El Franquismo: Ideología, Bases Sociales y Evolución

El Franquismo

1. BASES IDEOLÓGICAS DEL FRANQUISMO

La ideología del régimen era una suma de componentes ideológicos, de influencia falangista, católica y militar.

Puntos Clave:

  • Antiliberalismo: Rechazó la democracia, el constitucionalismo, la separación de poderes, la soberanía popular, el parlamentarismo, el pluralismo político y las libertades y derechos de la ciudadanía.
  • Anticomunismo: Oposición y represión al comunismo y a cualquier ideología de izquierdas en general.
  • Ultranacionalismo Español: Exalta la unidad nacional y la defensa de la patria. Prohíbe los particularismos regionales, políticos y culturales, así como el uso de lenguas vernáculas.
  • Nacional-Sindicalismo: Se prohíben los sindicatos tradicionales y se crea un sindicato vertical de inspiración fascista y controlado por el Estado, integrado por obreros, técnicos y patronos.
  • Nacionalcatolicismo y Sacralización del Poder: Reconocimiento del catolicismo como confesión oficial del Estado y prohibición de la libertad religiosa. Franco fue respaldado por la Iglesia para gobernar de forma autoritaria.
  • «Democracia Orgánica»: Aparentó que el régimen era democrático, otorgando una mínima representación a los «órganos naturales» de la sociedad.
  • Control de la Información y Adoctrinamiento: Mediante la censura y el uso de los medios de comunicación para realizar propaganda favorable al régimen.

2. BASES SOCIALES

  • El Ejército: Garantizó la continuidad de la dictadura y el control del orden público. Los militares desempeñaron cargos en la dirección y administración del Estado.
  • La Falange: Rebautizado como Movimiento Nacional, realizaba propaganda y adoctrinamiento.
  • La Iglesia Católica: Legitimó el régimen y colaboró con Franco en el control social y el adoctrinamiento. Fijó los valores éticos y morales y dominó la enseñanza.
  • Los Monárquicos (Carlistas y Borbónicos): Apoyaron el régimen con la esperanza de la reinstauración de la monarquía.
  • Las Clases Sociales Afines: Incluyen terratenientes, empresarios, banqueros, la clase media rural y gran parte de los católicos y de la clase media urbana. La masa, politizada y desmovilizada, aceptó el régimen franquista por convencimiento o por obligación.

3. LEYES FUNDAMENTALES

  • Fuero del Trabajo (1938): Creación del sindicato vertical y regulación de las condiciones laborales.
  • Ley Constitutiva de las Cortes (1942): Se crearon Cortes formadas por procuradores, designados por Franco. Éstas Cortes se encargarían de elaborar proyectos de ley y aprobar leyes propuestas por el Jefe del Estado.
  • Fuero de los Españoles (1945): Declaración de derechos y libertades de los españoles subordinados a los principios ideológicos del régimen y a la voluntad de Franco.
  • Ley de Referéndum Nacional (1945): Establecía la posibilidad de realizar consultas a la población sobre textos legales de especial relevancia.
  • Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1947): Ponía a España como un reino sin rey, con Franco como gobernador vitalicio y con la capacidad de elegir a su sucesor.
  • Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional (1958): Reforma los principios ideológicos del régimen.
  • Ley Orgánica del Estado (1967): Trataba aspectos como la Jefatura del Estado, la Presidencia del Gobierno, la administración, la justicia, las Fuerzas Armadas, la relación entre los poderes y la representación popular en las Cortes. También define el concepto de democracia orgánica para legitimar el régimen franquista a nivel internacional y dar una apariencia democrática.

