12. EL CONDE-DUQUE DE OLIVARES, REBELIÓN EN CATALUÑA E INDEPENDENCIA DE PORTUGAL: El enorme esfuerzo militar que habían supuesto las continuas guerras europeas y la demanda de sacrificios a los reinos que componían la Corona realizada por la Unión de Armas (1632) propuesta por el Conde-Duque de Olivares, valido del rey Felipe IV, precipitaron la crisis de 1640, con dos escenarios principales: Cataluña y Portugal.
El fracaso del valido para que las instituciones catalanas aceptaran la Unión de Armas no le impidió mandar tropas al Principado al estallar la guerra con Francia. La presencia de tropas castellanas precipitó el estallido de revueltas entre el campesinado catalán. Finalmente el día del Corpus Christi de 1640 grupos de campesinos atacaron Barcelona, asesinaron al virrey, poniéndose la Generalitat al frente de la rebelión. Ante el avance de tropas castellanas, los rebeldes aceptaron la soberanía de Francia. Un ejército galo entró en Cataluña y derrotó a las tropas castellanas en Montjuic. El Rosellón y Lérida eran conquistadas en 1642. El dominio de Francia acabó con la reconquista del Principado y la caída de Francia en 1652. Sin embargo, la Corona española perdió el Rosellón y Cerdeña con la Paz de Pirineos de 1959.
Aprovechando la crisis catalana, en diciembre de 1640 se inició la rebelión en Portugal. La presencia de castellanos en el gobierno del reino provocó que las clases dirigentes lusas dejaran de ver ventajas en su unión con la Corona española. La rebelión, organizada en torno a la dinastía de los Braganza, se extendió rápidamente. El apoyo de Francia e Inglaterra, ansiosas de debilitar a España, llevó a que finalmente Mariana de Austria (madre-regente de Carlos II) acabara reconociendo la independencia de Portugal en 1668. También hubo levantamientos separatistas en Andalucía, Aragón y Nápoles. Pese a ser aplastados todos ellos, Felipe IV mantuvo los fueros de los diversos reinos.
13. DECRETOS DE NUEVA PLANTA Y CENTRALISMO BORBÓNICO: Felipe V (1700-1746) fue el primer rey de la dinastía de los Borbones. Era nieto de Luis XIV y trajo a nuestro país a la dinastía reinante en Francia. Su reinado fue uno de los más largos de la historia de nuestro país. La llegada de esta dinastía propició importantes cambios en la estructura del estado y estaban inspirados en el estado absolutista francés.
Los primeros Borbones adoptaron diversas medidas centralizadoras, con el objetivo de hacer un estado más eficaz. En este sentido se adoptaron medidas como los Decretos de Nueva Planta, la abolición de los fueros e instituciones propias de los reinos de la Corona de Aragón, debido a que apoyaron al archiduque Carlos en la Guerra de Sucesión. Los fueros vascos y navarros se mantuvieron, ya que apoyaron a Felipe V durante ese conflicto.
El nuevo modelo de administración territorial se basó en los siguientes aspectos: división del territorio en provincias, sustitución de los virreyes por los capitanes generales como gobernadores de las provincias, se mantienen las Reales Audiencias para las cuestiones judiciales y se crea la figura de los intendentes para los aspectos económicos. Finalmente, en los ayuntamientos se mantuvieron los cargos de corregidor, alcalde mayor y síndicos para la defensa del pueblo.
Los Borbones también reformaron la administración central consolidando el establecimiento de una plena monarquía absoluta. Se suprimieron todos los Consejos, a excepción del consejo de Castilla, que se convirtió en el gran órgano asesor del rey. Se crearon las Secretarías de Despacho (estado, guerra, marina, hacienda, justicia e Indias), antecedentes de los ministerios.
14. CARLOS III Y EL DESPOTISMO ILUSTRADO: Carlos III (1759-1788), hijo de Felipe V y hermanastro de Fernando VI, antes de ser rey de España ocupó el cargo de rey de Nápoles entre 1735 y 1759. Su reinado se caracterizó por la aplicación de reformas propias del despotismo ilustrado (todo para el pueblo, pero sin el pueblo). Entre los ilustrados se extendió la conciencia de la necesidad de emprender reformas en la agricultura, actividad que ocupaba a la mayoría de la población y que estaba muy atrasada. Para ello se crearon las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País y se prepararon diversos planes reformadores como el Informe de la Ley Agraria de Jovellanos. Estos planes denunciaban la excesiva importancia de las propiedades amortizadas (mayorazgo de la nobleza, tierras en manos de la Iglesia) y afirmaban que el acceso del campesinado a la propiedad de la tierra era una condición necesaria para el progreso del país. Por ello se empezó a plantear la necesidad de la desamortización, aunque la oposición de nobles y clérigos motivó la paralización de esta desamortización. Las únicas medidas que se llevaron a cabo fueron el reparto de tierras comunales en Extremadura, la repoblación de Sierra Morena (Olavide), la reducción de los derechos de la Mesta y algunas obras de regadío, como el Canal de Castilla.
