglutinador.

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