4. ETAPAS DEL FRANQUISMO

4.1 Primera Etapa: Autarquía (1939-1959)

Política:

Se divide en tres periodos:

  1. Periodo de Fascistización (1939-1945): En abril de 1939, Franco se adhirió al Pacto Antikomintern y abandonó la Sociedad de Naciones. En la Segunda Guerra Mundial, Franco declara la neutralidad de España por las precarias condiciones económicas del país. No obstante, volvió a acercarse al Eje y en 1940, declaró a España como «no beligerante». Franco apoyó a Hitler en Hendaya y a mediados de 1941 apoyó la invasión alemana de la URSS, enviando a la División Azul. Esto cambia en 1943 cuando Franco volvía a declarar la neutralidad de España y se retiró la División Azul. En 1944, el dictador intentó congraciarse con los aliados, destacando su neutralidad y la «democracia orgánica» del régimen, promulgando leyes como la Ley de Cortes en 1943. En este contexto, el régimen franquista aceleró el proceso de fascistización con la creación de un segundo gobierno que causó recelos en la Iglesia y el ejército por el poder de la Falange.
  2. Aislamiento Internacional (1945-1950): La España franquista fue excluida de la Conferencia de San Francisco, que dio origen a la ONU. El Caudillo reaccionó introduciendo cambios de aspecto democrático para maquillar la dictadura: promulgó el Fuero de los Españoles, formó un nuevo gobierno con predominio de católicos, eliminó el saludo fascista, denominó Movimiento Nacional al partido único y promulgó la Ley de Referéndum Nacional. Los cambios no lograron el efecto esperado y la ONU condenó al régimen franquista. También la mayoría de países rompieron relaciones diplomáticas con España, solo Argentina ofreció su apoyo. El comienzo de la Guerra Fría y la aparición del bloque comunista, cambiaron la actitud de las potencias occidentales hacia el régimen anticomunista de Franco. Gracias al apoyo estadounidense, Naciones Unidas revocó la condena del régimen franquista, poniendo fin al aislamiento internacional.
  3. Época del Nacionalcatolicismo (1950-1959): Franco formó un nuevo gobierno con el almirante Luis Carrero Blanco al mando, con predominio católico. En 1953, España firmó:
    • Concordato con la Santa Sede: Reforzó la influencia social de la Iglesia Católica.
    • Pactos de Madrid: Con el presidente estadounidense por el que España recibía suministros y créditos estadounidenses, a cambio de establecer cuatro bases militares de Estados Unidos en nuestro territorio.
    En 1955, España ingresó como miembro de pleno derecho en la ONU. Al año siguiente se concede la independencia a Marruecos. En 1957, la dura situación económica hace que Carrero Blanco convenza a Franco para que accedan a los ministerios de Comercio y Hacienda dos personas con formación técnica del Opus Dei.
Economía:

El Estado franquista adoptó una política económica autárquica, caracterizada por la autosuficiencia y el intervencionismo estatal extremo. La agricultura se vio perjudicada por la voluntad del Estado de controlar la producción y la comercialización de cereales. En industria, el Estado creó el Instituto Nacional de Industria (INI) y fomentó la creación de empresas públicas estatales. El comercio interior se resintió por la reducción de la capacidad adquisitiva de los trabajadores, y el exterior, por la sobrevaloración del cambio de la peseta, que perjudicó las exportaciones. Al no tener reservas financieras y tener una elevada deuda exterior, el régimen subió los impuestos y creó uno nuevo, la «Contribución», ahogando más a una población cuyo salario había disminuido notablemente. Destacamos también el racionamiento de alimentos que, junto con otros factores, derivaron en que la población española sufriera miseria.

