La posguerra y los inicios del régimen
La caída del «Cinturón de Acero» en Bilbao el 19 de junio de 1937 supuso, en la práctica, el fin de la guerra, aunque prosiguió hasta la firma del Pacto de Santoña el 24 de agosto de 1937. A partir de ese momento se configuran dos bandos: los «vencedores» y los «vencidos». Las consecuencias fundamentales del fin de la guerra en Euskadi son: procesos a los detenidos, fusilamientos, encarcelamientos, exilio y confiscaciones de bienes. Sin embargo, la «gran represión» no se produjo hasta la finalización de la guerra (ley de Responsabilidades Políticas-1939). Se suprime el estatuto de Autonomía en las llamadas «provincias traidoras» mientras se mantiene el concierto Económico en Álava porque había apoyado la sublevación militar. Los años de posguerra son económicamente muy duros. Las causas devienen tanto de las propias de una guerra civil como de la política autárquica. Políticamente son años de esperanza derivados de la evolución de la 2ª Guerra Mundial en tanto que en el interior lo más significativo fue el Pacto de Baiona en 1945 con el resto de las fuerzas españolas que apoyaban la República.
La consolidación del régimen y sus consecuencias
La Guerra Fría trunca las esperanzas de la oposición vasca ya que Franco pasa a ser aliado de las potencias occidentales por su anticomunismo. Las consecuencias fueron inútiles porque no consiguieron ningún apoyo, la represión acabó con la oposición interna y el gobierno franquista logró ser reconocido internacionalmente en los años cincuenta. Un nuevo intento de reacción fue el Congreso Mundial Vasco. Sus objetivos fueron: reafirmar la confianza en el Gobierno Vasco y reivindicar el Estatuto Vasco y el Pacto de Baiona. Su éxito fue muy relativo por las discrepancias surgidas: las fuerzas españolas no apoyaron su autonomía, se expulsó a los miembros comunistas en la oposición vasca y nacieron fuertes disensiones internas en el seno del PNV. La iglesia en el País Vasco estuvo controlada radicalmente por el Régimen Franquista, aunque, en la clandestinidad, bastantes sacerdotes y religiosos eran proclives al nacionalismo. El Gobierno Vasco en el exilio firmó en 1957 el Pacto de París (renuncia a la República y apoyo a la democracia para aunar a las fuerzas opositoras más moderadas).
El nacimiento de una oposición (los años 60)
Situación: a nivel político son años de consolidación de la legitimación internacional. La oposición es débil aunque comienza a fortalecerse. A nivel económico existe un giro aperturista (se abandona la política autárquica) propiciado por los tecnócratas del Opus Dei. Se inicia la época del «desarrollismo» que, junto a resultados económicos muy positivos, trae consigo, también, algunas consecuencias negativas (urbanización masiva y caótica, contaminación…). El movimiento opositor tradicional se articula en torno a los siguientes puntos: relevo generacional, nueva estrategia, iniciación del cooperativismo, aumento de las huelgas, medidas liberalizadoras y manipulación de medios. La Iglesia en el País Vasco adquiere una postura militante y nacionalista. La lentitud de reacción por parte del PNV (debilitamiento interior por represión, pérdida de apoyo internacional y disputas internas) motiva la aparición de EKIN (1950: grupo juvenil universitario de familias nacionalistas, aconfesional, defensa del euskera y de la independencia de Euskalerria. En 1955 se integran en el PNV -Euzko Gaztedi-. En 1957 se excinde del PNV y en 1959 se autodisuelve para formar ETA). En sus tres primeros años de vida, ETA se dedica a realizar pintadas en muros y colocar explosivos. La represión consiguiente motiva los primeros exilios a Francia.
La evolución económica
Los años de posguerra fueron económicamente muy duros. Las causas fueron: la destrucción provocada por la guerra civil y la política autárquica de autoabastecimiento. La sociedad pasó hambre, las industrias y el comercio se debilitaron por falta de materias primas y combustibles. Hubo un crecimiento industrial en los años 40 y una industrialización en los 50. El País Vasco seguía siendo una de las principales zonas industrializadas en España. Se abandonó la autarquía con el plan de estabilización de 1959 propiciado por los tecnócratas del Opus Dei. Se inició el desarrollismo que tuvo resultados positivos y negativos. Se reforzó la industrialización y surgieron nuevas áreas industriales. Hubo un fuerte crecimiento demográfico gracias a la inmigración a Bizkaia y Gipuzkoa de otras provincias. Creció también la clase obrera provocando problemas sociales y ciudadanos: escasez de viviendas que provocaba chabolismo, carencias de centros de aprendizaje y salud y construcción de nuevos barrios obreros sin equipamientos básicos. El desarrollismo propició la aparición de una sociedad de consumo (teléfonos, coches, electrodomésticos…).
Oposición y fin del franquismo
Los años finales del franquismo avivan la oposición en la sociedad vasca que vive la contradicción entre el fuerte desarrollo económico y social y la nula apertura política, las consecuencias más evidentes de ello son las notorias desigualdades, los fuertes contrastes territoriales y la violenta reacción del régimen. Los republicanos quedaron inoperantes, los comunistas mantuvieron la lucha a través del maquis. En el nacionalismo vasco, las bases del PNV se escinden y fundan el movimiento ETA. El juicio de Burgos será uno de los momentos clave de estos años. La iglesia acentúa su crítica siendo su momento álgido el conflicto con el obispo de Bilbao. El movimiento obrero amplifica la protesta social, política y económica.