1.- I GUERRA CARLISTA
Después de la muerte de Fernando VII da comienzo la I Guerra Civil que parecía una guerra entre isabelinos y carlistas pero no fue solo así. Aumenta la diferencia entre liberales y absolutistas. Los carlistas contaban con el apoyo de propietarios rurales, la aristocracia antigua, parte del clero y los artesanos, mientras que los liberales tuvieron el apoyo de la burguesía, parte de la nobleza, algunos sectores urbanos y todos aquellos que rechazaban el absolutismo.
Los carlistas controlaron amplias zonas urbanas del norte, la guerra destacó más en el País Vasco, Aragón, Cataluña y Valencia. Las razones fueron dos: primero porque la conservación de los fueros se oponía al centralismo liberal y segundo, porque la propiedad de la tierra estaba repartida en explotaciones familiares que fueron perjudicadas por leyes fiscales que llevaron a cabo los liberales.
La guerra fue muy larga y muy destructiva por la estrategia de los guerrilleros que implicaban a la población civil. Los primeros sucesos durante la guerra fueron a favor de los carlistas. Zumalacárregui organizó un ejército que dominó casi todo el País Vasco y Navarra. Se establece la corte en Elizondo y más tarde en Vergara. Don Carlos muere en la batalla de Mendigaría en el asedio de Bilbao. En este momento la guerra cambia de situación, hay un equilibrio ya que los liberales consiguen mejores recursos aunque los carlistas consiguen todavía éxitos espectaculares, pero Espartero consigue la victoria de Lutxana que permite levantar el asedio de Bilbao de los carlistas. Así dan comienzo grandes tensiones entre los carlistas porque no pueden ganar la guerra.
El general carlista Maroto llega a un acuerdo con Espartero, el llamado abrazo de Vergara mediante el cual los dos bandos firman la reconciliación y el reconocimiento de los empleos y condecoraciones obtenidos durante el conflicto.
Los militares carlistas aceptaron a la reina Isabel y los liberales se comprometieron a respetar los fueros vascos y navarros. Carlos María Isidro se marcha al exilio al no encontrar apoyos y la guerra se prolonga durante un año en el Maestrazgo.
El general Cabrera protagoniza la resistencia hasta que abandona Morella por la presión de Espartero y se marcha a Francia. Así finaliza la guerra carlista y se asienta el liberalismo en España.
2.- La desamortización de los bienes eclesiásticos
Había sido un medio ya utilizado primero por Godoy y más tarde por los liberales de Cádiz y del Trienio para conseguir recursos para el Estado con la venta de tierras propiedad de la Iglesia y de los ayuntamientos. En el año 1836, el presidente Mendizábal decretó la disolución de las órdenes religiosas (excepto las dedicadas a la enseñanza y a la asistencia hospitalaria) y nacionalizó el patrimonio de las órdenes disueltas. Los bienes desamortizados fueron puestos a la venta mediante subasta pública a la que podía acceder cualquiera que estuviese interesado en su compra. Se podían pagar en metálico o a cambio de títulos de la deuda pública.
Objetivos:
- Objetivo financiero: conseguir ingresos para el Estado, recursos para costear la guerra carlista y reducir la Deuda Pública.
- Objetivo político: ampliar el número de apoyos al régimen liberal entre los compradores de bienes desamortizados.
- Objetivo social: crear una clase media agraria de campesinos propietarios.
- Objetivo económico: el desarrollo de la agricultura más productiva, al pasar la tierra a unos propietarios más emprendedores y dispuestos a introducir mejoras en las formas de cultivo.
SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874): RESUMEN
La revolución de 1868, llamada Gloriosa, acabó con el reinado de Isabel II en España. El inspirador y figura más destacada de la revolución fue el general progresista Juan Prim que había promovido el Pacto de Ostende (1866) en el que se aliaron los progresistas con unionistas y demócratas para derribar a la reina. En septiembre de 1868 Prim se pronunció en Cádiz junto al almirante Topete y el general Serrano, líder de los unionistas. Con la Revolución se perseguían dos objetivos: derrocar a Isabel II y convocar Cortes Constituyentes por sufragio universal para decidir el futuro. Tras el triunfo de la misma, Isabel II marchó a Francia el 30 de septiembre de 1868, iniciándose el Sexenio Democrático (1868-74). Se pasará por las siguientes etapas:
- Gobierno Provisional (octubre 1868-junio 1869): estaba presidido por Serrano y compuesto por unionistas y progresistas, entre ellos Prim (ministro de la Guerra). Quedaron fuera los demócratas, que dominaban en las Juntas Revolucionarias, surgidas en numerosas ciudades para apoyar la revolución, que fueron disueltas. Se convocaron Cortes Constituyentes, formadas con amplia mayoría de los políticos de centro. Redactaron la Constitución de 1869. La forma de Estado establecida será la monarquía pero sin los Borbones.
- Regencia de Serrano (junio de 1869-1870): una vez aprobada la Constitución, Serrano fue nombrado regente y Prim jefe de gobierno. Hubo que buscar un rey – tarea no fácil- que finalmente fue Amadeo de Saboya, el candidato de Prim. Durante este periodo se estableció la peseta como moneda, se promulgó la Ley de Minas, que permitían su venta a empresas privadas – por lo general extranjeras- y rebajó los aranceles aduaneros para facilitar el librecambismo.
- La monarquía democrática de Amadeo I (enero 1871- febrero 1873) no llegó a consolidarse por la confluencia de muchos problemas (asesinato de Prim, su valedor; división de los progresistas; falta de apoyos sociales; guerras en Cuba y Tercera Guerra Carlista) y el rey finalmente abdicó.
- Primera República (febrero 1873-enero 1874): El 11 de Febrero de 1873 se proclamó la Primera República como solución de urgencia tras la abdicación de Amadeo. Pasó por cuatro presidentes (Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar) en menos de un año. Tuvo muchos problemas: falta de apoyo popular, división de los republicanos en federales y centralistas, agitación social, las guerras en Cuba y la Tercera Carlista y por último el Cantonalismo, un movimiento insurreccional consistente en la proclamación de cantones independientes (se proclamaron independientes los cantones de Cádiz, Algeciras, Málaga, Salamanca, Toro y muchos otros, pero el más importante fue el de Cartagena).
- Golpe de Estado y República autoritaria (enero-diciembre 1874): La Primera República acabó con el golpe de Estado del general Pavía a comienzos de 1874, estableciéndose la República autoritaria presidida por Serrano. El líder del partido alfonsino, Cánovas del Castillo, preparó la vuelta de los Borbones en la persona de Alfonso, hijo de Isabel II. Tras el pronunciamiento en Sagunto del general Martínez Campos (diciembre de 1874), Alfonso XII fue declarado rey, comenzando la Restauración.