Oposición Antifranquista:
  • Oposición dentro del Propio Régimen: Estaba formado por personas de diversas ideologías. Franco trató de mantener la unión entre ellos. Falange presentó la peor amenaza para el gobierno por su acumulación de poder y Franco terminó por apartarlos del gobierno.
  • Oposición en el Interior: Fundamentalmente de izquierdas. Algunos partidos, principalmente el PCE, desde la clandestinidad, ayudaban a los militares encarcelados y a sus familias y a los perseguidos a ocultarse. Asimismo, en diferentes regiones apareció el «Maquis», que eran guerrillas apoyadas por el PCE. La ofensiva de la Guardia Civil y el cese de apoyo de los comunistas llevaron a su disolución en los años siguientes. El régimen consiguió frenar la oposición interior. En la década de los 50 apenas tuvo que reprimir algunas protestas obreras y estudiantiles.
  • Oposición Monárquica: Juan de Borbón hizo pública su aspiración de acceder al trono. En los años siguientes se reclamó la restauración de la monarquía, pero Franco los destituyó. En 1945, Juan de Borbón, publicó el Manifiesto de Lausana, en el que reclamaba a Franco que abandonase el poder y dejara paso a la monarquía. El dictador rechazó la petición, pero muchos apoyaron a Juan de Borbón, lo que hizo que en 1947 promulgara la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado, que le facultaba para elegir a su sucesor. Así, Juan Carlos (hijo de Juan) fue trasladado a España bajo la tutela del Caudillo, reconociendo así la legitimidad del régimen.
  • Oposición desde el Exilio: Durante la Segunda Guerra Mundial, anarquistas y republicanos de izquierdas crearon agrupaciones para coordinar la oposición antifranquista. Las Cortes republicanas consiguieron reunirse en México. La oposición en el exilio sufrió el golpe definitivo en 1950, cuando la ONU revocó la condena del régimen franquista. Ello acabó con las esperanzas de reconocimiento internacional del gobierno republicano, cuya existencia fue, a partir de ese momento, prácticamente testimonial.
La Represión:
  • Represión Política: Cualquier persona sospechosa de ser contraria al régimen podía ser juzgada, incluso condenada a muerte. Los delitos políticos eran los atentados contra el orden público. Eran juzgados por tribunales militares. Las cárceles se llenaron de personas. El Estado tomó medidas para aliviar la sobrecarga de los centros penitenciarios, redimiendo penas mediante la realización de trabajos forzados. Los soldados republicanos capturados fueron internados en campos de concentración. Parte de ellos se integraron en batallones de trabajadores que realizaron trabajos forzados en obras públicas.
  • Represión Social: El régimen elaboró listas de personas desafectas, que sufrieron despidos e inhabilitaciones profesionales, se censuró la correspondencia y se estableció la necesidad de conseguir salvoconductos para viajar a otras localidades o de presentar certificados de buena conducta o de adhesión al Movimiento para ocupar cargos públicos o cobrar pensiones.
  • Represión Administrativa, Económica y Cultural: Los funcionarios fueron investigados y los no afines sufrieron sanciones. También se confiscaron bienes, se impusieron multas o se embargaron cuentas bancarias a personas contrarias al régimen. El régimen franquista aplicó la censura a todas las actividades intelectuales y artísticas y a los medios de comunicación. Además, fue especialmente represivo con la cultura y las lenguas propias de Cataluña, el País Vasco y Galicia, así como con las prácticas religiosas de confesiones distintas a la católica.

4.2 Segunda Etapa: Desarrollismo (1959-1969)

Plan de Estabilización de 1959:

La situación económica en la España del final de la autarquía se caracterizaba por la inflación y el incremento del coste de la vida, la desaceleración del crecimiento económico, el aumento de la deuda pública, el elevado déficit comercial y el desequilibrio de la balanza de pagos, la sobrevaloración de la peseta, el agotamiento de las reservas de divisas y la cercanía a la bancarrota. Los tecnócratas de gobierno convencieron a Franco de la necesidad de abrir la economía al exterior. Se llevaron a cabo acciones para controlar el gasto público y se logró la entrada de España en algunas instituciones económicas como el Fondo Monetario Internacional. En julio de 1959, los tecnócratas pusieron en marcha el Plan de Estabilización para sanear la economía.

El plan incluyó:

  • Liberalizar el comercio interior y exterior.
  • Reducir la inflación.
  • Incrementar la recaudación fiscal.
  • Recortar el gasto público.

Para promover el comercio interior:

  • Se crearon organismos de control e intervención.
  • Se liberalizó el precio de algunos productos.

Para favorecer la apertura internacional:

  • Devaluación de la moneda.
  • Se fomentó la llegada de inversiones extranjeras.
Cosas Positivas:
  • Se consiguió el superávit en la balanza de pagos.
  • Se incrementaron las reservas de dinero del Banco de España.
  • Aumentaron la inversión extranjera y los ingresos procedentes del turismo.
  • Mejoró la competitividad de la producción nacional.
  • Se estabilizaron los precios.
El Desarrollismo:

Comenzó una época de crecimiento económico. España pasó de ser un país agrario a convertirse en la duodécima potencia industrial del mundo en 1970.