También se aprobaron medidas para fomentar el desarrollo industrial, como el fin del monopolio de los gremios o la creación de las Reales Fábricas (tapices, vidrio, armas…). Con respecto al comercio se adoptaron medidas para lograr la integración del comercio nacional, como la mejora de las vías de comunicación o la supresión de las aduanas interiores. Además, también se aprobó la liberalización del comercio con América.
En el terreno financiero se creó el Banco de San Carlos, antecedente del futuro Banco de España. En este período aparece la peseta, si bien no se convertirá en la moneda oficial hasta 1868.
En el terreno religioso se produce la expulsión de los jesuitas, acusados de fomentar el Motín de Esquilache.
Finalmente, hay que señalar que la mayor parte de las medidas propuestas por Carlos III no se llevaron a la práctica por la oposición del clero y la nobleza.
15. SEMANA TRÁGICA, ANTICLERICALISMO Y FIN DEL GOBIERNO LARGO DE MAURA (1909): La guerra en Marruecos resultaba tremendamente impopular por las numerosas bajas y por el sistema de quintas. El 9 de julio 1909, las tribus rifeñas atacaron a un tren con obreros españoles (mineros). Ante este hecho el gobierno de Maura decreta el envío de tropas y movilización de reservistas.
Cuando estos reservistas embarcan en Barcelona se inician las protestas, generalizándose los disturbios por toda la ciudad. La insurrección antimilitarista se prolonga hasta el 1 de agosto, produciéndose importantes enfrentamientos armados. Además, este movimiento antimilitarista se asocia al anticlericalismo, ya que la Iglesia apoyaba al ejército y la Guerra de Marruecos.
Las autoridades declararon el estado de guerra, enviando el ejército a Barcelona. El día 2 de agosto la situación estaba contralada, aunque a costa de un balance trágico: 78 muertos y medio millar de heridos. El gobierno inició una represión muy dura: miles de detenidos que fueron sometidos a consejos de guerra. Además, se declararon cinco condenas a muerte, como la del pedagogo anarquista Ferrer i Guardia. Su fusilamiento desembocó en una oleada de protestas que pedían la dimisión del presidente Maura. Ello provocó que Alfonso XIII disolviese las Cortes y que traspasara el gobierno a los liberales.
16. EL PROTECTORADO ESPAÑOL EN MARRUECOS Y EL DESASTRE DE ANNUAL DE 1921: Tras el Desastre del 98, España trató de construir un nuevo imperio colonial, ahora en Marruecos. En la Conferencia de Algeciras (1906) se reconocen las zonas de influencia de España y Francia y en el Tratado Hispano-Francés (1912) se establece un protectorado compartido franco-español, que concedía a España el Rif, Ifni y Sáhara Occidental. Al margen del interés económico, el gobierno buscaba restaurar el prestigio del país y del ejército, como defendían los africanistas. Sin embargo, el protectorado estuvo marcado por la resistencia de las cabilas rifeñas. Esto desembocó en una guerra muy impopular para España, ya que la mayoría de la población criticaba el excesivo número de bajas y el sistema de reclutamiento.
Tras la I Guerra Mundial, España intenta controlar definitivamente el Rif, encontrando una fuerte resistencia liderada por Abd el-Krim. En Julio de 1921, el general Silvestre avanzó desde Melilla sin proteger la retaguardia. Así, cuando fue atacado el puesto de Annual se produjo una desbandada de las tropas españolas, que terminó con más de 10.000 muertos.
La opinión pública y la oposición parlamentaria lanzaron graves críticas ante el Desastre de Annual, que provocaron la caída del gobierno y la creación de una comisión de investigación . Se produce entonces el golpe de estado de Miguel Ángel Primo de Rivera (septiembre de 1923) y el inicio de su Dictadura. Será entonces cuando, tras el Desembarco de Alhucemas (1925), y con la colaboración francesa, se derrote a Abd el-Krim y se proceda a la ocupación efectiva del Protectorado.
17. SUGFRAGIO CENSITARIO, SUFRAGIO UNIVERSAL Y CONSECUCIÓN DEL VOTO FEMENINO: El sufragio es el derecho de los ciudadanos a elegir sus representantes políticos. El sufragio puede ser universal (todos los mayores de edad) o censitario (sólo una parte de la población adulta, normalmente en función de la renta). En España, durante buena parte del siglo XIX, la vigencia del sufragio censitario dejó a los sectores populares fuera del sistema político (Estatuto Real de 1834, Constitución de 1837, Constitución de 1845, Ley Electoral de 1878). A pesar de todo, el sufragio universal estuvo vigente durante ciertos periodos concretos: Constitución de 1812, Trienio Liberal, Bienio de Mendizábal, Constitución de 1869 y Sexenio Democrático.
La ley electoral de 1890, durante la Restauración, supondría la instauración definitiva del sufragio universal, aunque limitado por el sistema caciquil hasta la II República. Históricamente, el sistema político también excluía a las mujeres hasta la puesta en marcha de la Constitución de 1931 de la II República, que reconocía el sufragio femenino. Detrás de este logro feminista estuvo la lucha de Clara Campoamor, que defendió el voto femenino en las cortes, enfrentándose a parte de la izquierda, incluidas algunas diputadas (Victoria Kent o Margarita Nelken) que lo rechazaban mientras que la mujer no pudiera acceder a la educación.