1. Introducción
El texto en cuestión es un fragmento del “Manifiesto del Frente Popular”, una fuente primaria de carácter público que recoge el acuerdo firmado entre diferentes partidos de izquierdas para las elecciones de febrero de 1936. De naturaleza política e ideológica, es un documento histórico que se presenta en forma de manifiesto aunque, realmente, se trata de un programa de carácter electoral. El autor es colectivo, ya que se trata del Frente Popular, una coalición de izquierdas formada por los partidos citados en el propio documento, los cuales adquirieron este nombre inspirándose en la coalición que ya se había creado en Francia bajo la misma denominación. En cuanto al destinatario, es público, ya que se dirige a los electores. Por consiguiente, la finalidad del documento es la de dar a conocer las bases ideológicas sobre las que quedaría sustentado un gobierno dirigido por esta formación.
El contexto histórico en el que se sitúa el texto se corresponde con el periodo final del Bienio Radical-Cedista (1933-1936) durante la II República. Tras la caída del presidente del gobierno Alejandro Lerroux y la aparición de una serie de gobiernos de centro inestables, el presidente de la República Alcalá Zamora convocaría nuevas elecciones en febrero. En relación al contexto internacional, nos encontramos en la Gran Depresión, un periodo de crisis económica mundial derivado del crac del 29, y ante un clima de creciente enfrentamiento ideológico entre fascismo y comunismo.
2. La Unidad de la Izquierda
El texto comienza con una introducción en la que se presentan los partidos que forman la coalición del Frente Popular, los cuales, sin renunciar a su propia ideología, han llegado a una serie de acuerdos básicos de gobierno basándose en que todos son “partidos republicanos de izquierdas” con el objetivo de frenar el avance de los regímenes fascistas que amenazan la política europea. En primer lugar, se comprometen a decretar una amnistía que beneficie a algunos presos de la época del Bienio Radical-Cedista, que suponía la desaparición de los cargos criminales que habían sido imputados a aquellos que habían sido protagonistas en las revueltas de 1934, así como los que habían perdido su trabajo por razones políticas. En el apartado VII se defiende el modelo de un régimen liberal democrático que tenga por finalidad un progreso social basado en la mejora de las condiciones de vida de la población, contemplando la posible eliminación de los privilegios de clase pero sin presentar una imagen revolucionaria que propicie el alejamiento de los sectores más moderados.
3. El Contexto Electoral y sus Consecuencias
Desde las elecciones de noviembre de 1933, como consecuencia del desgaste del gobierno anterior, la división de la izquierda y la consigna de la abstención en las filas anarquistas, el gobierno español estaba en manos de la coalición Radical-Cedista, puesto que la derecha y el centro se habían concentrado principalmente en la CEDA y el Partido Radical. No obstante, de cara a las elecciones de febrero de 1936, este ejecutivo estaba lastrado por los casos de corrupción, como el caso Estraperlo y la malversación de fondos por parte de políticos radicales, y se presentaba con imagen deteriorada por su acción de gobierno, marcado por las divisiones internas. Por el contrario, la izquierda se presentó unida gracias a esta gran coalición del Frente Popular. La Confederación Nacional del Trabajo (CNT), aunque no firmó el pacto, tampoco recomendó la abstención (incluso había anarquistas entre los candidatos por parte del Partido Sindicalista).
Tras la victoria del Frente Popular, Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República y se constituyó un nuevo gobierno, dirigido por Casares Quiroga y formado por republicanos de izquierdas, que:
- Decretó una amplia amnistía para los detenidos en la revolución de octubre de 1934
- Restableció el Estatuto catalán e inició la tramitación de los de Galicia y País Vasco
- Reanudó la Reforma Agraria
En política militar, se intentó alejar de los centros de poder a los generales más proclives al golpismo. Además, se aprobó el cierre provisional de los colegios de la Iglesia Católica y se habilitó un presupuesto para colegios públicos. Sin embargo, este gobierno fracasó como consecuencia de la división del socialismo, el rechazo de los anarquistas, el aumento de las afiliaciones a la Falange Española y los constantes ataques de la derecha, que organizaba una sublevación junto a sectores militares. Finalmente, a raíz de los asesinatos del socialista y teniente de la Guardia de Asalto José Castillo y el dirigente de Renovación Española Calvo Sotelo, en julio de 1936 los generales Sanjurjo, Mola y Franco, entre otros, daban un golpe de Estado cuyo fracaso parcial condujo a la Guerra Civil española (1936-1939).