Revolución Industrial, proceso de cambios tecnológicos, sociales y económicos. Sus orígenes se datan en Inglaterra entre 1760-1780, pero la difusión de las novedades técnicas y la expansión de la sociedad industrial no se produjeron hasta mediados del S.XIX. 1.1 Los antecedentes de la industria: en la Europa del S.VIII, la mayor parte de la riqueza provenía de la tierra. En el campo predominaba la agricultura de subsistencia, que tenía crisis agrarias que impedían el aumento de la población. Las actividades artesanales estaban muy limitadas por la tecnología y las trabas legales de la sociedad del Antiguo Régimen. La producción de alimentos y de bienes era muy baja y el comercio tenía obstáculos. Se notaban cambios económicos. La industria doméstica del mundo rural (protoindustrialización). Gran Bretaña, Holanda, el norte de Italia o el noreste de España añadían recursos extra de una producción manufacturera artesanal. 1a fase de trabajo autónomo, llamada sistema doméstico y su evolución posterior, sistema de trabajo a domicilio. El sistema doméstico, los campesinos, cuando permitían las labores de campo, realizaban trabajo artesanal y vendían en los mercados sus manufacturas. El sistema de trabajo a domicilio implicaba el control del proceso productivo del comerciante, convertido en un empresario pequeño. Proporcionaba a los campesinos materias primas e instrumentos, fijaba los precios y recogía la producción. Sistema fabril: concentración de capital, trabajadores, materias primas y herramientas en un espacio, origen de fábricas urbanas. 1.2 Gran Bretaña, pionera en la industrialización: la primera región del mundo donde se produjo el proceso de industrialización fue Europa occidental, el espacio geográfico con mayor prosperidad, porque en ella estaban las metrópolis de los grandes imperios coloniales del S.XVIII. Varios factores: – En el S.XVIII, Gran Bretaña controlaba un gran imperio colonial, dominaba las principales rutas marítimas y dirigía el mercado de importación de materias primas. Los beneficios del comercio exterior proporcionaron parte del capital necesario para la inversión industrial y la creación del sector financiero. – La expansión del mercado exterior iba unida al crecimiento de un mercado interior bien integrado. No había aduanas interiores ni obstáculos físicos relevantes. Una importante red de puertos, carreteras y canales y una demanda progresiva de bienes debido al crecimiento demográfico y al poder adquisitivo de las clases medias urbanas y rurales.
2.2 Los cambios demográficos: en el S.XVIII y S.XIX, en Gran Bretaña se produjo un crecimiento demográfico sin precedentes. Este aumento de la población se debió al mantenimiento de una tasa de natalidad muy alta, y a la disminución de la tasa de mortalidad, (Transición demográfica). La caída progresiva de la tasa de mortalidad se debió a la mejora de la alimentación y de la higiene: – La dieta enriquecida gracias al crecimiento de la producción agraria. – Los avances en la higiene por el acceso progresivo de la población al jabón y al agua potable, y extensión del alcantarillado. – Progresos de la medicina y las primeras vacunas. El aumento sostenido de la población proporcionó la mano de obra abundante y barata para el inicio del proceso fabril y mayor demanda de productos. El crecimiento de la demanda contribuyó al despegue industrial en Gran Bretaña. El nacimiento de la industria moderna está vinculado a la aparición y extensión del sistema fabril: nuevo modelo de producción que concentraba en el espacio de la fábrica el capital y los trabajadores. El despegue industrial se produjo en la producción textil y en la siderurgia. 3.1 Los sectores pioneros: La industria textil algodonera, sector más importante de la industrialización británica. La prohibición de importar tejidos de algodón estampados (indianas) estimuló la producción interior. Crecimiento continuo de la demanda promovió la adopción de innovaciones tecnológicas. En 1733, John Kay inventó la lanzadera volante, telar que permitía tejer piezas más grandes en menos tiempo. En 1764, James Hargreaves ideó la spinning Jenny, máquina de hilar que multiplicaba la capacidad de las antiguas ruecas manuales. Water frame de Richard Arkwright (1769). Cartwright, telar mecánico en 1785. Máquina de vapor, inventada por James Watt en 1769. Mejora decisiva para la producción fabril. La demanda de hierro y de carbón de la industria textil fomentó el desarrollo de la siderurgia. Con la difusión de los altos hornos y el carbón de coque. Orión y Cort inventaron el pudelado y el laminado del hierro. Las industrias siderúrgicas comenzaron a instalarse en las cercanías de las minas de carbón. El sector se vio impulsado por la creciente necesidad de maquinaria para la industria textil, por la extensión de la red ferroviaria. Nueva etapa en el proceso de fundición por la utilización del convertidor de Bessemer (1856), que permitía la transformación de hierro fundido en acero.
3.2 Transportes: revolución de transportes, segunda mitad del S.XVIII, con construcción de canales y carreteras. Cambio revolucionario se aplicó de la máquina de vapor al transporte terrestre (ferrocarril) y marítimo (barco de vapor) en 1830. El tiempo empleado en los viajes disminuyó de forma espectacular, los desplazamientos de pasajeros y mercancías se hicieron más seguros y baratos, el gran volumen de carga redujo los costes de transporte de materias primas y productos elaborados. En 1814, George Stephenson construyó la primera locomotora de vapor y en 1829 obtuvo la concesión para construir la primera línea de ferrocarril, entre Liverpool y Manchester. El ferrocarril se convirtió en el motor principal de la industrialización. La navegación a vapor se inició antes, pero su progreso fue más lento. A mediados del S.XIX, los barcos de rueda de paletas fueron sustituidos por los de hélice, mucho más potentes y mejor preparados para las travesías transatlánticas. En las décadas posteriores aumentó el tonelaje y la velocidad de los barcos, y comenzó la fabricación de cascos de hierro y de acero.