La Primera Guerra Mundial (1914-1918)
Causas de la Guerra
Enfrentamientos Coloniales
A finales del siglo XIX y principios del XX, las tensiones internacionales entre las diferentes potencias europeas crearon una «paz armada» que finalmente desembocó en un conflicto bélico. El ascenso de potencias como Alemania, que había llegado tarde al reparto colonial, reabrió viejos conflictos europeos. El norte de África, particularmente Marruecos, se convirtió en el escenario principal de estas disputas. Las Crisis Marroquíes de 1905 y 1911, en las que Alemania desafió los intereses franceses en la región, pusieron de manifiesto la creciente rivalidad entre ambas potencias.
Rivalidades entre Potencias y Nacionalismo
La región de los Balcanes se convirtió en otro foco de tensiones internacionales. Franceses y alemanes se enfrentaron por la ocupación alemana de las regiones francesas de Alsacia y Lorena tras la guerra franco-prusiana. La rivalidad entre el Reino Unido y Alemania por el control comercial y económico de Europa también contribuyó a la escalada de tensión. En los Balcanes, la decadencia del Imperio Otomano alimentó las ambiciones territoriales de Austria-Hungría, Serbia y el Imperio Ruso. La anexión de Bosnia-Herzegovina al Imperio Austro-Húngaro en 1908 agravó las tensiones en la región y originó una sucesión de crisis que culminaron en la Primera Guerra Mundial.
Alianzas Militares y Carrera Armamentista
Ante el clima de desconfianza y rivalidad, las potencias europeas se lanzaron a una carrera armamentista y a la formación de un complejo sistema de alianzas militares. En 1882, Alemania, Austria-Hungría e Italia formaron la Triple Alianza. En respuesta, Francia, Rusia y el Reino Unido establecieron la Triple Entente. Estas alianzas, concebidas inicialmente como un mecanismo de disuasión, acabaron arrastrando a las potencias a la guerra.
Desarrollo de la Guerra
El Estallido
El 28 de junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando, heredero al trono del Imperio Austro-Húngaro, fue asesinado en Sarajevo por un estudiante bosnio vinculado a grupos nacionalistas serbios. Austria-Hungría, animada por Alemania, acusó a Serbia de instigar el magnicidio y le declaró la guerra. Rusia, protectora de Serbia, intervino en defensa de su aliado, lo que llevó a Alemania a declarar la guerra a Rusia y, posteriormente, a Francia. El Reino Unido declaró la guerra a Alemania y Austria-Hungría tras la invasión alemana de Bélgica, un país neutral.
Guerra de Movimientos
Las operaciones bélicas se iniciaron en el frente occidental. El Plan Schlieffen alemán consistía en atacar a Francia a través de Bélgica con la esperanza de vencerla rápidamente y concentrar sus esfuerzos en el frente oriental. En septiembre de 1914, los alemanes se encontraban a 40 km de París, pero la unión de las fuerzas francesas e inglesas logró detenerlos en la batalla del Marne. En el frente oriental, los alemanes derrotaron a los rusos en la batalla de Tannenberg, pero estos últimos lograron reaccionar y frenar el avance alemán. En los Balcanes, la ofensiva austriaca contra Serbia fue detenida.
Guerra de Trincheras
Tras la batalla del Marne, los frentes se inmovilizaron. En el frente occidental, se cavaron miles de kilómetros de trincheras desde Suiza hasta el Mar del Norte. La guerra se convirtió en una sangrienta batalla de desgaste en la que cada palmo de terreno se conquistaba a costa de miles de vidas. A finales de 1914, el Imperio Otomano entró en la guerra del lado de las Potencias Centrales. En 1915, Bulgaria se unió a la guerra del lado de Alemania y Austria-Hungría, mientras que Italia se unió al bando aliado. En 1916, Rumanía también se unió a la Entente. Ese mismo año, los alemanes lanzaron una gran ofensiva contra Verdún, en el frente occidental, pero la resistencia francesa logró frenar el ataque.
