De Teruel a la Batalla del Ebro
El ejército franquista retomó la iniciativa y lanzó en marzo una ofensiva general en el frente de Aragón. Finalmente, el 15 de abril, las tropas franquistas alcanzaban el Mediterráneo. La llegada franquista al Mediterráneo produjo una crisis interna en el bando republicano.
El Final de la Guerra
El 23 de diciembre, el Ejército franquista desencadenó sobre Cataluña su última gran ofensiva. La capital catalana cayó el día 26 de enero. Las divisiones en el bando republicano eran graves y no tardaron en quebrar la resistencia. El 5 de marzo se produjo un golpe de estado encabezado por el coronel Casado, jefe del Ejército del Centro, y por el dirigente socialista Besteiro. El día 12, Casado pudo controlar Madrid. El 28 de marzo, unidades franquistas entraron en Madrid. El 30, Franco celebró su victoria.
La Superioridad Militar como Causa de la Victoria Franquista
El desequilibrio militar entre ambos bandos fue uno de los principales factores. Frente a un ejército rebelde bien organizado, cuyos regimientos permanecían casi íntegros y que contaba con mandos profesionales suficientes y la baza decisiva del Ejército de África, la República inició la guerra con un conjunto de restos de unidades. Para cuando prepararon las unidades, ya habían perdido gran parte del terreno. Estaban muy mal preparados.
La Dimensión Internacional del Conflicto
La Reacción Internacional ante la Guerra y el Comité de No Intervención
Desde su inicio, la guerra española se convirtió en un conflicto de trascendencia internacional. La opinión pública progresista y el movimiento obrero internacional se alinearon con la República. Los conservadores apoyaron el bando sublevado. En agosto, por iniciativa británica, se constituyó el Comité Internacional de No Intervención. Los firmantes se comprometieron a permanecer neutrales y evitar el suministro de armas y recursos a ambos contendientes. Pero el acuerdo de No Intervención resultó ser un fraude. Francia e Inglaterra lo cumplieron, pero Alemania e Italia enviaron material, hombres y dinero al bando franquista durante toda la guerra. El Pacto de Múnich significó el fin de las esperanzas de la República Española.
La Ayuda Extranjera
Además de la superioridad militar de los franquistas, la desigual ayuda exterior fue la otra causa determinante de su victoria. Tras el golpe, Mola y Franco solicitaron a Italia y Alemania dinero, armas y barcos. Mussolini envió munición y material de guerra, y Alemania, muchos barcos. La Alemania nazi armó a los sublevados y envió a la Legión Cóndor, aviones alemanes. También tuvieron la colaboración de Portugal. Los franceses no aportaban nada a la República, y fue más tarde cuando recibieron la ayuda de los rusos. La llegada de los materiales rusos resultó nefasta, y con la gran aportación alemana a los franquistas, la batalla resultaría definitiva. La otra ayuda que recibió la República fue la de las Brigadas Internacionales.
La Evolución Política de las Dos Zonas
La Revolución de 1936 en la Zona Republicana
Tras el golpe de julio de 1936, comités de los partidos y sindicatos obreros se hicieron con el control de los transportes, servicios urbanos, suministros militares y centros de producción. Fueron incautadas las propiedades de la Iglesia. La España Republicana asistía en el verano de 1936 a una auténtica revolución social.
El Gobierno de Unidad y las Tensiones Internas
El 5 de septiembre se formó un nuevo Gobierno de unidad, presidido por Largo Caballero y con el apoyo de la CNT. El nuevo Gobierno intentó recuperar el control sobre la economía y el Ejército. En noviembre se incorporaron por primera vez en la historia cuatro dirigentes anarquistas al Gobierno republicano. La pérdida de Madrid hizo trasladar al Gobierno a Valencia y se crearon tensiones dentro de él, que se añadieron a las existentes con los ejecutivos catalán y vasco. En el fondo del enfrentamiento latía la discrepancia entre los dos modelos revolucionarios que coexistían en el bando republicano. El primero era el defendido por CNT, FAI y POUM. Ambas organizaciones defendían la inmediata colectivización de tierras y fábricas y la constitución de las comunas como células de producción. El segundo modelo defendía la necesidad de controlar la producción y reconvertirla hacia una economía de guerra.
La Crisis de Mayo de 1937 y el Gobierno de Negrín
La tensión entre ambos bloques estalló en forma de insurrección y combates callejeros en mayo de 1937 en Barcelona. La Generalitat decidió eliminar los comités de vigilancia. La ciudad se llenó de barricadas y tiroteos entre grupos de anarquistas y miembros del POUM. La insurrección fue defendida por el PCE para exigir la disolución del POUM. Los comunistas abandonaron el gabinete, lo que produjo la dimisión de Largo Caballero. Se formó un gobierno presidido por Juan Negrín, y el POUM fue declarado ilegal. Negrín fue capaz de mejorar la capacidad militar y se formó una auténtica economía de guerra.