LOS NACIONALISMOS
El Nacionalismo Vasco y Gallego
El nacionalismo vasco y gallego concentraron sus esfuerzos en el ámbito cultural. En el caso vasco, se planteaba la lucha por la recuperación de la comunidad que estaba en crisis a causa de la industrialización. En el caso gallego, se buscaba la dignificación de una cultura de raíz campesina. El nacionalismo gallego no logró una presencia significativa en las instituciones políticas durante la Restauración.
El Nacionalismo Catalán
El nacionalismo catalán desarrolló una presencia activa en la vida parlamentaria e incluso la entrada en varios gobiernos de la monarquía. Su propuesta consistía en la modernización de la política elaborada en una sociedad desarrollada de España y dirigida por una burguesía industrial y comercial. El líder de esta opción política fue Francesc Cambó, que se apoyaba en dos pilares:
- La reivindicación de la autonomía para Cataluña.
- La reforma conservadora y elitista, pero eficaz, de la administración del Estado.
Lliga Regionalista
Fundada por Cambó en 1901, terminó con la hegemonía de los partidos dinásticos en Cataluña.
CRISIS DE 1917
El año 1917 es una fecha simbólica en la que se hizo patente la crisis del liberalismo español sin que de ella surgiera una alternancia clara. En este estallido influyeron tres procesos:
- Los problemas políticos que se venían incubando desde atrás.
- La coyuntura de expansión económica.
- La conflictividad social que estaba provocando la Guerra Mundial.
En el verano del 17 confluyeron tres conflictos: militar, político y social.
Balance de la Crisis
Del balance de la triple crisis del 17 parecían deducirse tres hechos fundamentales:
- Los gobiernos del partido ya no podían continuar la ficción del turno.
- El reformismo regeneracionista se vio desbordado por el peligro de una revolución social.
- El ejército avanzó en su participación en la política dado que la presión de las Juntas acabó por derribar al gobierno.
LA COALICIÓN AZAÑISTA
Azaña accedió por primera vez a la presidencia del gobierno en octubre de 1931 después de las dimisiones de Alcalá-Zamora y Miguel Maura provocadas por la solución dada en las Cortes a la cuestión religiosa. En líneas generales, Azaña mantuvo el gobierno de abril con la incorporación de José Giral. Una de sus primeras acciones fue la aprobación en las Cortes de la Ley de Defensa de la República. El prestigio alcanzado por Azaña en los debates parlamentarios y en el desempeño del gobierno, así como el apoyo de los socialistas a su continuidad, determinaron su elección como presidente. La composición del gobierno de Azaña de diciembre de 1931 tuvo mayores consecuencias de las previstas. El centro de gravedad del ejecutivo descansaba en una alianza entre los republicanos de izquierda y los socialistas, de forma paralela a lo que estaba sucediendo en varios países europeos, pero la opción por los socialistas conllevaba la primera escisión de la vieja alianza republicana.
Esta coalición socialista, presidida por Azaña, se mantuvo en pie hasta finales del verano de 1933. Fue el gobierno más estable de la República y el responsable de las principales acciones de reforma de todo el régimen. Se podían destacar los siguientes ámbitos:
- La política de obras públicas.
- La política educativa y cultural.
- Equilibrio del presupuesto y saneamiento económico.
- Legislación social y Ley de Contrato de Trabajo.
REFORMA AGRARIA
Había dos grandes alternativas para afrontar el problema agrario:
- Llevar a cabo una reforma técnica que lograse una mayor productividad.
- Emprender una reforma social que combinase productividad con una mejor distribución de la tierra.
El reformismo agrario de los republicanos había comenzado ya con el gobierno provisional que adoptó medidas favorables a los arrendatarios, pero el núcleo de la reforma agraria se centró en las regiones caracterizadas como latifundistas. Una de las causas del problema agrario español estribaba en la desigual distribución de la propiedad de la tierra. Un grupo de técnicos elaboró la Ley de Reforma Agraria. Esta ley se convirtió en objeto de un duro debate parlamentario. Esta ley no fue aprobada hasta septiembre de 1932. La reforma consistía en una política de expropiación mediante la indemnización de fincas de labranza no explotadas directamente por sus propietarios. De su puesta en práctica se encargó el Instituto de Reforma Agraria (IRA). Los resultados de la reforma agraria fueron reducidos por varios motivos:
- La complejidad prevista para llevar a cabo todo el proceso.
- La fuerte oposición social que provocó en las regiones latifundistas.
- La lentitud de la burocracia administrativa del IRA.
- Las propias contradicciones de la dirección política de la reforma.