Auge de los Reinos Cristianos en la Baja Edad Media: Economía, Política y Sociedad

REINOS CRISTIANOS: DEL ESTANCAMIENTO A LA EXPANSIÓN ECONÓMICA

La economía de los reinos cristianos en la Baja Edad Media experimentó una transformación significativa. Inicialmente, se basaba en una agricultura de cereales, pero con la conquista de las tierras del sur y la adopción de sus sistemas de cultivo y riego, la producción mejoró notablemente. En la Corona de Castilla, los cultivos de regadío adquirieron gran importancia, mientras que la ganadería trashumante prosperó, a pesar de los conflictos con los agricultores. El rey Alfonso X apoyó a los ganaderos con la creación del Honrado Concejo de la Mesta, ya que la ganadería, especialmente la oveja merina y su lana de alta calidad, generaba importantes ingresos para la Corona. En cuanto a las actividades artesanales, destacaron la producción textil, la metalurgia y la construcción naval.

El comercio se vio impulsado por la introducción de nuevas monedas en el siglo XI, gracias a las parias obtenidas de los reinos musulmanes. Surgieron cambistas y bancos, y se desarrollaron las ferias comerciales tanto en el interior como en el exterior, con la exportación de lana y hierro vizcaíno como principales productos. En la Corona de Aragón, el desarrollo agrario comenzó en el siglo XI con la expansión del cultivo de la vid, y la ganadería también adquirió importancia. Los excedentes de la producción agropecuaria impulsaron el comercio y las actividades artesanales, especialmente el comercio internacional, con el desarrollo de ferias y nuevas instituciones mercantiles.

NACIMIENTO DE LAS CORTES

En las monarquías hispánicas medievales, el rey ocupaba la cima del poder, pero su autoridad estaba limitada por la autonomía de los señoríos y los privilegios del clero y la nobleza. A partir del siglo XIII, surgieron las Cortes o Parlamentos, originadas en las reuniones extraordinarias de la corte real con la participación de ciudadanos de mayor poder económico de las ciudades. El rey convocaba estas reuniones para debatir temas importantes y obtener apoyo económico. En las Cortes se votaban las peticiones económicas del rey, y éste se comprometía a tener en cuenta las peticiones de los estamentos. Las primeras Cortes se celebraron en el reino de León, y luego en Cataluña, Aragón y Valencia.

Aunque las Cortes mantuvieron una estructura similar en todos los reinos, existieron algunas diferencias. En Castilla, se impuso un modelo autoritario, donde las instituciones vieron reducidas sus funciones y la monarquía fortaleció su control sobre los municipios y la recaudación de impuestos. El rey pudo gobernar sin depender de las Cortes debido al desinterés de la nobleza y la Iglesia en participar en ellas. En la Corona de Aragón, se implantó un modelo pactista, donde cada territorio mantuvo sus propias Cortes. La fortaleza de los nobles y la Iglesia otorgó a las Cortes un gran poder legislativo, ya que el rey no podía legislar sin su consentimiento y se comprometía a respetar las leyes.

SOCIEDAD ESTAMENTAL

La sociedad medieval se dividía en tres estamentos: la nobleza, el clero y el pueblo llano. La nobleza y el clero gozaban de privilegios fiscales, sociales y jurídicos, mientras que el pueblo llano carecía de ellos. La nobleza y el clero formaban grandes familias unidas por lazos de solidaridad, y su autoridad se afianzó cuando los reyes les concedieron funciones de gobierno. Sus privilegios incluían la exención de impuestos y la existencia de leyes y tribunales especiales. Dentro de estos estamentos, existían diferencias: la alta aristocracia poseía grandes propiedades y rentas, mientras que la baja nobleza consolidó su posición con el mayorazgo.

El pueblo llano se regía por la ley común. Los campesinos constituían la mayoría de la población, con diferencias entre el norte, donde abundaban los campesinos libres con pequeñas propiedades, y el sur, donde predominaban los grandes señoríos con campesinos siervos. En las ciudades, vivían artesanos y comerciantes. Las minorías religiosas más importantes eran los mudéjares, dedicados al trabajo agrícola y artesanal, y los judíos, que desempeñaban funciones administrativas y financieras bajo la protección de los monarcas. Las relaciones entre cristianos y judíos se deterioraron debido a la envidia por su enriquecimiento como recaudadores de impuestos.

La feudalización de la sociedad cristiana alcanzó su apogeo en los siglos XI y XII, caracterizada por la pérdida de poder monárquico, el fortalecimiento de la nobleza y la ausencia de un poder centralizado. A partir del siglo XIII, los reyes comenzaron a recuperar poder a expensas de la nobleza.

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