Agricultura:

Inicialmente, el sector experimentó una considerable reducción de la mano de obra por el éxodo masivo. Los propietarios promovieron la mecanización de las tareas, adaptaron los cultivos al mercado y mejoraron la producción, seleccionando las semillas, utilizando fertilizantes y pesticidas y alimentando el ganado con piensos. El resultado de todo este proceso fue el incremento de la productividad y la modernización del sector agropecuario español.

Industria:

La industria fue el gran motor del crecimiento económico. Fueron claves factores como la liberalización de las importaciones y la introducción de tecnología. El gobierno apoyó a las industrias tradicionales, dio facilidades para conseguir créditos y permitió la penetración de las multinacionales. También estimuló la inversión industrial, creó los llamados polos de desarrollo industrial en poblaciones como Sevilla, Huelva, Granada y Córdoba, que se beneficiaron de la mano de obra procedente del campo. El Instituto Nacional de Industria impulsó el crecimiento de empresas públicas ya creadas y prestó atención a sectores claves. Fortaleció también la industria de los focos tradicionales de Asturias, el País Vasco, Cataluña y Madrid. Los principales motores del progreso industrial fueron la minería, la industria química, la fabricación de maquinaria y la automoción.

Servicios:

A mediados de la década de 1960, el sector servicios superaba ya al industrial en población activa y en aportación al PIB. En su desarrollo influyeron decisivamente factores como el proceso de urbanización, el incremento de la capacidad adquisitiva y de consumo, las mejoras de los transportes y, sobre todo, el auge del turismo de masas. El gobierno promovió el turismo como un sector estratégico. Sin embargo, el crecimiento económico no fue uniforme en todo el territorio nacional. Regiones como Madrid fueron las más favorecidas. En cambio, en áreas no industrializadas o que no se beneficiaron del turismo, como Extremadura, el impacto fue casi nulo, persistieron los problemas con los servicios públicos básicos y la emigración interior y al extranjero fue una práctica común y obligada para buena parte de la población.

La Pugna Política de Inmovilistas y Aperturistas:

Los aperturistas pretendían introducir cambios acordes a la nueva realidad social y cultural de España. Para la continuidad del régimen, preferían un sistema presidencialista liderado por un militar. Entre sus representantes destacaban Manuel Fraga. Los falangistas aperturistas, como José Solís, consiguieron que se promulgara la Ley de Prensa e Imprenta (1966), que introdujo una cierta relajación de la censura, y la Ley de Libertad Religiosa (1967), que aminoró ligeramente la discriminación legal que sufrían los protestantes, judíos y musulmanes residentes en España.

Los inmovilistas se orientaron al refuerzo del control sobre la población, a la mejora de los servicios sociales y a la institucionalización del régimen por medio de la instauración de una monarquía en la persona del príncipe Juan Carlos. Formaban parte de este grupo los tecnócratas del Opus Dei. Entre sus éxitos destaca la promulgación de la Ley de Orden Público (1959), que mantenía la jurisdicción militar para los delitos y daba base legal a los estados de excepción. La mejora de la protección social tuvo dos hitos destacados: la promulgación de la Ley de Bases de la Seguridad Social (1963) y la Ley General de la Seguridad Social (1966), en la que se concretaban los principios de la ley anterior. Consistía en utilizar ingresos fiscales y aportaciones al Estado para ofrecer a trabajadores, autónomos, funcionarios, etc., y a los familiares a su cargo, asistencia médica gratuita, ayudas por accidentes laborales o enfermedades, prestaciones para familias numerosas y pensiones de viudedad o jubilación. En lo que se refiere a la institucionalización del régimen, se promulgó la Ley Orgánica del Estado (1967). En 1967, Carrero Blanco reforzó su posición y consiguió que el 21 de julio de 1969 Franco comunicara al Consejo de Ministros la designación de su sucesor, el príncipe Juan Carlos, al frente de una monarquía.

