Inestabilidad Gubernamental
Los partidos políticos dinásticos entran en una fase de descomposición que hace que aumente la inestabilidad política y favorece la formación de gobiernos de concentración. Estos gobiernos de concentración están formados por representantes de distintas tendencias, presididos por políticos influyentes, que son muy débiles y con frecuencia recurren a medidas excepcionales, como cerrar las Cortes, suprimir la Constitución o la represión del ejército.
Conflictividad Social
El final de la I Guerra Mundial trae consigo la reducción de pedidos, cierre de fábricas y minas, el aumento de paro y la inflación, lo que provoca muchas huelgas. En Andalucía los levantamientos son constantes, por lo que se conoce al periodo entre 1918-1920 como “Trienio Bolchevique”.
En Cataluña se produce un enfrentamiento entre la CNT y la patronal. Las consecuencias del final de la I Guerra Mundial y de la Revolución Rusa de 1917 hacen que el número de afiliados de la CNT se dispare. Se produce la huelga de la canadiense que deja sin luz a la ciudad de Barcelona. El gobierno trata de reconstruir la situación, pero se les va de las manos, y aumentan las acciones terroristas de los anarquistas. El gobierno declara el estado de guerra. Se crea el Sindicato Libre financiado por la patronal, que es una organización que trata de acabar con los principales líderes del movimiento obrero barcelonés, y los anarquistas responden financiando atentados contra los miembros del Sindicato Libre, la patronal y la burguesía catalana. Se impone la represión militar “ley de fugas” por la que muchos anarquistas fueron asesinados con el pretexto de que intentaron huir cuando iban a ser detenidos.
La Guerra de Marruecos y el Desastre de Annual
El desastre del 98 acabó con el imperio colonial español en un momento en que las grandes potencias europeas habían iniciado una carrera hacia el imperialismo. España trata de recuperar su prestigio en Marruecos, pero limitada a los intereses de las grandes potencias europeas.
Los intereses de Francia y Gran Bretaña por Marruecos benefician a España, ya que en 1904 un acuerdo entre franceses y británicos permite a los británicos quedarse con Egipto, a cambio de reconocerle a Francia sus posesiones en Marruecos, y con esto, España recibe una pequeña zona del norte.
En 1906, se reconoce el acuerdo anterior mediante la Conferencia de Algeciras, y se acuerda el reparto entre Francia y España. A España le corresponden la zona del Rif, donde ya disponía de Ceuta y Melilla.
Este territorio es un territorio montañoso y accidentado habitado por tribus bereberes, que estaban organizadas en kabilas, hostiles a la presencia extranjera y no sometidas al sultán. Esto dificultaba su dominio militar y obligaba al gobierno a llevar a cabo diversas campañas para explotar las minas de hierro y proteger la construcción del ferrocarril. El ejército se desplaza para defender estos enclaves, pero son derrotados en el Monte Gurugú y en el Barranco del Lobo. En España el gobierno decide aumentar el número de soldados en el Rif movilizando a los reservistas, lo que provoca tensiones en Barcelona, y termina desencadenando en la Semana Trágica de Barcelona, la caída de Maura y la unidad de las fuerzas de izquierdas.
El tratado de Fez de 1912 había hecho efectivo el reparto del territorio entre España y Francia. Francia, nada más terminar la I Guerra Mundial, había presionado a España para que controlara de forma eficiente su zona. Los españoles dividieron su protectorado en dos comandancias militares (Ceuta y Melilla). En 1921 el ejército español lleva a cabo unos preparativos precipitados para controlar ese territorio bajo las influencias de las kabilas, y no tienen en cuenta ni la orografía del terreno, la escasez de agua, ni la falta de preparación de las tropas españolas.
Desastre de Annual: las tropas marroquíes superan en número y rodean al ejército español, que fracasa en el intento de llevar a cabo una retirada ordenada, generando una masacre con más de 13.000 bajas. El prestigio del ejército vuelve a estar por los suelos, y se pide desde todos los sectores responsabilidades sobre el desastre. Para aclarar quiénes eran los culpables, se abre una comisión de investigación que termina en el “Informe Picasso”, que desveló un estado de corrupción e ineficacia en el ejército. Días antes de que se reunieran las Cortes, Primo de Rivera da un golpe de estado en Cataluña e implanta la dictadura (1923-1930). En un primer momento Primo de Rivera quiere abandonar el protectorado, pero los generales africanistas le hacen cambiar de opinión. Se planifica la primera operación conjunta de la Historia de fuerzas de tierra, mar y aire conocida como el “Desembarco de Alhucemas” en 1925, y consigue poner fin a la guerra.