1917: La Entrada de Estados Unidos y el Fin de la Guerra
El año 1917 marcó un punto de inflexión en la guerra. La guerra de trincheras había producido millones de bajas y había generado un clima de descontento generalizado. En Rusia, el triunfo de la Revolución Bolchevique llevó al poder a los comunistas liderados por Lenin. Los revolucionarios firmaron la paz con Alemania en el Tratado de Brest-Litovsk y se retiraron de la guerra. La salida de Rusia del conflicto se vio compensada por la entrada de Estados Unidos en la guerra. El hundimiento del trasatlántico Lusitania por un submarino alemán en 1915, con la pérdida de vidas de ciudadanos estadounidenses, y la reanudación de la guerra submarina indiscriminada por parte de Alemania, llevaron a Estados Unidos a declarar la guerra a Alemania en abril de 1917. En 1918, en el frente oriental, las fuerzas británicas, francesas e italianas derrotaron a los austríacos y sus aliados. El Imperio Austro-Húngaro y el Imperio Otomano solicitaron el armisticio. En el frente occidental, los alemanes fueron derrotados en la Segunda Batalla del Marne. Las revueltas en el ejército y la marina alemana, junto con el fracaso de la ofensiva final alemana, desmoralizaron al alto mando alemán. El 11 de noviembre de 1918, Alemania firmó el armisticio, poniendo fin a la Primera Guerra Mundial.
La Revolución Rusa (1917)
Causas de la Revolución
Imperio Autocrático
A principios del siglo XX, el Imperio Ruso seguía siendo un estado autocrático gobernado por el zar Nicolás II, quien ostentaba un poder absoluto. El zar gobernaba por decreto y no estaba sujeto a ninguna constitución ni parlamento. La burocracia y el ejército, leales al zar, aseguraban el control del imperio, mientras que la Iglesia Ortodoxa Rusa actuaba como uno de los principales pilares ideológicos del régimen.
Agricultura Feudal e Industria Incipiente
La economía y las estructuras sociales rusas se encontraban entre las más atrasadas de Europa. La agricultura era la principal actividad económica, y la tierra estaba en manos de una aristocracia privilegiada. Los campesinos, que constituían la mayoría de la población, estaban sometidos a un régimen casi feudal y soportaban unas condiciones de vida miserables. En algunas zonas del imperio, se había iniciado un proceso de industrialización impulsado por capital extranjero, lo que había dado lugar a la aparición de un proletariado industrial que trabajaba en condiciones muy duras y por salarios miserables.
Oposición al Zarismo
Diversas corrientes de oposición al zarismo, como los populistas y los anarquistas, se desarrollaron entre los campesinos. Entre los obreros, el marxismo ganó terreno rápidamente. En 1898, se fundó el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, liderado por Vladimir Lenin. El partido se dividió en dos facciones principales: los mencheviques, que abogaban por una transición gradual al socialismo, y los bolcheviques, que defendían la toma del poder por parte del proletariado mediante una revolución. A principios del siglo XX, surgieron otros partidos políticos, como el Partido Democrático Constitucionalista (Kadetes), de tendencia liberal-burguesa, y el Partido Socialista Revolucionario (eseristas), de izquierda.
La Revolución de 1905
En 1905, una serie de protestas estallaron en Rusia exigiendo el fin de la autocracia y la instauración de un régimen democrático. La represión brutal de una manifestación pacífica en San Petersburgo, conocida como el Domingo Sangriento, desató una oleada de protestas y huelgas por todo el país. Los trabajadores crearon consejos obreros, conocidos como soviets, para organizarse. Ante la presión popular, el zar Nicolás II se vio obligado a hacer concesiones. Prometió convocar elecciones al parlamento (Duma) por sufragio universal y propiciar una reforma agraria. Sin embargo, una vez sofocada la revuelta, el zar clausuró la Duma y volvió a gobernar autocráticamente.
La Coyuntura de la Primera Guerra Mundial
En 1914, Rusia entró en la Primera Guerra Mundial mal preparada para un conflicto de tal magnitud. El ejército ruso no estaba bien equipado ni entrenado, y la economía rusa no pudo soportar el esfuerzo bélico. El malestar entre los obreros, los campesinos y los soldados creció rápidamente, lo que desacreditó aún más al zar Nicolás II. La Primera Guerra Mundial creó las condiciones propicias para la Revolución de Febrero de 1917, que derrocó al zarismo e instauró un gobierno provisional. Sin embargo, la situación de inestabilidad política y social continuó, lo que permitió a los bolcheviques, liderados por Lenin, tomar el poder en octubre de 1917. La Revolución Rusa tuvo un impacto trascendental en la historia del siglo XX, al dar lugar al primer estado socialista del mundo y al inicio de un nuevo capítulo en la lucha ideológica entre el capitalismo y el comunismo.