El Populismo de Ibáñez
En 1952, Carlos Ibáñez del Campo arrasó en las elecciones con la promesa de»barre» con los corruptos. Sin embargo, una vez en el gobierno, mostró una conducción errática, forjando alianzas políticas diversas y enfrentando una agitación social cada vez más fuerte debido a los problemas económicos. La inflación iba en aumento y el plan de ajuste fiscal que aprobó a mediados de su mandato activó aún más la oposición de obreros y estudiantes.
Sin embargo, lo más significativo de su segundo gobierno fue la apertura política a la que condujo la elección de 1952, en la que por primera vez muchos votantes tradicionales de la derecha se inclinaron por otro candidato, y las reformas electorales de fines de su mandato, que ampliaron el universo electoral y eliminaron el fraude, abriendo el paso para el crecimiento de los partidos de izquierda en el país.
Gobiernos Populistas en América Latina
Hasta mediados del siglo XX, se dieron diversos gobiernos populistas en América Latina. Estos se caracterizaban por representar a las masas populares, prescindiendo muchas veces de la política partidista, esgrimiendo un discurso personalista y encarnándose en ciertos líderes paternalistas, con ideas vinculadas a la nación, el pueblo, la modernidad y el rol del Estado. Entre ellos se cuentan Lázaro Cárdenas en México, Getulio Vargas en Brasil y Juan Domingo Perón en Argentina, líder del partido Justicialista, a quien un golpe de Estado en 1955 lo obligó a exiliarse.
Perón, en vinculación con Ibáñez, instaba a este último a asumir una nueva dictadura aprovechando la influencia que tenía en ciertos sectores de las fuerzas armadas y carabineros. A raíz de ello surgió la Línea Recta, un grupo de oficiales y suboficiales del Ejército y de Carabineros cuya finalidad era estar preparados para apoderarse del gobierno cuando el mandatario lo dispusiera. Sin embargo, el Presidente eligió el camino de la legalidad, apegándose a la Constitución de 1925, aunque, como ya se ha dicho, terminará con grandes dificultades su período.
La Teología de la Liberación
La Teología de la Liberación es un movimiento teológico que responde a una visión de la religión que considera a los pobres como predilectos para la salvación. Destacándose como el único aporte importante de América Latina en esta disciplina, su pensamiento tiene sus fundamentos en cuatro elementos que confluyeron en los años sesenta como una presión para reformar la visión de mundo que se tenía sobre la acción caritativa en la sociedad:
Elementos Fundacionales de la Teología de la Liberación
- Teológico: Depende de la renovación de la teología de lenguas francesas y alemana en torno a la mitad del siglo XX, que influyó en el Concilio Vaticano II.
- Eclesial: Se vincula con la existencia de un grupo de Obispos innovadores que animaron y orientaron la mayoría en el Concilio y en la Conferencia General de Medellín (1968).
- Social: Fue impactada por la pobreza de América Latina,»sentid» como un escándalo intolerable, y por la modernidad occidental que había descubierto los medios para lograr el desarrollo económico, político y social de los pueblos.
- Político: Hizo suya la perspectiva de la teoría de la dependencia, que detectaba los mecanismos que en la sociedad generan la opresión y la pobreza.
Esta teoría ha pasado por diversas etapas, pero posee dos fundamentos básicos que le dan coherencia interna.