La Restauración Borbónica (1874-1902): Cánovas Del Castillo Y El Turno De Partidos. La Constitución De 1876.
Tras gobernar a Amadeo de Saboya, la República pronto fracasó y fue Cánovas del Castillo quien impulsó a Isabel II a abdicar en su hijo Alfonso y comenzar así un proceso de Restauración. En 1874 Alfonso de Borbón firma el manifiesto de Sandhurst, estableciéndose una monarquía constitucional. El General Martínez Campos efectuó un pronunciamiento en Sagunto, y el monarca fue proclamado como tal. La ideología de la restauración estuvo marcada por la línea de pensamiento de Cánovas; siguiendo las llamadas “verdades básicas”, que clamaban una monarquía borbónica en una España unida bajo un juego de partidos políticos.
La Restauración Borbónica (1874-1902): Los Nacionalismos Catalán Y Vasco Y El Regionalismo Gallego. El Movimiento Obrero Y Campesinado.
Al morir Alfonso XII se firma el Pacto del Pardo, afianzándose el sistema político de turnos entre los partidos Conservador y Liberal. Ante esta situación surgen nuevas corrientes, oposición y la sociedad española se segrega. El carlismo pervive en España, apoyado por el Vaticano, el País Vasco y Navarra; siendo de corte absolutista. El republicanismo se fragmenta en posibilistas, liderados por Emilio Castelar; Unión Republicana, con Nicolás Salmerón; el Partido Republicano Radical, por Ruiz Zorrilla y el Republicano Federal, de Pi i Margall. Asimismo, encontramos desertores en la Restauración con los nacionalismos, que pretendían crear instituciones propias o incluso la independencia. En Cataluña se originó en el siglo XIX, ligado a la Renaixenca, promoviendo el uso de la lengua catalana. En 1882 Centre Catalá es creado para reivindicar las limitaciones de su derecho civil, apoyados por la burguesía. Se fundó en 1891 la Unión Catalanista, que elaboró las Bases de Manresa, proponiéndose a la autonomía y restablecimiento de instituciones, proyecto conservador. En el País Vasco surge como respuesta a la abolición de fueros, culpando al liberalismo, industrialización e inmigración. Sabino Arana creó en 1895 el Partido Nacional Vasco (PNV).
El Problema De Cuba Y La Guerra Entre España Y Estados Unidos. La Crisis De 1898 Y Sus Consecuencias Económicas, Políticas E Ideológicas.
En 1878 acaba la primera guerra de Cuba, sin embargo los criollos, apoyados por Estados Unidos, deseaban algo más que la autonomía. De esta manera, el 24 de febrero de 1895 comienza una revolución liderada por José Martí, bajo el llamado grito de Baire: “¡Viva Cuba libre!”. La Asamblea Constituyente nombra a Salvador Cisneros presidente con una Constitución democrática. Ante tal conflicto, España envía generales como Martínez Campos o Valeriano Weyler para sofocar la revueltas, pero estos fracasaron pues no conocían el terreno y los cubanos estaban intensamente apoyados por USA. Cuando en 1897 Cánovas es asesinado, Sagasta le otorga a Cuba la autonomía con el General Ramón Blanco. Sin embargo, Cuba reclamaba emanciparse. La guerra hispano norteamericana tiene su origen en las tensiones producidas tras la negativa del Gobierno Español de vender Cuba a EEUU; por ello los estadounidenses respaldaban a los criollos y sus deseos independentistas. En 1898 sucedió la explosión del Maine en la Habana, acontecimiento que estimuló a estadounidenses para retirar a España de la isla. Finalmente Estados Unidos venció a españoles tras varias contiendas (batalla de Cavit). Puerto Rico apoyaba España hasta ese momento. El 10 de diciembre, con la Paz de París, España pierde todas sus colonias, acabando con el gran Imperio. Estados Unidos recibe Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la Isla de Guam como naciones tuteladas. Debido a todas estas circunstancias, nos referimos a este periodo como el “Desastre del ’98”; una crisis que afectó en varios aspectos al territorio español. Las consecuencias económicas fueron devastadoras, pues la pérdida de las colonias y su industria textil, supuso un fin para las importaciones y una fuente de ingresos importante. Políticamente se intentaron establecer medidas para afrontar la derrota: “España se encontraba sin pulso”. El país sufrió también una crisis de identidad que se plasma en autores de literatura, que formaban la Generación del ’98, como Unamuno, Pío Baroja o Azorín. Ellos proponían una España europeizada y moderna. Se creó la Institución Libre de Enseñanza para afianzar la educación, sin embargo, la propuesta solo llegó a las clases acomodadas.