La Segunda República Española: de la Esperanza al Desastre (1931-1936)

Tras la caída de Primo de Rivera, y la dimisión de Dámaso Berenguer, se convocaron elecciones municipales y a Cortes Constituyentes. Las fuerzas republicanas obtuvieron la victoria en la mayoría de grandes ciudades que no estaban sometidas al control caciquil. Ante este resultado, Alfonso XIII renunció al poder y se exilió. La República fue recibida por la mayor parte de la población con entusiasmo.

La Crisis de la República

La República coincidió con una gran crisis económica mundial y el Crack de la Bolsa de NY en 1929. La crisis económica mundial no tuvo una incidencia directa en la economía española, pero la República tuvo que hacer frente a dificultades económicas tradicionales, como el paro agrícola o el escaso poder atractivo de las ciudades de la mano de obra del campo debido a la débil industrialización del país. También se sumaron a los problemas la escasa confianza de empresarios y propietarios agrícolas hacia la República. Esto produjo un descenso de la inversiones empresariales. Todo esto hizo aumentar el paro y la conflictividad social.

Políticamente, la República coincidió con la crisis de las democracias, debido a la dominación de los totalitarismos en Europa. Esto hizo que en España se fueran radicalizando las posturas de izquierdas y derechas.

El Bienio Reformista (1931-1933)

Con la proclamación de la República, empezó el Bienio Reformista liderado por Niceto Alcalá Zamora. El Gobierno Provisional preparó las elecciones a Cortes Constituyentes que fueron democráticas, y obtuvo mayoría la izquierda. La composición de las Cortes Constituyentes explica el carácter democrático y avanzado de la Constitución.

La Constitución de 1931 se caracterizaba por:

  • Definir a España como una «república democrática de trabajadores».
  • Recoger una amplia declaración de derechos.
  • Poseer una economía capitalista de mercado con carácter socializante.
  • Ser un estado unitario, con la posibilidad de establecer autonomías.
  • Poseer cortes unicamerales.
  • Establecer el derecho al voto de los hombres y mujeres.
  • Ser un estado laico y tener una educación laica.

Durante el Bienio Reformista, la República fue gobernada por una coalición de izquierdas y socialistas. Dictaron una serie de medidas:

  • Llevaron a cabo una política religiosa destinada a reducir la influencia de la Iglesia en un país católico.
  • Buscaron que la educación fuese totalmente laica, obligatoria y gratuita.
  • Crearon el Estatuto de Cataluña.
  • Redujeron el número de oficiales militares, para así conseguir una mayor efectividad del ejército y que los oficiales fuesen fieles a la República.
  • Crearon la Reforma Agraria, para así proteger a los arrendatarios y jornaleros.

La oposición era muy débil. Destacaban los anarquistas, que protagonizaron el suceso de Casas Viejas. Parte del ejército también se opuso a la Reforma Militar. También se opusieron la Iglesia y los grandes terratenientes. Estos grupos desarrollaron tres organizaciones de derecha: la CEDA, la derecha monárquica y la Extrema Derecha de tipo fascista.

El Bienio Conservador (1933-1936)

El suceso de Casas Viejas simbolizó la división de la izquierda y la falta de apoyo de los movimientos obreros, por lo que se convocaron nuevas elecciones. Esta vez el centro y la derecha obtuvieron la victoria. El Gobierno lo formó el Partido Radical de Lerroux. Tomó medidas conservadoras:

  • Detuvo la Reforma Agraria.
  • Devolvió a la Iglesia la posibilidad de participar en la enseñanza.
  • Anuló la autonomía catalana.

Estas medidas provocaron el descontento de los movimientos obreros y decretaron la Huelga General Revolucionaria. La huelga triunfó en Asturias, donde fue duramente reprimida por el ejército al mando de Franco, que se saldó con más de mil muertos. La situación política de España se dividió en extrema derecha e izquierda, por lo que se convocaron nuevas elecciones. Esta vez se presentaron propuestas coalicionadas: El Frente Popular de izquierdas y la CEDA de derechas. Las elecciones las ganó el Frente Popular. Azaña presidió la República y Casares Quiroga formó el gobierno.

El Frente Popular y el Preludio de la Guerra (1936)

El Frente Popular restauró la autonomía catalana y aplicó la Reforma Agraria. La tensión política y la violencia se apoderaron de España. Existía una conspiración militar desde que triunfó el Frente Popular. Calvo Sotelo fue asesinado, y como represalia, asesinaron al teniente Castillo. Esto hizo que se acelerara la sublevación.

El Golpe de Estado de 1936

La insurrección comenzó en Melilla el 17 de julio de 1936. Rápidamente se extendió por el protectorado de Marruecos. El 18 y 19, el golpe de extendió a la Península y a la islas. El golpe triunfó en Andalucía Occidental, Galicia, Castilla y León, Navarra, Canarias y Baleares. También triunfó en enclaves aislados. En cambio, fracasó en Asturias, Cantabria, País Vasco, toda la costa mediterránea, Madrid y Castilla-La Mancha. Los fracasos más graves fueron los de Madrid, por la entrega de armas, y en Barcelona, por la inusual colaboración de la CNT y la Guardia de Asalto. La sublevación no tuvo apenas respaldo popular, y se basó en fuerzas militares.

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