La Oposición Antifranquista:

Los principales movimientos de oposición fueron los siguientes:

  • Movimiento Obrero: Las duras condiciones de vida de los obreros generaron el aumento de la conflictividad laboral. La ocasión de negociar convenios colectivos entre patronos y trabajadores formó un movimiento político-sindical, que aprovechó la creación de Comisiones Obreras, mientras la UGT y la CNT intentaban reorganizarse.
  • Movimiento Estudiantil: Las protestas universitarias estuvieron presentes a lo largo de toda la década. Fueron reprimidas duramente. Las movilizaciones de 1965 acabaron con la disolución del Sindicato Español Universitario, propiciando la creación de nuevos colectivos estudiantiles antifranquistas, y las protestas de 1969 provocaron la proclamación de un estado de excepción en toda España.
  • Brecha Iglesia-Estado: En el País Vasco y en Cataluña, parte del clero se quejó por la represión de las libertades y de sus respectivas culturas. En toda España, los católicos participaron en las protestas obreras y estudiantiles y los sacerdotes permitieron utilizar las iglesias como centros de reunión.
  • Reaparición de las Reivindicaciones Nacionalistas: En Cataluña se celebraron actos de protesta pacíficos a lo largo de la década y en el País Vasco se fundó ETA, movimiento revolucionario de extrema izquierda que llevó a cabo la lucha armada.
  • Actividades de los Partidos Políticos: A pesar de la represión, en la España franquista los partidos obreros lograron reconstruirse. El PCE fue el más activo, mejor organizado y con mayor número de militantes. También surgieron organizaciones de derechas, que participaron en 1962 en el IV Congreso del Movimiento Europeo de Múnich y firmaron un documento a favor de la instauración en España de instituciones representativas y democráticas. Franco reaccionó duramente contra ellos. Por su parte, los partidos republicanos solo existieron en el exilio.

4.3 Tercera Etapa: Tardofranquismo (1969-1975)

Tras el nombramiento de Juan Carlos de Borbón como sucesor de Franco, el enfrentamiento entre inmovilistas y aperturistas aumentó. Estos últimos aprovecharon el caso Matesa, que fue un escándalo de corrupción donde estaban implicados ministros tecnócratas, a los que querían atacar. En 1969, Franco acabó con el llamado gobierno monocolor, sin aperturistas que habían tratado del tema ni los ministros implicados.

Los Gobiernos de Carrero Blanco:

Con el nuevo eje ejecutivo, Franco rompía el equilibrio entre las familias del régimen, que siempre había intentado mantener. Durante este gobierno aumentaron las diferencias entre inmovilistas y aperturistas, y apareció un tercer sector franquista, integrado por algunos aperturistas partidarios de una democracia tutelada desde el poder, liderado por Manuel Fraga. El gobierno monocolor destacó en política exterior, alcanzando acuerdos comerciales con la Comunidad Económica Europea, Estados Unidos e incluso algunos países comunistas, pero no supo adoptar medidas para impedir el aumento de la inestabilidad social y política. Los trabajadores se movilizaron y las huelgas fueron habituales. La subversión política fue perseguida y cientos de militantes de los partidos ilegales fueron juzgados por el Tribunal de Orden Público. Asimismo, los nacionalismos catalán y vasco hicieron públicas sus reclamaciones. Todas estas manifestaciones de oposición fueron duramente reprimidas por el régimen. En este contexto poco favorable, a mediados de 1973 Franco confió a Carrero la formación de un nuevo gobierno, en el que incluyó a personas de su confianza, con una sola excepción: Carlos Arias Navarro, partidario de la apertura. El nuevo ejecutivo duró seis meses.

El Gobierno de Arias Navarro:

Tras el asesinato de Carrero Blanco, Franco nombró presidente del gobierno a Carlos Arias Navarro. Arias Navarro presentó al gobierno. En su discurso anunció su voluntad de tomar medidas aperturistas, como el incremento de la participación política de la ciudadanía, la elección orgánica de los alcaldes y presidentes de las diputaciones provinciales, el aumento del número de procuradores electos en las Cortes o la creación de asociaciones políticas dentro del Movimiento Nacional. Esta voluntad de apertura controlada se le denominó «espíritu del 12 de febrero».

Antonio Añoveros fue detenido y conminado por Arias Navarro a marcharse de España por defender en una homilía la libertad del pueblo vasco. Añoveros recibió el apoyo del Papa, del cardenal Tarancón y de la Conferencia Episcopal Española, y amenazó con excomulgar a quien ordenara su expulsión. Franco tuvo que dar marcha atrás para evitar la ruptura con la Santa Sede.

A principios de marzo, el gobierno decidió la ejecución del anarquista catalán Salvador Puig Antich. En abril, un golpe de estado militar en Portugal, apoyado por la población civil, puso fin de forma pacífica a la dictadura. La facilidad con la que fue derrocado el régimen salazarista y el entusiasmo de la población con la llamada Revolución de los Claveles generaron inquietud en Franco y el gobierno, que reaccionaron reforzando la represión. Días después, los inmovilistas, el denominado «búnker», publicaron artículos criticando el aperturismo del gobierno y la necesidad de combatir más enérgicamente cualquier manifestación de subversión. En julio de 1974, Franco fue hospitalizado y tuvo que ceder el poder a Juan Carlos de Borbón, quien asumió interinamente la Jefatura del Estado. El Caudillo retomó el poder a principios de septiembre, ante la inminente crisis de la colonia del Sáhara Occidental por la pretensión del rey Hassan II de incorporar este territorio a Marruecos. En septiembre, ETA perpetró un atentado en Madrid, que causó la muerte de 13 civiles. El «búnker» aprovechó la coyuntura para volver a atacar al gobierno hasta que, a finales de octubre, la presión provocó la destitución del ministro Pío Cabanillas, que había intentado ampliar la libertad de prensa.

A pesar de la oposición interna, Arias Navarro continuó con sus intenciones aperturistas, y en diciembre consiguió que se aprobara el proyecto de asociaciones políticas. Quedaban excluidas todas aquellas organizaciones que no se ajustaran a los principios del Movimiento. La desunión en el seno del régimen crecía al mismo tiempo que la vitalidad de Franco se agotaba. Se atisbaba el final de la dictadura. La crisis del petróleo perjudicó seriamente la economía española, lo que incrementó la oposición antifranquista y el aumento de la conflictividad. En julio de 1974, se reformó la Junta Democrática, en la que se integraron formaciones políticas muy dispares: el PCE, el Partido Socialista del Interior, el Partido Carlista, algunos grupos de extrema izquierda y Comisiones Obreras, con el objetivo de instaurar la democracia. Desde mediados de 1975, los acontecimientos se precipitaron: en junio se creó la Plataforma de Convergencia Democrática, formada por el PSOE, el PNV, los democristianos, los socialdemócratas y varios grupos de izquierdas. Proponían la instauración de la monarquía en un sistema político democrático y reconocían el derecho de autodeterminación de las regiones con identidad cultural propia. En agosto y septiembre, la condena a muerte de tres militantes de ETA y ocho del FRAP generó una respuesta popular de rechazo tanto en España como en el extranjero. El 27 de septiembre, cinco de los acusados fueron ejecutados. Este hecho propició la condena internacional y de la Iglesia Católica. A mediados de octubre, Franco cayó enfermo y cedió el poder a Juan Carlos, quien tuvo que hacer frente a la crisis del Sáhara Occidental. El rey de Marruecos organizó la denominada Marcha Verde. El 14 de noviembre se firmó el Acuerdo Tripartito de Madrid, por el que España se retiraba de la colonia, cedía la administración de la mitad norte a Marruecos y de la mitad sur a Mauritania. En la madrugada del 20 de noviembre de 1975, Franco falleció. A la mañana siguiente, Arias Navarro anunció la muerte y el día 22 de noviembre, Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey por las Cortes franquistas, tras jurar los principios del Movimiento Nacional. El 24 de noviembre el Generalísimo fue enterrado en el Valle de los Caídos. Acababa así una dictadura que había durado casi cuatro décadas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *